Reminiscencias educativas

Señor director: 

Inexorablemente todo cambia por la dinámica interna de fuerzas intrínsecas o por factores externos. De una u otra manera todo lo que existe está sujeto a cambios, a transformaciones o a desaparecer como ley natural. Afortunadamente, la ley de la mutación existe y es la responsable del desarrollo que de forma inevitable se da como consecuencia del progreso, como tarea indeclinable para la cual fuimos creados y como peregrinos por la tierra, responsables de ser cada día mejores.

Por suerte, tenemos el sagrado derecho de disentir y ver los hechos con nuestras propias gafas sin que las discrepancias rompan la armonía objetiva de hablar o pensar, según algunos ex cathedra, pontificando sobre temas que son de libre examen sin que se violenten las leyes elementales de la subjetividad. Todos los seres humanos tenemos un gran laboratorio intelectual que nos permite reconocer que todo tiene su época y que todos los humanos, para bien o para mal, tenemos nuestras propias verdades, algunas irracionales y otras simplemente de obtener un espacio basados en el erróneo concepto de no perder aunque no les asista la razón.

Cada época tiene sus encantos, sus luces y sombras que quedan muy bien guardados en el estuche de los recuerdos. Si se compara la educación de ayer con la de hoy difícilmente se encuentran afinidades. Entre una y otra hay profundos abismos que señalan enfoques, metodologías, prácticas pedagógicas, por no hablar de epistemologías muy contrapuestas que difícilmente resultarían reconciliables o compatibles. La memoria prevalecía sobre la racionalidad, el aprendizaje era individual y egoísta, los aportes de los estudiantes eran mínimos, los contenidos ocupaban la preocupación del maestro: “Hay que terminar el programa”, la evaluación era rigurosa y estricta, predominaba el empirismo, la disciplina y el miedo, que se traducían en “respeto sacro” por el maestro, quien era el dueño y amo absoluto del aula de clase y de la verdad”.

Magister Dixit o Ipse Dixit (lo ha dicho el maestro), significando que en el aula solamente el maestro tenía la palabra y era dueño del discurso que se convertía en un monólogo por el expectante silencio que los alumnos en su oscura ignorancia deberían recibir la luz de su mentor; sin refutaciones, ni contradicciones. El maestro (no todos) encarnaba la autoridad que estaba investida de cierta divinidad y el “respeto” lo imponía con autoritarismo, autocracia, maltratos verbales con expresiones que humillaban y denigraban la autoestima cuando el ínclito maestro en medio de su ironía e irascibilidad hacía uso de su prepotencia y a veces de ingeniosidad.

Hubo maestros, así llamaban a los de la básica primaria, y profesores a los de secundaria, que fueron los campeones de la memoria y recitaban sin gaguear los ciento y no sé cuántos huesos del cuerpo humano, los músculos, los elementos de la tabla periódica o de Mendeleiev y eran el terror tomando la lección oral; fijando más su atención en las equivocaciones para verificar que su discípulo sí sabía repetir de corrido, y si esto no ocurría la complacencia era mucha para colocar la mínima calificación de uno o cero.

No había aprendizaje, ni socialización, ni discernimiento intelectual, ni aportes, ni intercambio activo de conocimientos, sólo el maestro tenía la palabra. Algunos fueron tan matones que llegaron a ser famosos y su anecdotario tristemente célebre. Me quedo con la escuela de hoy, aunque tenga más nubes grises que esplendidez intelectual.

Elceario de J. Arias Aristizábal

Se ve y se siente
Señor director: 

Colocadle el nombre que queráis porque se ve y se siente a quien todo lo ha creado, pues el universo no podía surgir solo en toda su majestuosidad sin que un ser superior y omnipotente interviniera. Nos basta solo con mirar nuestro cuerpo y contemplar cada órgano y cada sentido para nutrirnos de amor, fe y elevar el donaire. Sabemos cuántas veces palpita nuestro corazón desde que nacemos hasta que morimos y cuántas veces respiramos. El poder abrir los ojos cada día para contemplar el mundo, los seres amados, los amigos, y nuestros semejantes en su entorno. Disfrutar la abeja haciendo su panal para allí posarse y generar su miel del néctar que produce las flores para alimentarnos. Disfrutar los frutos que produce en variedad y abundancia la madre tierra, que no se cansa de darnos su pábulo. Quién se siente capaz de crear una estrella o un lucero, ver el sol dándonos calor y generando vida. La luna cumpliendo su misión acompañándonos en su silencio y velando por nosotros allá en la lejanía. 
Nos detenemos a pensar quién sería capaz de crear una partícula de agua con sus componentes. Quién es capaz de crear un ser humano o cualquier ser viviente para que pueda habitar la tierra, los mares y los aires. Quién cree que fabricó el oro, el diamante, como los demás elementos imprescindibles para nuestra supervivencia y goce de ellos. Los millares de plantas para beneficio de nosotros en el planeta tierra, los animales de diferente especie también para apoyar y acompañar al ser humano, colmándolo de cariño.
Se ve y se siente en el ambiente, en las aves y pájaros de múltiples colores y especies, se ve y se siente con deleite en la presencia inocente de los niños que juegan y sonríen. En los padres que aman y luchan por sus hijos, en el mendigo y el anciano que aunque camine lento muy consciente de su ocaso, pero ansioso por vivir. Se ve y se siente en el ciego, en el sordo y en el mudo, cuando se aferran a la vida y jamás reniegan de ella. Se ve y se siente en las flores como en su delicioso aroma, en los manantiales cristalinos que corren silenciosos en las noches y los bellos amaneceres. Se ve y se siente en el abrazo de un amigo, en el dulce beso a quien se ama. Se ve y se siente al germinar el trigo que se desgrana para convertirlo en pan. Se ve y se siente cuando cae la lluvia para irrigar la tierra.
Se ve y se siente en el copo de algodón que culmina su camino en fino abrigo que cubre con delicada emoción. Se ve y se siente en el capullo que con orgullo pasa por su crisálida generando la linda seda que nos adorna la piel alejados de la hiel con frenética bondad. Se ve y se siente en el que sueña y eleva su espíritu al infinito esperando en cada despertar extasiarse con sus triunfos.
Álvaro Alzate Ussma

Los “señores” del espacio público

Señor director: 

Hace algunos años escribí un artículo sobre los famosos controladores del espacio público. ¿Quién los nombra, qué condiciones académicas registran, qué funciones cumplen? Nunca respondieron y las preguntas tienen plena vigencia ahora. Afirmo que no tienen autoridad para pedir papeles, “correr” a los vendedores ambulantes, decomisar mercancías o prohibir su permanencia en ciertos lugares pues no son policías con placa, identificables en caso de desafueros o abusos. Es decir, en sus funciones reemplazan a la autoridad legítima como son los uniformados.

Dicho de otra manera, lo que usted llamó galerización de la 23, se le debe a la Policía en connivencia con el alcalde anterior. O con los concejales: en alguna campaña supimos de un concejal que era dueño de 13 esquinas que alquilaba o vendía con la garantía de no ser molestados por las autoridades. Hoy son más de veinte lugares.

Lo peor de todo es que los señores del espacio público, vaya paradoja, se reúnen por grupos numerosos a invadir el espacio público. Y se les ve en pareja chateando, sin nada qué hacer, como vagos bien pagos. ¿Cómo los escogieron? Respuesta: fueron los “auxiliares” que en la campaña de Rojas Giraldo repartieron volantes, cargaron pendones, empapelaron la ciudad y recorrieron las avenidas con la propaganda del candidato; es decir, con todo el asombro de que somos capaces, nosotros, los contribuyentes, los que pagamos impuestos, pagamos la campaña del hoy flamante alcalde de la ciudad.

Y como los vendedores ambulantes no son tontos, acatan a los señores del espacio público por un momento. Cuando desaparecen de su vista vuelven a su lugar de trabajo. Una prueba de su inutilidad es la proliferación de ventas, ese supermercado imponderable a lo largo de toda la carrera 23 especialmente desde la Catedral Basílica hasta el Parque de los Fundadores. Una pregunta final: ¿por qué permiten el camioncito de placas de Duitama, parqueado permanentemente en la esquina de la carrera 23 con calle 32? ¿Qué poderoso político lo protege? No solo está estacionado en lugar prohibido, es un vendedor ambulante especializado en coco, sino que estorba hasta el tráfico que sube por esa calle en donde impide la visión plena de motos y automotores que suben de la carrera 24, entre otros, las decenas de agentes que vienen de su cuartel general.

Adalberto Agudelo Duque

He sido asaltado en mi buena fe

Señor director: 

El motivo de esta comunicación es alertar a los ciudadanos del engaño, yo diría estafa, que están llevando a cabo los recaudadores del peaje de Autopistas del Café, GoPass. Cuando implementaron el sistema de pago electrónico hicieron promoción de que era un servicio gratuito, válido en todo el país.  Animado por esta comodidad de pasar los peajes sin filas ni demoras, me afilie al sistema en el programa básico pago de peajes únicamente.

Me ofrecieron el programa prémium, con el que podía pagar parqueaderos, restaurantes y otros gastos, opción que rechacé por ser un mal consumidor de cosas superfluas, recalcando que el servicio era totalmente gratuito. Solo había que pagar el importe del dispositivo electrónico para instalar en el vidrio delantero del automóvil. Transcurrido un mes de la afiliación me apareció en la cuenta bancaria un cargo automático a favor de GoPass. Puse una nota pidiendo aclaración de este cargo económico no pactado y no recibí respuesta.

En febrero me apareció otro cargo automático en mi cuenta, lo que se repitió en marzo. Ante el reiterado abuso sin explicación, al fin logré comunicación directa con alguien de GoPass, quien me explicó que mi programa era prémium porque en el momento de la afiliación había inscrito una cuenta bancaria para efectuar los cobros, pues en el programa básico no podían hacer cargo a cuentas bancarias. La petición de mi parte fue que se me bajara de estatus a básico, entonces me dijo que en el sistema básico cualquier gasto de peaje es recargado con un cargo extra de $2.500.

Creo que se constituye una estafa por publicidad engañosa y condiciones económicas ocultas. ¿Quién controla a estos “caballeros de industria” que se lucran dolosamente de la ingenuidad de los ciudadanos?

Un suscriptor.

En Siria, en Turquia... ¿y en Colombia?

Señor director: 

Vi una memoria de los rescates que hubo en Turquía y Siria, a raíz del terremoto que los agredió en febrero de 2023. Se constata de nuevo que salvar una vida humana produce una gran y general alegría en rescatistas y observadores. Y surgen en forma espontánea los aplausos, los abrazos, el entusiasmo. Se rescataron recién nacidos, niños y niñas de diferentes edades y en general otros seres humanos que agradecieron el poder seguir viviendo en estas coordenadas del tiempo y del espacio.

Reafirmo que el valor más absoluto que existe en esta inmanencia es el ser humano y su dignidad; y sus derechos que le permiten mantenerla y poder realizar algún proyecto que sea beneficioso para la humanización y el buen vivir de todos y cada uno de los seres humanos. No hay otro valor superior al ser humano y su dignidad. Esta se mantiene en medio de las vulnerabilidades humanas: discapacidades, limitaciones, errores.

Se debe afirmar que las acciones más éticas son las que buscan el respeto a esa dignidad humana: solidaridad, misericordia, respeto, amor, compartir, ayuda mutua. Por eso es triste constatar que muchos dan más importancia al dinero, poder, ideologías, partidos políticos, religiones, equipos de fútbol que a los seres humanos. ¡Cómo fue posible, qué ignorancia, qué estupidez!, que los colombianos hayamos irrespetado el derecho a la vida por defender el Partido Conservador o el Partido Liberal. Qué estupidez. Que ahora trata de repetirse por la izquierda y la derecha, el Centro Democrático, el Partido de la U, Polo Democrático, Colombia Humana, etc.,

Quitamos vidas humanas porque queremos acumular dinero, negocios rentables, narcotráfico, poder. Qué ignorancia, qué estupidez. Nada vale más que lo que vale cualquier ser humano, esté en las condiciones que esté. Se insulta, pero las mujeres que ejercen la prostitución por necesidad, por condición social, por lo que sea, merecen nuestro respeto integral y ojalá hiciéramos alguna obra para rescatarles de ese modo de vivir. Colombia requiere de una reeducación a través de la cual sembremos los criterios que siempre pongan la dignidad humana por encima de cualquier consideración.

Vuelvo a afirmarlo: la humanidad es la original y auténtica religión: mandamiento del amor, somos hermanos; culto: promoción humana como exigencia universal. ¿Hay terremoto en Colombia? Sí. Y es más grave que el de Turquía y Siria, porque en vez de rescatar se entierran seres humanos a diario. Es un terremoto cuyo epicentro es la ignorancia y estupidez de muchos colombianos que valoran más los bienes materiales que se quedarán fuera de nuestro ataúd; y en nuestro espíritu llevaremos lo poco humanos que fuimos. La ignorancia y la estupidez se han personalizado en Colombia.

Alirio de los Ríos Flórez.

¿Retroprogresismo?
Señor director: 

En el Diario de Alexánder Von Humboldt, (1801): “El río Magdalena tiene pocas revueltas, casi ningún brazo, muy pocas islas…” Y en ese viaje hasta Honda, en champán, traza Humboldt el mapa del río Magdalena. En Reminiscencias de Santa Fé de Bogotá, José María Cordovez Moure, narra, (1903): “Hoy se viaja a nuestro litoral atlántico con las comodidades que presentan los ferrocarriles de la Sabana y el de Girardot… el de La Dorada que une lo alto con el río Magdalena, y el de Bolívar, después de recorrer la parte alta y baja de dicho río por medio de la navegación regularmente establecida en buques de vapor.” Darío Mesa escribió: “Nunca ha tenido el país un desarrollo más rápido que el experimentado entre 1925-1929”. Con 25 millones de dólares, producto de la indemnización del Congreso de los Estados Unidos por la pérdida de Panamá y, con préstamos se modernizó el país, pues dicho capital se invirtió en ferrocarriles, energía y carreteras”.
Pero los ferrocarriles terminaron por dar el golpe mortal a la navegación por el río Magdalena que, desde tiempos coloniales, había sido un factor crucial en la vida económica, no solo del virreinato, también de la república. Las empresas de barcos de vapor se establecieron desde 1823 hasta 1960, bajando tabaco y café y subiendo mercancías, hasta que cayeron en desuso, dado que el transporte de carga y pasajeros era mucho más rápido con el tren. Pero la épica del tren llegó a su fin hacia los años 80 del pasado siglo. El abandono de los ferrocarriles se encuentra plasmado en el terminal de transporte en Cali, allí yacen los vagones pudriéndose al calor de la ciudad. Los rieles se levantaron como sucedió entre Cali y Popayán y, en esta ciudad se dinamitó la estación del tren... Las vaporinas acabaron como recuerdo en Chiquinquirá o convertidas, en los talleres de Facatativá, en tejos para jugar turmequé…
Primero se establece la navegación fluvial, luego se tienden los rieles para el tren y, queda a un lado el río, el transporte fluvial. Más tarde se construye el ferrocarril que con el tiempo cae en abandono porque se han trazados y construido las carreteras. No es explicable la construcción del ferrocarril paralelo a la vía fluvial y, pasadas unas décadas, viene la construcción de la calzada paralela a la línea del tren… En las carreteras transitan las mercancías, en conteiners, bordeando la accidentada orografía del país.
No sé si es cierto lo que he oído hace unos días o si es una broma o una inocentada fuera de tiempo. En las noticias, se dice que se ha puesto en funcionamiento el ferrocarril entre La Dorada y Santa Marta. Y, cuando paso por la estación de la Sabana siento nostalgia de algo grandioso. Aunque, a decir verdad, las últimas alcaldías y la gobernación de Cundinamarca prometen la construcción del regio tren que irá hasta el cercado fuerte al final de la llanura -Facatativá- si es que los transportadores de carretera lo permiten.
Silvio E. Avendaño C.

La virtud de valorar
Señor director: 

El milagro más precioso e impactante es la vida, saber que existimos y si el Omnipotente creó el universo y dispuso que a través de la única fuerza incontenible en el mundo, que es el amor, llegáramos a este planeta, fue porque todo lo diseñó para nosotros. La tierra nos da el alimento que nos nutre día a día, como seres de carne y hueso, con los órganos para habitar aquí, ya que a otro ser diferente le sería imposible. Tenemos cerebro, corazón, pulmones, pies, oídos y todo lo demás; el aire, el agua, el viento, el fuego, que sostienen la vida.
Toda clase de riquezas minerales, petróleo, piedras preciosas, millares de especies animales que nos acompañan, nos servimos de ellos y nos dan compañía, ligados algunos a todas las labores del campo, nos visten, nos alimentan. Es obligatorio comportarnos bien con nuestro entorno, dejar de creer que todo lo merecemos impositivamente, que podemos hacer lo que nos dé la gana, con derecho a destruir y autodestruirnos.
No cabe ninguna duda que la creación no proviene sola, basta con preguntarnos qué científico sería capaz de crear un ser humano o un animal, dotados de las maravillas que tenemos, sentimientos, emociones, cualidades y defectos, nos hemos preguntado cuántas veces logramos respirar desde que nacemos hasta que morimos. Cuántas veces palpita el corazón, sino volviera a amanecer o si nunca anocheciera, si los pájaros dejaran de cantar, si los niños dejaran de nacer, jugar y sonreír; si la tierra, ya cansada, dejara de producir; si las flores dejaran de adornarnos y ya no volvieran a germinar; sino volviera a llover.
Quién es capaz de crear una estrella, una gota de agua, una partícula de oxígeno, pero sí sabemos explotar la tierra de modo desenfrenado y humillar a los semejantes, mancillarlos y esclavizarlos anteponiendo la soberbia, el orgullo y la altivez. Cuándo vamos a entender que los bienes terrenales son prestados y que todo queda aquí para el bienestar transitorio, pasando de generación en generación hasta el final de los tiempos.
Alvaro Alzate Ussma

La música y su vigencia
Señor director:

Con sugerencia generosa de un amigo se asume esta responsabilidad de escribir sobre la música de antes y la de los tiempos actuales. A pesar del argumento de que “las comparaciones son odiosas”, vamos a hacer un paralelo entre canciones que escuchamos el siglo pasado y las que cantan las generaciones de hoy. En principio, está en el ambiente definir cuál es la mejor, y, la discusión tiene tanto de largo como de ancho porque son los entornos socioculturales, las costumbres, la épocas y los gustos que finalmente determinan sobre lo que se escucha. Una balada, un tango, un bolero, una salsa o una de despecho pueden calificarse mejor que un reguetón, una bachata, un merengue o la metálica, o al contrario.
Veamos cinco ejemplos para reflexionar sobre una preferencia y valoración en la satisfacción que producen: “Sin rumbo alguno”, salsa del Conjunto Clásico; “Si te contara”, bolero de Tito Rodríguez; “Canción del soltero”, tango de Armando Moreno; “La bohemia”, balada de Charles Aznavour, y “Nadie es eterno en el mundo”, canción de despecho de Darío Gómez. Las letras, excelsas poesías de la música del pasado y sus arreglos, mueven la fibra sentimental de sus adeptos produciendo alegría y bienestar emocional. Ahora ejemplifiquemos con canciones de los adolescentes de hoy: “Pobre diabla”, reguetón de don Omar; “Propuesta indecente”, bachata de Romeo Santos; “Metálica”, de Masters Puppels. Cualquier análisis o reflexión para determinar el grado de preferencia está sujeto a las costumbres, al entorno social y familiar, adicionalmente de que cada época trae sus formas de hacer, desarrollar y potenciar a las personas.
La música es quizá la expresión cultural que más equilibrio psicoemocional produce en las personas, hace parte del arte que socializa costumbres de las regiones, países o continentes. Un bolero es característico de Cuba, México o Puerto Rico; un tango de los argentinos; una cumbia, una salsa o un vallenato de Colombia; un joropo de Venezuela, ..., y en estos términos aceptaremos los gustos de acuerdo con nuestra cultura. Existe también la elección solo desde los sentimientos, para ello un bolero queda bien, pero, hay quien desde su interior le gusta la fiesta y entonces decide sobre una salsa, una cumbia o un vallenato.
Refiero gratamente la letra de la canción “Macondo” interpretada por Rodolfo con Los Hispanos en la cual nos recuerda a García Márquez y su obra cumbre que le acredita el nobel de literatura; la letra inicia con la frase: “Los cien años de Macondo, suenan, suenan en el aire”, haciendo referencia directa a la obra, Macondo es el lugar ficticio en el que habitaba la familia Buendía. La canción alude también a “Gabriel Trompetas”, quien es el creador de la obra. “Diabla”, un reguetón de Romeo Santos nos ubica en las diferencias evidentes: “Yo puedo comerte como a ti te gusta/ Si solo te dejas querer/ En caliente yo voy por ti/ Mija aquí no muerdo, no se me asuste/ No hay tiempo qué perder/ Solo se vive una vez/”. Nuestras vidas están regidas por los entornos socioculturales que marcan una impronta con la cual se vive y determinan el curso de las realizaciones y forma de vida.
“Siempre la música fue el imán de mis sentidos”: Calderón de la Barca.
Rigoberto Escudero Osorio

La delincuencia le perdió el respeto a las autoridades
Señor director: 

Acciones decididas con amor a las familias de Colombia, que hoy en día están sufriendo las inclemencias y espinas que trae la inseguridad, que está atentando brutalmente contra sus vidas, trabajo, empresas y sobre todo marcha normal y tranquila de la economía. Lo grave de todo lo que pasa es que pareciera que los delincuentes le perdieron el respeto a las autoridades civiles, militares y de policía. Los que irrespetan la Constitución, las leyes y en general las buenas costumbres vienen burlándose de los poderes públicos, de la institucionalidad de la apaleada Colombia. A los que delinquen no hay que darles concesiones con principios de oportunidad, ya que es de cruda injusticia con los seres humanos que se portan con integridad y respeto con Colombia. Todo el que atente contra la paz y tranquilidad de las familias y empresas debe recibir la sanción correspondiente. Lo sucedido el 8 de febrero en Bogotá es la tapa del congolo; que retornó el 8 de marzo, desluciendo con violencia el Día de la Mujer. El Estado no puede “dormirse” con la vigencia de la seguridad, porque sufre impacto la democracia. Y obviamente la convivencia pacífica entra en crisis. El preámbulo constitucional hay que cumplirlo con sus 8 variables, que no están allí de bonitas. Hay que darles vigencia real.
Rogelio Vallejo Obando

Costo de una deuda social
Señor director:

Hace 50 años por motivos relacionados con mi actividad laboral, vinculado en ese entonces a la Caja Agraria, viví en la costa del Pacífico correspondiente a los departamentos de Nariño, Cauca y Chocó. Hoy sin ninguna sorpresa encuentro, después de cinco décadas, el mismo subdesarrollo que imperaba en las regiones costeras que componen esta olvidada zona de nuestro país. Comunidades ubicadas a la orilla de grandes ríos, luchaban por la subsistencia explotando la riqueza forestal, aurífera y pesquera, bajo unos indicadores de pobreza macabros. Conocí a los habitantes de los ríos Mira y Rosario, Patía, Telembí, Iscuandé, Timbiquí, El Charco, Guapi, Río Mayo, San Juan, Baudó y Juradó.
Las necesidades básicas insatisfechas eran todas; la salud en casos con cierta complejidad se prestaba en Pasto, Popayán y en Cali para los más privilegiados. Sin embargo, el orden público estaba matizado por la más sana convivencia. Lo que no se tenía presente era como se iba preparando esa extensa área poblada de comunidades indígenas y afrodescendientes para convertirse en la actualidad en escenario de los más críticos problemas sociales. Cultivos ilícitos y minería ilegal con el componente de los actores armados del conflicto, son el detonante mayor para mantener la población civil acorralada o en desplazamiento forzado. En algunos sitios la presencia del Estado ha sido sustituida por organizaciones al margen de la ley.
Debemos reconocer cómo los problemas no se generan de la noche a la mañana, se enquistan con los años produciendo reacciones muy tarde en detectarlas y cuando se trata de atenderlas ya no tienen solución o son de difícil reparación. Una región con inmensas posibilidades, olvidada por los entes gubernamentales de los departamentos y la Nación, clama por la solución de los problemas no atendidos y heredados por los años. Son regiones con idiosincrasias propias, con etnias autóctonas ocupantes de territorios por siglos y con una identidad cultural sui generis. Queda el pago de una deuda social con intereses de mora acumulados, representados en vías, puentes, puertos aéreos y marítimos, infraestructura urbana, desarrollo agropecuario, crédito de fomento, equipamiento turístico, servicios públicos, vivienda, salud y educación.
Solo así se logran neutralizar el conflicto armado y las economías ilegales; restablecer la paz, la seguridad en poblaciones expuestas a los efectos de una guerra ajena a sus intereses y reincorporar esta extensa región al resto de Colombia, brindándole a sus moradores las oportunidades nunca suministradas por el centralismo o desinterés del gobierno nacional.
Jaime Escobar Herrera

Del programa de vivienda en Caldas
Señor director:

Empezando el año, un grupo de caldenses nos unimos e inscribimos ante la Personería de Manizales la Veeduría Departamental de Vivienda. Nuestro objetivo es vigilar la gestión pública del proyecto de vivienda promocionado por la Gobernación de Caldas, garantizando la eficacia de los recursos y el cumplimiento efectivo de su realización, en conformidad con los artículos 100 de la Ley 134 de 1994 y 1 y 4 de la Ley 850 de 2003.
En esta misma línea, solicitamos al Gobierno Departamental incluir en su Plan de Desarrollo 2024-2027 una línea estratégica destinada a la optimización e implementación de proyectos para la adquisición y mejora de vivienda digna en nuestra región. Después de un análisis juicioso de la situación, esta veeduría considera fundamental continuar con los proyectos iniciados desde la Administración anterior, pensando en alcanzar mayores niveles de resultado y mantener condiciones de gobernanza adecuadas.
Por otro lado, este mismo análisis plantea una alerta temprana frente a lo que vemos se está liderando en la Administración actual. Vemos con inmensa preocupación que mientras familias caldenses que nos han contactado esperan ansiosamente mudarse a sus nuevos hogares, los señores secretario de Vivienda, Jorge William Ruiz Ospina, y gobernador, Henry Gutiérrez Ángel, hayan demostrado con sus acciones un desinterés por la entrega de vivienda en el departamento, materializado en la drástica disminución de entregas efectivas en lo que va corrido del año. Esta situación reafirma la importancia de un compromiso constante con la vivienda social y el bienestar de las comunidades, así como la necesidad de mantener el impulso y la dedicación iniciados por la Administración anterior, para que la vivienda sea una política de gobierno y no un programa de un gobierno puntual.
Esta veeduría estará atenta a que los actuales mandatarios tomen medidas urgentes para acelerar la entrega de viviendas y cumplir con las expectativas de las familias que tienen su confianza puesta en sus gobernantes para tener un lugar digno dónde vivir. Así mismo, instamos a los medios de comunicación a hacer un seguimiento juicioso de los avances en materia de vivienda en el departamento, pensando siempre en el bienestar de los caldenses.
Germán Humberto Gallego y Manuela González Noreña, presidente y vicepresidenta de la Veeduría Departamental de Vivienda de Caldas.