Muerte en el vaticano
Señor director:
A los 9 meses de la inesperada muerte del Papa Juan Pablo I (Albino Luciani), quien duró en su pontificado 33 días, se publica en junio de 1979 la novela “muerte en el vaticano”, escrita por Maurice Serral y Max Savigny en la que se mezclan lo imaginario y lo real. Es elegido Papa Juan Clemente I quien apenas en 2 meses de su pontificado ha mostrado su opción por un socialismo muy cercano al marxismo. Ha abolido en el vaticano todo lo ceremonial y tradicional, cualquier signo de ostentación y riqueza, y se ha mostrado muy amigo de los oprimidos. Por esto, los poderosos de Europa, políticos, militares, empresarios se han confabulado para asesinarlo en las calles de Roma, durante un desfile. Todo está bien planeado para que por 1ª vez un Papa sea muerto públicamente en medio de la multitud. Llega la hora esperada, marcada en los relojes públicos y privados, sin que el Papa haga su aparición. Una hora después, se sabe la razón de su ausencia en las calles de Roma. El Papa amaneció muerto en su habitación. El hermano Ettore fue a su cuarto a llevarle un café mañanero pero el Papa no respondía a sus llamados, hasta que abriendo la puerta lo encontró muerto en su cama, con un manuscrito, parte en el suelo, que era objeto de su lectura. El hermano Ettore recuerda más tarde que en horas de la noche anterior, cuando le llevaba sus medicinas, el Padre Martello se ofreció a llevarlas , puesto que le iba a entregar al papa un manuscrito suyo para su lectura. El Hermano Ettore a regañadientes le permitió al sacerdote hacer esta diligencia. Ciertamente el Papa, en días anteriores, le había pedido a su antiguo alumno del seminario, quien ahora estaba en la biblioteca vaticana, le permitiera leer su libro en el que narraba los principales hitos de su vida religiosa. Al leerlo, el Papa comenzó a desconocer al Padre Bruno Martello, su alumno, su compañero en Verona cuando era obispo y luego cardenal, ahora su compañero de trabajo en la santa sede. Al final del escrito, Bruno Martello se extrañaba del socialismo del Santo Padre, de sus reformas en la curia, de su compromiso con los más pobres y necesitados. Martello contaba que había recibido una iluminación divina para que sacrificara a su maestro y benefactor, evitando así que la Iglesia perdiera sus tradiciones más firmes e históricas. Y decía que ya había cumplido esta misión, usando un veneno que acompañaba sus medicinas. El Papa al leer esto, sintió terror y su agonía apareció momentos después, cuando trató de buscar ayuda y se desplomó en su cama. Martello entró llorando a despedir a su amigo y benefactor, y cuando se inclinó para besar su frente, recuperó el manuscrito ante el secretario privado y el médico. Esta novela motivó la investigación del británico David Yallop, experto en crímenes no resueltos, quien publicó en 1983 el libro “en nombre de Dios” en el que atribuye el crimen del Papa Juan Pablo I a una logia masónica existente dentro del vaticano que no estaba de acuerdo con las reformas propuestas por el nuevo Papa.
Alirio De Los Ríos Flórez.
El veranillo de San Martín
Señor director:
Quizás más antiguo que lo del “verano de los Martines” (mayúscula, sin tilde y con ese), del 3 (el santo de Porres) al 11 (el santo de Tours) de noviembre, es el veranillo de San Martín. Consiste en tres días bonitos después del 11.
Esta segunda tradición la dio a conocer el padre Cosme Cañas Carvajal cuando enseñaba en el Seminario Mayor arquidiocesano, a fines del siglo pasado.
El padre Cosme era cultísimo, todo un erudito, sabía Gramática, Literatura, Historia, Música, Filosofía, Sagrada Escritura, etc. Y era hombre de finísimo humor, él mismo celebraba sus propias ocurrencias. Nació en San Vicente, Antioquia, pero siempre perteneció a nuestro clero; fue párroco de San Félix, de Nuestra Señora de Chiquinquirá en Aguadas, donde levantó la iglesia conocida como La Vana (vena, nacimiento de agua); también de Pensilvania, cuya iglesia se derrumbó por un terremoto (¿el del 62?), y que el padre sustituyó por la belleza de iglesia que es la actual. El padre Cosme Damián -su nombre completo- fue capellán del Instituto de Educación Media Diversificada (INEM) “Baldomero Sanín Cano” de Manizales, durante varios años. Terminó sus días como predicador de la Catedral, excelente por cierto. Dios lo haya coronado de gloria.
Pues bien, volviendo al veranillo de San Martín, eso fue lo que acabamos de gozar en la ciudad y probablemente en la mayor parte de la región andina colombiana, pues la endiablada Niña pasó por agua el período del 3 al 11, el verano de los Martines. Lo que tuvimos en este año de gracia 2022 fue un veranillo: días esplendorosos, espectaculares, el domingo 13, el lunes 14 y el martes 15.
Y hasta aquí nos trajo el río, el de la ola invernal.
Atentamente,
Don Cecilio Rojas
El tiempo
El día octavo del mes de las ánimas del año de gracia 2022 el Espíritu Santo invadió “los vacíos aposentos de mi cabeza” (palabras ofensivas que un ganapán le espetó a don Quijote), mis entendederas, en esta ciudad calificada por sus habitantes como el mejor vividero del mundo. La Paloma celestial me alumbró el caletre y me activó la memoria cuando vi en un “almacén agáchese” la desmirriada réplica del almanaque Pielroja, con las hojitas diarias desprendibles, mas no con el nombre del santo de la fecha. Un calendario, un medidor y señalador del tiempo.
No me refiero al importante diario bogotano ni al clima o tiempo atmosférico sino al que Aristóteles definió como “la medida del movimiento según el antes y el después”. Valiente gracia, pues de lo que se trata es de comprender, precisamente, el antes y el después. Con esta definición dada por el Estagirita nos quedamos viendo un chispero, quedamos mirando p´al páramo. El preceptor de Alejandro Magno incurrió ahí en una petitio principii, una petición de principio, descubrió el agua tibia.
Empecemos por el sabio Qohélet, el viejo Eclesiastés: “Todo tiene su tiempo y sazón, todas las tareas bajo el sol: tiempo de nacer, tiempo de morir; tiempo de plantar, tiempo de arrancar; tiempo de matar, tiempo de sanar; tiempo de derruir, tiempo de construir; tiempo de llorar, tiempo de reír; tiempo de hacer duelo, tiempo de bailar; tiempo de arrojar piedras, tiempo de recoger piedras; tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse; tiempo de buscar, tiempo de perder; tiempo de guardar, tiempo de desechar; tiempo de rasgar, tiempo de coser; tiempo de callar, tiempo de hablar; tiempo de amar, tiempo de odiar; tiempo de guerra, tiempo de paz” (capítulo III, versos 1-8, traducción del hebreo dirigida por Luis Alonso-Schökel, S.J., Nueva Biblia Española).
Sigamos con Publius Vergilius Maro, Publio Virgilio Marón, el divino y latino Virgilio, en esa obra inmensa y sublime, Las Geórgicas. En la parte del extensísimo poema que el autor dedica a la cría y a la utilización de los caballos, hay un verso famoso: Fugit irreparabile tempus, huye irreparablemente el tiempo, el tiempo pasa y no podemos recuperarlo.
Sigamos con el doctor de la Iglesia san Agustín, obispo de Hipona (la antigua Hippo Regius, en el norte de África), un genio intelectual. Escribe, en las Confesiones, me parece, lo siguiente (cito de memoria, nada más): Si no me lo preguntan, tengo idea clara de lo que es el tiempo; pero si me lo preguntan, no soy capaz de explicarlo.
Continuemos con el Manco de Lepanto, don Miguel de Cervantes Saavedra. En la mansión del duque, este personaje, o don Quijote -no recuerdo cuál de ellos y no pude encontrar “el capítulo que vos hallaredes que se escribe”- (como anota don Miguel de Una- Mano en el prólogo), uno de los dos cita un mote que circulaba en España y que dice así, con inspirado acento: “ Si mi fue tornase a es, / sin esperar más, será, / o viniese el tiempo ya / de lo que será después”. No es un galimatías, es la expresión más lograda del vínculo entre el ser y el tiempo, un prodigio monumental de filosofía. En efecto, las inflexiones del verbo ser atraviesan el tiempo: pasado (“fue”), presente (“es”), futuro (“será”); el ser se despliega a lo largo del tiempo, y el tiempo se constituye sobre el ser.
Siglos más tarde, en el XX, el filósofo existencialista alemán Martin Heidegger publicó su libro más leído, estudiado y comentado, Sein und Zeit, Ser y tiempo. Todo un volumen para examinar esa relación, que la sabiduría popular española y la de Cervantes condensaron en una estrofita.
Todavía en el siglo XX, mi abuela materna y un inolvidable párroco de Salamina me enseñaron el valor del tiempo. Pero no olvido lo que me dijo un día mi papá. Él era estudiante de bachillerato en el Colegio de Cristo, el de los Hermanos Maristas, en Manizales. El profesor de Filosofía era el padre López Grajales, quien enseñaba a los estudiantes lo que es el tiempo. Decía mi papá que el padre de tal modo hablaba, gesticulaba y agitaba sus manos, que en todos los alumnos quedaba grabada con claridad la noción del tiempo.
Bueno, después de esta interrupción, citemos a la “Ita”, mi abuela. Varias veces nos recitó, a mi hermano Arturo y a mí, cuando la afanábamos por algo, estos versos, que nunca comprendimos del todo: Al tiempo hay que darle tiempo, / que el tiempo tiempo nos da; / y el mismo tiempo nos dice / que él nos desengañará.
Y al padre Selique, hoy monseñor Luis Enrique Hoyos, le oí en una homilía dominical lo más importante: “el tiempo es la moneda con la que compramos la eternidad”.
Jaime Pinzón M., presbítero
Los planes de desarrollo
Señor director:
Colombia ha tenido planes nacionales muy serios y efectivos. Es una desvergonzada falacia decir lo contrario.
Las nuevas autoridades ejecutivas de la nación Colombiana, si lo miramos a la luz de un Consejo de Ministros, no pueden olvidar que el país traía un Plan nacional de desarrollo donde existen interesantes proyectos de todo tipo sectorial, que no merecerían el borrón y cuenta nueva. Todos los participantes en los Diálogos Vinculantes deben estar también muy atentos con los próximos planes de desarrollo de las entidades territoriales, que todas traen sus ordenamientos en ese sentido. Lo anterior para decir que el país no nació ayer. Lleva una importante trayectoria con sus planes nacionales que a su interior han tenido valiosas estrategias para que la economía funcione siempre mejor en sus resultados económico-sociales. Decir que en Colombia todo es malo y perverso es la desafortunada falacia de la que hacen uso espíritus nada comprometidos con la convivencia pacífica y la paz, además capturados por el complejo de Adán. El renovado Congreso tampoco puede olvidar lo supradicho.
Lo que sí es claro y de veras interesante es que los Diálogos Vinculantes, generan valiosa colección de proyectos sectoriales, que sin duda van a formar parte de los planes de desarrollo de departamentos y municipios, así como de entidades territoriales indígenas, en el período 2024-2027. En esto debe hacer claridad el gobierno a las comunidades, porque la infinidad de proyectos e ideas que se gestan en los Diálogos Vinculantes no caben todos en el plan nacional. Para eso existen los de las entidades territoriales, que en variada proporción reciben apoyo financiero de los Ministerios y sus entidades adscritas.
Rogelio Vallejo Obando
En el itinerario de nuestra vida
Señor director:
Así, como cuando conducimos un vehículo por la vía, debemos guiar nuestro ser por la senda de la vida. Sabiendo cuando marchar, cuando detenernos, cuando acelerar el paso. Evitando en lo mejor posible los malos caminos, los trayectos peligrosos; eludiendo los abismos y los senderos que pudieran conducirnos a nuestra perdición.
Diego Osorio Ramírez
Un Estado corruptor de menores
Señor director:
He visto en estos días, en la prensa escrita y en otros medios, unos cuantos de los muchos análisis que se han hecho de los cien primeros días del gobierno actual. Peligrosísimo me parece, y fatal, que los colombianos nos plantemos con una especie de estúpida resignación y en un silencio tembloroso ante lo que está sucediendo…
Y quiero referirme a algo que debería poner en pie de lucha a todos los que queremos conservar una patria con fundamentos éticos y antropológicos; esa patria que nos legaron los mayores y contra cuyos fundamentos de cristiana orientación avanza la labor de zapa de sus enemigos. Me refiero al proyecto de ley 229, que cursa en el Congreso; se empezó a tramitar en el pusilánime gobierno anterior, y tuvo su origen en el partido Verde; ahora va ya a segundo debate, y ha recibido el visto bueno del gobierno de Petro, cuyos ministros de Hacienda y de Educación, ¡qué raro!, lo han avalado. Ese proyecto es, nada menos, un plan oficial estructurado y calculado para la más inicua corrupción de menores llevada a cabo, sistemáticamente, por el Estado. Busca, según reza su texto, “promover la educación integral en sexualidad en todos los colegios”; y para lograrlo, se fija dos objetivos : el primero, “romper estereotipos”…el segundo, poner en manos del Estado, arrebatándola a los padres de familia y a los educadores privados, toda la formación moral y afectiva de los niños y adolescentes. Los estereotipos que hay que raer son, por supuesto, el de una sexualidad basada en la ley natural que establece la dualidad de sexos, que ha de ser substituida por la aberrante multiplicidad que prohija la perversa ideología de género; la institución de la familia como Dios la ha establecido, con la que se pretende equiparar toda clase de uniones y de relaciones, aun las más extravagantes, anormales y pecaminosas; la maravillosa diferencia y complementariedad establecidas por la ley natural entre hombre y mujer; la sacralidad del cuerpo humano; la autoridad irrenunciable de los progenitores y su derecho a decidir sobre el tipo de educación que quieren para sus vástagos…El malhadado proyecto establece como obligatoria para todos los establecimientos de educación, públicos y privados, la adopción de esas líneas educativas; si un colegio privado se negare a adoptarlas, se le prohibirá impartir educación sexual; los profesores de la “asignatura” de educación sexual tendrán que ser obligatoriamente formados por el Estado y no podrán ser escogidos por el establecimiento sino nombrados por el Ministerio; la educación sexual, óigase bien, no podrá impartirse a la luz de una ética, una moral determinada o un sistema religioso. ¿Quién no ve lo que hay detrás de determinaciones como éstas? Se pretende violar descaradamente la autonomía de los padres de familia y de los colegios privados.
Lo reitero: frente a todo esto, deberíamos ponernos en pie todos los que nos sentimos aún llamados a cuidar a nuestros niños y adolescentes; debería levantarse la voz de prelados, sacerdotes y pastores de toda confesión religiosa; la de los legisladores y políticos católicos contra los vocingleros del ateísmo y la amoralidad marxista; la de los padres de familia y los educadores cristianos, contra la acción ponzoñosa de Fecode; la de los colombianos de verdad contra un proyecto de ley que es corruptor y mefítico. ¡Tenemos que atajarlo!
Mario García Isaza
Carlos Arturo Torres
Señor director:
En estos días, el atildado columnista Mauricio Uribe López, contó en su columna de La Patria (12, IX), que había descubierto el libro Idola Fori, y en él, el pensamiento de Carlos Arturo Torres, autor del cual, nos confiesa, no había escuchado antes. Personalmente me emocioné, que trajera al hoy, las ideas de este prosista extraordinario, filósofo de la política, en ese y otros ensayos, crítico de literatura, periodista firme, y equilibrado, dada la época en que actuó, diplomático, ministro, poeta, traductor y hasta dramaturgo.
Más que positivo el que el profesor Uribe, que lo es en universidades de Antioquia, haya revelado la existencia olvidada y todavía actual de esa obra, y a su vez que a él se le haya revelado el nombre de este pensador, tan sobresaliente a finales del siglo XIX y en la primera década del XX, ya que murió demasiado joven, a los 44 años, dejando una serie de libros, que todavía ofrecen sorprendente interés y nos dicen mucho. El que un académico culto, reflexivo, y de interesantes opiniones, como las que expresa en su espacio habitual en el diario impreso de la ciudad, Mauricio Uribe López, que es de origen manizaleño, no supiera del escritor boyacense, teniendo la formación que sabemos que tiene, no me extraña, porque igual sucede con todos los de su generación y la de los que fueron sus profesores, con las excepciones debidas, que inclusive, lo llevaron a descubrirlo.
Es que del ilustre Carlos Arturo Torres, que nació en Santa Rosa de Viterbo el 18 de abril de 1867 y murió en Caracas el 11 de julio de 1911, supimos los estudiantes del pasado, en el bachillerato anterior al de 1980, pues la clase de Literatura Colombiana era de tres horas semanales, en el grado 11, y Torres ocupó un buen espacio (seis páginas), entre don Marco Fidel Suárez y don Baldomero Sanín Cano, en el texto sobre la materia, del padre José A. Núñez Segura S.J, que fue el que estudiamos en el colegio, y del que Daniel Samper Pizano hizo alguna vez en El Tiempo, una graciosa pero admirativa evocación, porque también en él aprendió, y lo padeció.
Como fueron las clases de mayor interés personal, para mí, al igual que las de la Literatura Universal en 9o. y de Literatura Española, en 10º, muy completas, y de igual intensidad horaria, consultaba por mí mismo otros textos, como los de Bayona Posada, Otero Muñoz, Juan de Dios Arias, etc, y en todos, ocupa amplio espacio la obra de Carlos Arturo Torres. Y claro, lo leí. Si se da la oportunidad y el interés, hasta dedico un trabajo más diciente sobre el escritor, del que conservo algunas obras. La Academia Boyacense de Historia editó una revista en su homenaje, hace un tiempo, lo mismo que otras más recientes, y el No 12, de la colección Clásicos Colombianos, de Procultura, (1990), es un volumen que sobre su vida y obra, escribió el filósofo e investigador, Rubén Sierra Mejía.
Hernando Salazar Patiño
Aeropuerto del Café
Señor Director
Cuántos viajes perdidos al aeropuerto La Nubia para despachar parientes o amigos a otras ciudades para cumplir un itinerario previamente convenido con la aerolínea que, no obstante, se aplazaba una y otra hora para que al final de la tarde, una voz alta nos dijera que el vuelo se haría al día siguiente para de nuevo repetir la historia ofreciendo como alternativa conducirnos a la ciudad de Pereira, más si algún trancón -nada raro- impedía cumplir con exactitud el horario, recibir allí la noticia de que nuestro vuelo ya quedaba para el último vuelo nocturno.
Y cuántos eventos locales programados con inclusión de profesores externos sufrían un drama parecido con la misma razón básica del cierre aeroportuario local, cancelación del conferencista y el amargo sabor de una ciudad importante que solo ofrece desplazamientos terrestres con nuevas contingencias cuando hay que atravesar montañas. Y qué decir cuando de posibles inversionistas se trata.
Cuántas empresas o industrias quisieran hacer sus eventos administrativos anuales en nuestra ciudad y cuántas giras turísticas desearían programar ante los atractivos que ofrece nuestra región frustrados ante tanta incertidumbre para el desplazamiento. Aerocafé es una necesidad impostergable, más cuando desde 1937 se clama y se reclama, cuando en ese periodo nos pasaron, ahí sí, por encima de pueblos y ciudades que contaron con mejor suerte y porqué no decirlo, en el caso del gobierno del dr. Juan Manuel Santos se hicieron o se ampliaron 60 aeropuertos de ciudades grandes y pequeñas que también se lo merecen, pero Manizales y sus gentes que con arrojo sembraron de café estas montañas, que apalancan con las divisas producidas el desarrollo del país, debe por lo menos contar con igual o mejor suerte.
Me pregunto si no habrá llegado ya la hora de contar con nuestro aeropuerto, máxime cuando ya se han cumplido todas las etapas previas de estudios de factibilidad, de suelos y hasta de los vientos y contamos con patrimonio autónomo suficiente por ahora.
No nos pueden seguir endilgando malversaciones del pasado, de las cuales se debería encargar la justicia y con pena hay que reconocerlo el país se hubiera convertido en estatua de sal si los hechos de corrupción que campean por todas partes hubiesen paralizado obras públicas como las vías y programas tan necesarios como el de la alimentación infantil.
El tema del aeropuerto es obligada discusión favorable en las tertulias profesionales, en las apacibles reuniones familiares, todos en Manizales tenemos claro y apoyamos con nuestro aliento este proyecto tan definitivo para la mejor evolución de nuestro desarrollo y progreso.
Jahír Giraldo González
La magia de la poesía
Señor director:
Para leer poesía
se requiere vocación,
no cualquiera entendería
por gusto y por afición.
La poesía (griego potesis), arte de hacer versos (muy prosaica), armonía, inspiración, elevación de ideas o de estilo, carácter de lo que eleva el alma. Es el placer que se experimenta, la elevación de espíritu, la inefabilidad que se siente cuando se lee y se entiende al saborear la belleza sublime de versos encadenados en una sarta o cadeneta de sensaciones estéticas e intelectuales en un éxtasis de placer subliminal.
No todos los seres humanos tenemos la virtud de leer y entender el mundo misterioso, fantástico y arrobador que guarda en su interior la poesía. Sin exagerar es considerada por quienes destilan conceptos de profundos análisis que los poetas son los mensajeros
de la creatividad y la belleza. Algún hipersensible fanático del género poético, llegó a expresar que los poetas son “los pequeños dioses de la tierra” (Hipérbole, egos superinflados, conceptos superdimensionados ) Hhmm… no sabemos.
La poesía, tiene sus encantos, su toque mágico y la suavidad de un terciopelo para deslumbrar y atrapar con deleite y frescura a los más finos catadores intelectuales con la rica ambrosía de sus versos y sus magnéticos abrazos de embrujada belleza.
Sus mensajes, envueltos en luminosos papeles de regalos navideños, son enriquecidos con la subjetividad y con la polisemia que habitan en el interior de los lectores quienes con avidez y destreza intelectual, interiorizan los múltiples mensajes que posibilitan volar sin límites en el mundo de la imaginación de quienes están dotados de grados superiores de sensibilidad.
La poesía, es una doncella juguetona y versátil que juega al escondrijo con los lectores mostrándoles muchas posibilidades de interpretación e interpolación, lo cual también convierte al lector en el rol de poeta con su imaginario de perspicacia para tratar de desentrañar el mensaje más aproximado enviado por sus autores como juego mental que hace parte de la ingeniosa policromía de acertijos en el mundo imaginario de la subjetividad.
Te encontré en un camino
lleno de espinas,
de espinas dulces
que sembró el rocío
dulce rocío de encantos
y de plumajes verdes
que destruyó sin compasión
tu corazón y el mío.
Para muchos, quizás no sea sino un juego más de palabras que tratan de hilvanar con cierta armonía la tersura de versos con significados sin trascendencia, pero, para otros, podría ser la belleza exterior adornada de abigarrado ropaje que resulta interesante al tratar de decodificar exegéticamente con el mensaje sugerido por el autor.
Lo que sí es discutible es que no todos tenemos el carisma para leer poesía, entenderla y disfrutarla saboreando su exquisito sabor apreciado por catadores fuera de lo común, porque controversial o no, la poesía es el súmmum y la quintaesencia de la literatura. De ahí que los poetas no tengan tantos adeptos como sí los tienen otros géneros literarios.
Cordialmente
Elceario de J. Arias Aristizábal
Necesidades de Colombia hoy
Señor director:
Pretendo en esta reflexión mostrar lo que es prioritario y urgente en nuestra querida Colombia. Habría una palabra que lo sintetiza todo: educación. Y de esta, verdaderas soluciones para la violencia, la corrupción, la injusticia.
Primera necesidad: un acceso a la educación de todo colombiano, clave para su promoción humana. Es un esfuerzo que se debe hacer, pues de lo contrario habrá en las personas antivalores de deshonestidad, irrespeto por la vida, corrupción y violencia. Una educación integral y una capacitación para al trabajo útil a la sociedad. Así se logra que todo niño y joven en Colombia haga la reflexión de su sentido de vida y realización de verdaderos proyectos de vida. Segunda necesidad: declarar la dignidad humana como un absoluto de nuestra sociedad Colombiana. Hay situaciones inhumanas anti-éticas que provienen del estado, gobierno o grupos ideológicos, como falsos positivos, chuzadas, corrupción, clase política corrupta, narcotráfico. La vida humana no es un valor fundamental en nuestra sociedad. Los valores humanos se instrumentalizan para lograr fines políticos lo que es muy delicado. Todos gestionando un ambiente de calidad para construir así la dignidad humana de todos.
Tercera necesidad de verdaderas comunidades cívicas en barrios y veredas para lograr conciencia de la responsabilidad social que tenemos de ser vigilantes de nuestro entorno y de realizar proyectos de construcción comunitaria. No podemos esperar todo del gobierno, sino que la fuerza debe estar en la solidaridad comunitaria. Es retomar civil y eclesialmente las comunidades cristianas de base CEB.
Cuarta necesidad: una formación y conciencia políticas en el sentido de colocar como prioritario el bien común sobre el bien particular, en todos los aspectos de la vida social y como criterio no negociable.
Quinta necesidad: un compromiso activo hacia los demás, con sentido de participación comunitaria, superando la apatía, la indiferencia y la omisión frente a lo público; afrontando con más decisión los problemas de la inequidad social en Colombia. La injusticia social no se remedia con beneficencia, sino con una clara conciencia de la mejor repartición de los bienes, con inversiones sociales que lleven a que los ricos aporten todo lo que son capaces y que la economía colombiana esté más fundamentada en el trabajo humano y no en el capital. Preocupa el poder económico de la banca colombiana que aumenta, gracias a los ahorros de los colombianos y que no redunda en una inversión hacia el bienestar social de muchos, sino más bien de unos pocos.
Sexta necesidad: una conciencia mundial sobre el problema ecológico del planeta tierra. Existe una semilla en este sentido y hay inquietud de una responsabilidad de todos con respecto a la conservación de un planeta vivible para un ser humano con calidad de vida. Cuidar el agua, los bosques, la fauna, la naturaleza.
Alirio De Los Ríos Flórez
Aún falta mucho tiempo en el mandato de Petro
Señor director:
El mandato presidencial es de 4 años y solamente han transcurrido casi 4 meses; aún falta mucho tiempo y los pendientes y expectativas son innumerables y el Congreso tendrá mucho que ver en la realización de numerosas iniciativas.
Casualmente en diversos comentarios de opinión e informaciones se ha destacado el hecho concreto de haber constituido una coalición en el parlamento. Y es que con la colaboración del Congreso ya tiene a su favor la aprobación de la reforma tributaria y en materia de entrega o distribución de tierras ya ha logrado un aporte importante; además, reanudó relaciones con el país vecino y abrió la frontera colombo-venezolana.
Es muy notorio que las principales gestiones de la administración de Gustavo Petro han sido, hasta ahora, de muchas propuestas en todos los sectores; obvio que con buenas intenciones pero, la verdad, no agradó la insinuación para un posible cambio en el tramo de la primera línea del metro bogotano y para algunas personas eso se calificó como otra traba más a la importante obra para la capital colombiana.
En materia de servicios en salud y justicia el común de las personas desean que las reformas sean efectivas, prontas y justas; en las EPS la necesidad suprema es mejorar la atención y prestar medicina preventiva y que con la aplicación de una justicia ejemplar disminuya, en forma considerable, el hacinamiento que se presenta en las cárceles del país y los otros lugares de detención.
Claro que los colombianos hemos sido testigos de numerosas declaraciones de varios ministros que otros colegas han tenido que rectificar; por lo anterior hace falta una mejor comunicación.
La ciudadanía en general no ha visto una gestión dinámica para que la escalada de alzas en alimentos y servicios públicos siga afectando a la mayoría de los colombianos y sucede igual con el aumento del precio del dólar frente al peso colombiano; esta situación causa problemas económicos a empresarios e industriales que tienen que comprar en el exterior insumos y otros elementos para la producción.
En síntesis, son muchos los pendientes acumulados y aún falta mucho tiempo en la administración de Gustavo Petro.
Jorge Giraldo Acevedo