Carlos Arturo Torres
Señor director:
En estos días, el atildado columnista Mauricio Uribe López, contó en su columna de La Patria (12, IX), que había descubierto el libro Idola Fori, y en él, el pensamiento de Carlos Arturo Torres, autor del cual, nos confiesa, no había escuchado antes. Personalmente me emocioné, que trajera al hoy, las ideas de este prosista extraordinario, filósofo de la política, en ese y otros ensayos, crítico de literatura, periodista firme, y equilibrado, dada la época en que actuó, diplomático, ministro, poeta, traductor y hasta dramaturgo.
Más que positivo el que el profesor Uribe, que lo es en universidades de Antioquia, haya revelado la existencia olvidada y todavía actual de esa obra, y a su vez que a él se le haya revelado el nombre de este pensador, tan sobresaliente a finales del siglo XIX y en la primera década del XX, ya que murió demasiado joven, a los 44 años, dejando una serie de libros, que todavía ofrecen sorprendente interés y nos dicen mucho. El que un académico culto, reflexivo, y de interesantes opiniones, como las que expresa en su espacio habitual en el diario impreso de la ciudad, Mauricio Uribe López, que es de origen manizaleño, no supiera del escritor boyacense, teniendo la formación que sabemos que tiene, no me extraña, porque igual sucede con todos los de su generación y la de los que fueron sus profesores, con las excepciones debidas, que inclusive, lo llevaron a descubrirlo.
Es que del ilustre Carlos Arturo Torres, que nació en Santa Rosa de Viterbo el 18 de abril de 1867 y murió en Caracas el 11 de julio de 1911, supimos los estudiantes del pasado, en el bachillerato anterior al de 1980, pues la clase de Literatura Colombiana era de tres horas semanales, en el grado 11, y Torres ocupó un buen espacio (seis páginas), entre don Marco Fidel Suárez y don Baldomero Sanín Cano, en el texto sobre la materia, del padre José A. Núñez Segura S.J, que fue el que estudiamos en el colegio, y del que Daniel Samper Pizano hizo alguna vez en El Tiempo, una graciosa pero admirativa evocación, porque también en él aprendió, y lo padeció.
Como fueron las clases de mayor interés personal, para mí, al igual que las de la Literatura Universal en 9o. y de Literatura Española, en 10º, muy completas, y de igual intensidad horaria, consultaba por mí mismo otros textos, como los de Bayona Posada, Otero Muñoz, Juan de Dios Arias, etc, y en todos, ocupa amplio espacio la obra de Carlos Arturo Torres. Y claro, lo leí. Si se da la oportunidad y el interés, hasta dedico un trabajo más diciente sobre el escritor, del que conservo algunas obras. La Academia Boyacense de Historia editó una revista en su homenaje, hace un tiempo, lo mismo que otras más recientes, y el No 12, de la colección Clásicos Colombianos, de Procultura, (1990), es un volumen que sobre su vida y obra, escribió el filósofo e investigador, Rubén Sierra Mejía.
Hernando Salazar Patiño
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