En Siria, en Turquia... ¿y en Colombia?

Señor director: 

Vi una memoria de los rescates que hubo en Turquía y Siria, a raíz del terremoto que los agredió en febrero de 2023. Se constata de nuevo que salvar una vida humana produce una gran y general alegría en rescatistas y observadores. Y surgen en forma espontánea los aplausos, los abrazos, el entusiasmo. Se rescataron recién nacidos, niños y niñas de diferentes edades y en general otros seres humanos que agradecieron el poder seguir viviendo en estas coordenadas del tiempo y del espacio.

Reafirmo que el valor más absoluto que existe en esta inmanencia es el ser humano y su dignidad; y sus derechos que le permiten mantenerla y poder realizar algún proyecto que sea beneficioso para la humanización y el buen vivir de todos y cada uno de los seres humanos. No hay otro valor superior al ser humano y su dignidad. Esta se mantiene en medio de las vulnerabilidades humanas: discapacidades, limitaciones, errores.

Se debe afirmar que las acciones más éticas son las que buscan el respeto a esa dignidad humana: solidaridad, misericordia, respeto, amor, compartir, ayuda mutua. Por eso es triste constatar que muchos dan más importancia al dinero, poder, ideologías, partidos políticos, religiones, equipos de fútbol que a los seres humanos. ¡Cómo fue posible, qué ignorancia, qué estupidez!, que los colombianos hayamos irrespetado el derecho a la vida por defender el Partido Conservador o el Partido Liberal. Qué estupidez. Que ahora trata de repetirse por la izquierda y la derecha, el Centro Democrático, el Partido de la U, Polo Democrático, Colombia Humana, etc.,

Quitamos vidas humanas porque queremos acumular dinero, negocios rentables, narcotráfico, poder. Qué ignorancia, qué estupidez. Nada vale más que lo que vale cualquier ser humano, esté en las condiciones que esté. Se insulta, pero las mujeres que ejercen la prostitución por necesidad, por condición social, por lo que sea, merecen nuestro respeto integral y ojalá hiciéramos alguna obra para rescatarles de ese modo de vivir. Colombia requiere de una reeducación a través de la cual sembremos los criterios que siempre pongan la dignidad humana por encima de cualquier consideración.

Vuelvo a afirmarlo: la humanidad es la original y auténtica religión: mandamiento del amor, somos hermanos; culto: promoción humana como exigencia universal. ¿Hay terremoto en Colombia? Sí. Y es más grave que el de Turquía y Siria, porque en vez de rescatar se entierran seres humanos a diario. Es un terremoto cuyo epicentro es la ignorancia y estupidez de muchos colombianos que valoran más los bienes materiales que se quedarán fuera de nuestro ataúd; y en nuestro espíritu llevaremos lo poco humanos que fuimos. La ignorancia y la estupidez se han personalizado en Colombia.

Alirio de los Ríos Flórez.

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