Sindéresis con las familias del oriente
Señor director:
Sentimientos encontrados (enfado, compasión, tristeza…) son los que inundan la mente del lector al conocer las noticias publicadas por La Patria el sábado 23 de marzo encabezadas con el titular: “En el oriente caldense crucificados por siembra de coca”. A unas 33 familias de Pensilvania y Samaná les notificaron que debían, con plazo hasta el 22 del presente mes, remitir a la SAE una propuesta de legalización, aunque la entidad se reserva el derecho de legalizar su permanencia en los predios, con la suscripción de un contrato de arrendamiento, o, por el contrario, hacer entrega de sus fincas, so pena de iniciar el proceso de desalojo.
Insisten las autoridades en aplicarles extinción de dominio a esas propiedades, por cuanto sus dueños por allá en el año 2004, hace ya 20 años, colaboraron con los guerrilleros y los paramilitares. En abril de 2016 representantes de La Patria viajaron a la región para escuchar a los campesinos y los procesos se frenaron, por lo cual ellos descansaron, pero ahora se revive su angustia y desespero, pues si los expropian no saben qué hacer ni dónde ir con sus familias. Sindéresis, mucha sindéresis, se requiere para emitir un fallo justo. Necesaria es la empatía, esa cualidad que conocemos como “ponerse en la piel del otro” para comprender la situación de un campesino honesto, como son la generalidad de los habitantes de los campos de Pensilvania y Samaná, a quien se le coloca el cañón de un fusil o de una pistola para obligarlo a cumplir una orden de cualquier grupo ilegal armado bajo la amenaza de obedecer, morir o abandonar su terruño.
¿Dónde quedan los principios fundamentales consagrados en la Constitución sobre protección a la familia, al trabajo, a la igualdad, etc.? ¿Dónde la justificación del hecho consagrado por el art. 29 del Código Penal en su numeral 5°: “Por la necesidad de proteger un derecho propio o ajeno de un peligro actual o inminente…”, o la causal de inculpabilidad del numeral 2° del artículo 40 de la misma normatividad: “Quien obre bajo insuperable coacción ajena”? Una cosa es proferir resoluciones desde la cómoda silla de un escritorio y otra muy distinta verse acorralado por uno o varios grupos de asesinos que como “Karina” o el mismo “Veterino” y sus secuaces sembraban el pánico en apartados territorios donde los ciudadanos se encontraban abandonados por el Estado, obligado a protegerlos. Esos campesinos no eran delincuentes, sino víctimas de la violencia ejercida por aquellos siniestros asaltantes que a sangre y fuego se tomaban campos y poblados y cuya sola evocación causa espanto. Por ello, resulta desconcertante que mientras el Gobierno adquiere tierras para darles a los campesinos que no la poseen, lo que es justo, al mismo tiempo se trate de despojar de sus pequeñas parcelas a quienes las han conseguido con sangre y sudor a través de muchos años, sin considerar que si ellos tuvieron que plegarse a la voluntad de los violentos lo hicieron por la necesidad de proteger sus derechos y, en todo caso, obrando por insuperable coacción ajena, circunstancias que los exonera de toda responsabilidad, por lo que no podría el Estado expropiarles sus inmuebles sin cometer la más grande arbitrariedad. Es de esperar que alguna autoridad intervenga para que a esos honrados compatriotas se les haga justicia.
Manuel Galindo A.
Carta a mi amigo el gobernador
Señor director:
Regresar a la labor social y recorrer veredas y barrios es tocar el corazón de las realidades en las que viven muchas familias, en especial nuestros niños. Para muchos de ellos estudiar es más que aprender; es alimentarse, no solo de conocimiento, sino garantizar la posibilidad de un desayuno y en algunos casos de un buen almuerzo. Un plato de comida que gracias a políticas públicas como el Plan de Alimentación Escolar (PAE) garantizan el derecho al mínimo vital que deben tener. Escuchar que en Caldas muchos niños disfrutan de este programa no debe llenarnos de alegría porque deberían ser todos. Escuchar que están asegurados casi todos los días del calendario escolar no debe ser motivo de una buena planificación; es un mensaje urgente para atender este proyecto como prioridad. Es comprender que el PAE solo opera los días del calendario escolar, como si los sábados y domingos los niños se olvidaran del hambre, o si los festivos, que celebran tantas familias con la posibilidad de comer y tener un espacio de esparcimiento con sus hijos, son realidades de tristeza para tantos niños que ven un día más sin poder recibir una buena alimentación.
¿Qué decir entonces de las vacaciones de mitad y final de año, gobernador, amigo, médico humano? No los olvide en este Plan de Desarrollo que construye con cada uno de los municipios. Su huella en este cuatrienio podrá ser esta bandera, que le aseguro será el punto de partida para que los mandatarios que lo sucedan la mantengan. Usted, con sus buenos tratos y el excelente equipo que lo acompaña, tiene la capacidad de buscar las fuentes de financiación pública y de convocar a los sectores empresariales alrededor de lo que debería ser una de las mayores prioridades del departamento: “Un Caldas sin hambre”.
No podrá, para un médico de las calidades humanas suyas, pensar en que su paso como mandatario departamental pueda dejar como resultados las mismas obras de cemento en vías y vivienda de sus antecesores. Su huella debe quedar en aquellos que por muchos años fueron sus pacientes, en las realidades que lo llevaron paralelamente desde su consultorio médico a ingresar en esas turbias aguas de la política en defensa de los más desvalidos, y ¿quién más frágil que nuestros niños, señor Gobernador?
Sergio López Arias, personero de Chinchiná
Ciudades atascadas
Señor Director:
En las ciudades, alrededor de la parte tradicional, denominada “sector histórico”, que desde la Colonia permanecía estancada, se extiende un mundo sin orden y sin plan. Las ciudades crecen, bien por la inseguridad, la violencia en el mundo rural y por la esperanza de un mundo mejor. En un principio no hubo mayores reparos, pues las invasiones no tenían mayor importancia; gente que venía del campo a las orillas de la ciudad. Llegaban y se encontraban con que nada les pertenecía, ni el agua, ni el banco del parque, ni derecho al hospital. Pero quienes habían vivido en la urbe sintieron la incomodidad y vieron a los recién llegados como extraños y enemigos. Ellos buscaban asimilarse a un mundo insólito que encontraron. Aprender a tomar el bus, acercarse al mundo urbano, llegar al estadio.
Hubo cambios en la fisonomía de la ciudad, pues el desarrollo desordenado fue creciendo. Unos lugares se convirtieron en centros comerciales, urbanizaciones, retazos de clase media, edificios de propiedad horizontal en cómodas cuotas, apartamentos, casas y con ello la ilusión de independencia y autonomía que da el auto particular, hasta para ir por el pan… Los jardines poco a poco desaparecieron para dar lugar a planchas de cemento, rejas metálicas, cercas eléctricas. Mientras pululan en las calles los desadaptados, mendicantes, delincuentes, sospechosos.
Y, ante el tumulto de complicaciones, los candidatos liberales se tornan conservadores, pues convierten las consecuencias en causas, al transformarse en promotores de seguridad y movilidad: Hay que invertir en cámaras, acrecentar la policía, construir cárceles, legislación dura, envidiar a Bukele… Y ante la creciente temperatura por la inundación de vehículos es necesario ventiladores, avenidas, parqueaderos, puentes, metros elevados y caídos… Peticiones a la autoridad mientras la basura crece. Aceras invadidas a un costo mínimo y oferta: ¡Moto, moto, moto! Las calles convertidas en plazas de mercado. Atascos: automóviles, camiones, busetas. Las autoridades visten la capa de supermán ante el caos. Y, dele que dele con el orden público, con la escasa presencia de la autoridad, con las torpezas de la injusticia, el aumento de la marginalidad social, la presencia invisible de los drogos y colinos, la petición del libre porte de armas, el alcohol protegido por licoreras y seguros, factores incluyentes que facilitan los delitos como el hurto. Tantos paños, cortinas, miradas para que el otro crea en el avance, el progreso pregonado sin desfalcos ni atracos. Y no hay industrias ni proletarios, sólo importaciones en un horizonte de influencers y precarios.
Silvio E. Avendaño C.
119 años de la fundación de Caldas
Señor Director:
La Sociedad de Mejoras Públicas de Manizales se une a la celebración de los 119 años que cumplió de fundado nuestro departamento de Caldas el 11 de abril. Exaltamos y admiramos la pujanza y el emprendimiento de toda nuestra comunidad caldense que ha sido ejemplo de civismo para nuestro país.
Herman Estrada Mejía, presidente de la Sociedad de Mejoras Públicas de Manizales
Hablemos de vías
Señor director:
Un llamado de atención a los encargados de las vías, tanto en Manizales como en el departamento. Es deplorable ver la vía de entrada a la ciudad de Manizales, hablo de la vía Ondas de Otún-glorieta La Fuente, tramo entre el semáforo de La Fuente y el barrio Los Álamos, en el cual hay 7 cráteres que inducen a los conductores de carros y motos a hacer maniobras que perfectamente pueden causar accidentes. Es de anotar que hace apenas un año se hizo un reparcheo.
La otra vía es la de Manizales-Petaqueros, a la cual es menester trazar las líneas del centro como las laterales, que están deterioradas y son de suma importancia para servir de guía cuando hay neblina espesa, tanto en el día como en la noche. No se imagina el sufrimiento al transitar por esta vía cuando se presenta el fenómeno climático antes descrito.
Jorge Edisson Hincapié L.
Un ridículo el Día del Hombre
Señor Director:
La sociedad de consumo ya no sabe qué inventarse para dedicarle una fecha supuestamente especial a las personas, las efemérides del Día de la Madre y el del Padre tienen un verdadero sentido, pues ambos seres son indispensables para la sociedad y la constitución de la familia. Como crearon el Día de la mujer continuaron ahora con el Día del Hombre; eso suena ridículo, cursi, no tiene ninguna connotación, solo es un distractor mediático que busca algún impacto o protagonismo sin lograrlo.
El día de la mujeres y de los hombres son todos los días, al igual que el Día del Padre y el de la Madre, pero bueno digamos que que esta última fecha trae consigo algo de fraternidad en donde las familias se congregan a compartir y allí hay expresiones de afecto, amor y cariño siendo más válidas.
No falta sino que ahora sigan con asignar una fecha en el año para el día del gato, del perro, del loro, del burro o del caballo, nutriendo y complementando así el circo, y tantos siguiendo como borregos, aprovechándose de la incultura y la fragilidad emocional, que por fortuna no es de todos.
Alvaro Alzate Ussma
Gustavo Robledo Isaza
Señor Director:
Notas Cívicas se une al cumpleaños del ilustre prohombre nacido en 1921, al igual que el diario LA PATRIA, recordando escrito en la revista Aleph, autoría del Dr. Carlos-Enrique Ruiz Restrepo, miembro de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, en el que expresó que el Ing. Gustavo Robledo Isaza es “personalidad creadora, con liderazgo reconocido en la ingeniería y en la vida cívica de la ciudad. ... vida, gestora y laboriosa”. A renglón seguido recordó: “he sido alumno de los tres ingenieros Robledo-Isaza, entre los mejores profesores de mi vida: Alfredo, que murió temprano, diseñador y constructor de estructuras metálicas audaces y el gestor de Manilit; Julio, pionero en la mecánica del suelo, con obra realizada de grueso calibre (en laboratorio, campo y aula), y Gustavo, de cátedra pública. Personalidades consistentes en la ingeniería y en la vocación de servicio ciudadano, a quienes tantos les debemos tanto.
Las iniciativas de Gustavo han sido continuas y de realizaciones concretas, aunque en algunas ocasiones despierta polémicas, siempre útiles, más por el énfasis o pasión en la promoción de las iniciativas. Obras suyas han sido, por ejemplo, el destino de aguas termales para el tratamiento de las aguas de consumo doméstico en la ciudad, y las de recreación saludable en las afueras. La idea de túneles para resolver problemas de vías en Manizales, que comienza a ser realidad. Las primeras de todas ellas, las avenidas 12 de Octubre y Centenario, y la plaza de toros.
El proyecto de puerto en Tribugá, ambicioso y problemático. La idea de ferrocarril por divisoria de aguas entre la Orinoquía y la Amazonía, que todavía no se tiene en cuenta en la planeación vial, intermodal, del país. La iniciativa de los puentes que ya se disfrutan como elusión de problemas antiguos en la Estampilla y la Estampillita. El proyecto de vía alterna al Magdalena, visionario... Es decir, se trata de una personalidad creadora, con liderazgo reconocido en la ingeniería y en la vida cívica de la ciudad. Innegable”.
Finalizo diciendo que serán siempre inolvidables las tertulias que tuve con él en la Cámara de Comercio y en La Cigarra, entre otros lugares. Ser humano abierto y cordial, sin pretensiones de ningún tipo. Un genuino maestro: entregaba elementos de juicio para los análisis. Nunca pensó en adoctrinar. Tiene inefable legado. Reciba mi abrazo fraterno.
Rogelio Vallejo Obando
Empleados de planta: una nueva élite
Señor director:
Salvo que se carezca del sentido de la solidaridad, duele contemplar la prematura muerte de tantos emprendimientos que en su afán de supervivencia se ingenian los compatriotas que no gozan del privilegio en que se ha convertido tener un empleo fijo. Todos hemos observado en nuestro cotidiano recorrido por las calles de cualquier sector de la ciudad cómo algún local está siendo acondicionado para abrir allí una cafetería, boutique, peluquería, restaurante, consultorio, venta de arepas o cualquier otro emprendimiento. Lo vemos en funcionamiento y atendido por sus entusiastas propietarios y empleados; pero muy poco tiempo después, tristemente, somos sorprendidos y moralmente golpeados por el hecho de que ahora en las puertas del mismo local aparecen carteles en los que se lee: “Se arrienda”. Esos son sólo casos visibles, pero seguramente hay un número todavía mayor de emprendimientos que nacen y mueren en una especie de anonimato.
Detrás de estos fracasos suele haber frustración e incluso la quiebra económica y moral de un hombre, una mujer, una pareja, una familia o unos socios que soñaban obtener un ingreso; un oneroso préstamo bancario o de otros usureros; las ilusiones truncas de aquellos que de una u otra forma esperaban beneficiarse por largo tiempo de un empleo directo o indirecto; los compromisos adquiridos y ahora pendientes con proveedores; los gastos realizados en las entidades que otorgan los permisos de funcionamiento, y quién sabe cuántos otros problemas más. Aparte de las víctimas de estos encomiables, pero fallidos intentos, ¿a quién le duele sinceramente su suerte y hace algo por ellas?
Todavía quedan empleados, especialmente oficiales, que creen que el Estado se alimenta económicamente de sí mismo; que los fondos estatales se obtienen del dinero que a su antojo quiera emitir el Banco de la República; que desconocen o se niegan a reconocer que todas las prebendas de las que gozamos los empleados de planta, públicos y privados, son posibles gracias a las iniciativas y los riesgos que corren los grandes, medianos y pequeños emprendedores o empresarios. Generalmente, estos empleados se autoperciben y se presentan ante la sociedad como una masa sacrificada y explotada, ignorando que sus comodidades (así no sean las deseadas) sólo son posibles gracias el esfuerzo de esos arriesgados emprendedores que con sus impuestos alimentan las arcas de las que se extraen los salarios y demás prestaciones.
Cuando se está en cargos de planta, y más aún cuando se es empleado estatal de toda la vida (como en el caso de la ministra de Trabajo y de los expertos que la acompañan), se es propenso a desarrollar una mentalidad ajena a las incertidumbres de los emprendimientos particulares, en los que unos días se gana y otros se pierde. Eso explica por qué con tanta facilidad imponen a los emprendedores obligaciones muy justas en la teoría, pero impracticables en la realidad. En su brega diaria, un emprendedor tiene que hacer todo para subsistir: turnarse con sus ayudantes para aprovechar las 24 horas de todos los días de la semana sin importarle si son festivos; alimentarse mientras realiza su trabajo; hacer lo imposible para recaudar los aportes para salud y pensión, etc.
Las organizaciones sindicales, cuya función social no desconocemos, se concentran de modo egoísta y discriminatorio en la mejora de las condiciones de vida de quienes gozan del privilegio de tener un empleo estable, y lo hacen desentendiéndose o incluso denigrando y atacando abiertamente a los verdaderos contribuyentes (los emprendedores o empresarios). No es insensatez que al Ministerio del Trabajo le convendría más el nombre de Ministerio de los Empleados, pues como en mayo del año anterior lo expresaran algunos de sus expertos y lo ratificara la ministra, la misión de esta cartera no es crear empleo, sino mejorar las “precarias” condiciones de los empleados.
Jorge O. López V.
El estado de madurez o adultez
Señor director:
En muchas culturas, desde tiempos inmemoriales, siempre se usa el apelativo de viejo a las personas que van o vamos llegando a una edad avanzada. Por fortuna ni el reloj ni el calendario tienen diferenciación con nadie; corre para todos, no se detiene. Es un término peyorativo decir viejo o anciano, lo cual a nadie le gusta escucharlo y causa indisposición.
Es paradójico que cuando somos niños orgullosamente damos la edad y queremos ser grandes, pero con el paso del tiempo anhelamos volver a ser niños y a nadie le gusta decir cuántos años tiene y muchas veces nos quitamos la edad, satisfaciendo el ego y dando la impresión frente a los demás de que somos invencibles, cuando interiormente nos estamos engañando.
No debemos preocuparnos por el paso de los años, es algo imperativo; es procurar vivir de la mejor manera posible e irnos preparando para el día que ya nuestras luces se apaguen y el cuerpo por su misma naturaleza, concepción y estructura culmine su tránsito. Sufrir y tratar de oponerse a la realidad nos causa mayor angustia existencial, dejando de vivir por colocarnos las ataduras que nos flagelan.
Cada quien que se marcha a la eternidad en nada los afecta o los molesta, no lloran ni ríen, el tiempo sigue su rumbo como si nada fuera, los que pasamos somos nosotros cual golondrina que gime por la lluvia, para luego también morir en ella.
Alvaro Alzate Ussma.
La prudencia
Señor director:
El doctor Jorge Raad Aljure se expresó sumamente bien en la columna del 26 de marzo. Habló del catecismo y de la catequesis y analizó aspectos importantes de la prudencia.
El filósofo francés Jacques Maritain, auditor laico en el Concilio Vaticano II, definió o describió la prudencia en estos términos, palabras más, palabras menos: “Reina de las virtudes morales, noble y hecha para mandar porque dirige nuestros actos a un fin último que es Dios, soberanamente amado”.
Atentamente,
Observador católico
Alerta con algunas inmobiliarias de Manizales
Señor director:
Es una triste historia la de un funcionario que por motivos de trabajo debía trasladarse a otra ciudad. El funcionario en mención se encontraba como inquilino en un apartamento alquilado por una inmobiliaria de la ciudad, su contrato vencía el 30 de marzo del año en curso y desde el primer día de este mes se le informó por escrito a la inmobiliaria que debía salir de la ciudad el día 20 de marzo a pesar de haber cancelado el canon de arrendamiento correspondiente por todo el mes.
La inmobiliaria le responde que el comunicado se debió haber hecho con tres meses de antelación, antes del vencimiento del contrato. Teniendo en cuenta que el desplazamiento para otra ciudad fue inesperado y fortuito, se acude a la inmobiliaria con el ánimo de conciliar. La respuesta fue que debe cancelar una multa de tres meses de arriendo y como no se tiene todo el dinero completo en el momento, debido a la premura del tiempo para el desplazamiento a la nueva ciudad para el nuevo cargo, se le hace un ofrecimiento. La inmobiliaria no acepta y advierte que de no pagarlos inmediatamente, no se le permitirá sacar sus pertenencias del apartamento.
Esta actitud tan radical afecta de manera muy severa el estado anímico y emocional del cliente y por supuesto de su familia.
A manera de reflexión: sería muy conveniente que las inmobiliarias revisaran algunas normas tan injustas y radicales, con las que se anula el diálogo y la concertación, afectando la tranquilidad y la toma de decisiones oportunas para mejorar la calidad de vida de sus clientes que se han destacado en responsabilidad y cumplimiento en el pago del arrendamiento. Es imposible dar un aviso con antelación a tres meses cuando se ha presentado la oportunidad de un cambio para ir a laborar o vivir a otro lugar, son casos inesperados que el destino nos presenta.
Como suplica el Chapulín Colorado: ¿… y ahora... ¿quién podrá defenderme?
Y como dice la canción: “Ni Gucci ni Prada”.
Suscriptora
Por favor, dejar a los taurófilos en paz
Señor director:
Considero que todos los caldenses que están en el Congreso de Colombia deberían por simple cariño a la Patria chica, no dejar que se extingan en el país las corridas de toros, porque ello llevaría al fracaso a la Feria de Manizales, que a nivel nacional e internacional perdería todo su atractivo con el fanático actuar. Los toros no tienen reemplazo, además que son la columna vertebral del festejo. A los que no les guste el Arte de Cúchares bien pueden irse a jugar tejo o billar. Déjenle la vida tranquila y en paz a los taurófilos.
Indicado el momento para escribir que tampoco deben ser tan dictatoriales al querer acabar también con las riñas de gallos, las corralejas y otras expresiones parecidas, muy ligadas al alma en variados segmentos de la población. Lo interesante sí sería que los detractores de tales gustos se preocuparan más por la alta criminalidad que se vive en el país y entregaran soluciones. Ni los gallos, ni los toros, ni las corralejas provocan grados de inseguridad en las familias, además de que están inmersas dentro de la economía naranja.
Rogelio Vallejo Obando
Observaciones al Hospital Infantil
Señor director:
En reciente visita al Hospital Infantil para utilizar servicios de radiología he observado, en calidad de arquitecto, algunos aspectos que de acuerdo a normas para entidades públicas causan preocupación. El Hospital Infantil, tan querido por todos los manizaleños y la región, tiene un solo acceso de aproximadamente de 2.50 de ancho que dada su función está diariamente utilizado por todos sus usuarios que no son pocos.
Dicho acceso tiene una puerta de vidrio templado a 2 naves y solo permanece una de ellas abierta y la otra cerrada. El área de la nave cerrada y un mueble mostrador colocado pegado a la nave de la puerta reducen el acceso a la mitad del espacio de 2.50. Allí se aglomeran quienes requieren información, están en tratamiento o buscan servicios de toda índole. Los edificios públicos deben estar con el acceso libre de todo obstáculo, más los nuestros, tan propensos a calamidades con temblores, terremotos, explosiones o inundaciones que producen estampidas multitudinarias hacia la calle.
Un edificio de este tamaño, con tal cantidad de usuarios, con un acceso bloqueado al 50% de su área, por un mostrador pegado a la puerta, es la suma del absurdo para momentos críticos. Resalta más esta situación anómala en cuanto a que está vinculada la Cruz Roja, que maneja todo lo que es prevención y atención de desastres y situaciones extremas, y tienen el peligro en la puerta.
Las normas para evacuación de edificios públicos determinan que la circulación debe estar completamente despejada de obstáculos y abrir hacia afuera para casos de emergencias, de las cuales no estamos exentos en este medio. Todo lo aquí descrito fue expresado en un buzón de quejas, sugerencias y reclamos sin que se tuvieran en cuenta. Puede más la arrogancia que la lógica.
Los hospitales, también por norma, deben estar alejados a prudente distancia de las vías arterias como lo es la avenida Santander. En este caso el retiro, en lugar de ser una amable plazoleta de acceso y circulación para tan alto número de usuarios, está destinado a parqueaderos que dificulta en grado sumo la función de acceso cómodo y normal al hospital. Los usuarios permanecen entre vehículo y vehículo sentados en el andén, produciendo una imagen absurda a los ojos de transeúntes y vehículos que cruzan por la avenida. Un mínimo de comodidad para los que deben esperar forzosamente, porque no los dejan ingresar, es necesario para remediar tamaño espectáculo. Conozco muchos establecimientos de esta índole y todos tienen un mínimo de comodidad para quienes necesariamente tienen que acudir allí.
Arq. Benjamín Patiño Toro
Responde el Hospital Infantil
Señor director:
Hemos recibido copia de la carta enviada por el arquitecto Benjamín Patiño Toro, quien fue atendido en su momento por nuestra funcionaria de Calidad, quien tomó nota de su manifestación, la cual motivó una acción de mejora en nuestra institución. Es así como estamos rediseñando un espacio para reubicar el escritorio que obstaculiza el adecuado funcionamiento de la salida, que esperamos quede libre en un breve tiempo.
Seguiremos trabajando en brindarles los mejores servicios y comodidades a todos nuestros usuarios y agradecemos al arquitecto sus recomendaciones y manifestaciones de afecto para nuestro Hospital.
Juan Carlos Gómez Muñoz,
gerente del Hospital Infantil.
Equivocarse es de humanos
Señor director:
Los seres humanos, en nuestra lucha por la supervivencia, hemos dedicado nuestros esfuerzos a satisfacer nuestras necesidades básicas, fundamentalmente el hambre. Dotados de razonamiento, podemos pensar, amar, soñar, imaginar, crear, curiosear y retornar al pasado. En este sentido, la memoria juega un papel crucial para rescatar nuestra historia, apuntalarnos en el ahora y construir el futuro. Los errores, los problemas emocionales, los bloqueos, los temores, las dudas y los miedos quedan al descubierto cuando accedemos a ese paquete de recuerdos.
Daniel Pink, un reconocido pensador contemporáneo, ha estudiado por más de dos décadas el comportamiento humano. En su libro Las bondades del arrepentimiento, estudia una emoción común, desagradable e incomprendida. Esta sensación negativa surge cuando reflexionamos sobre todas las acciones pasadas y deseamos haber actuado de modo distinto. El remordimiento, o pesar interno, nos aqueja después de realizar una mala acción. Por ejemplo: “No escuché con atención los consejos de mis padres. No hice ejercicio, mi dieta no fue balanceada y ahora estoy en muy mal estado de salud. No invité a la pareja de mis sueños. No estudié lo que deseaba. No cristalicé un negocio. No me hice escuchar sobre un tema de importancia. No permití restablecer una relación con la persona que amaba. Gasté demasiado dinero y ahorré muy poco. Acosé a un compañero en el colegio. Le fui infiel a mi esposa”.
Pink destaca que, para sacar provecho del arrepentimiento, debemos aceptarlo, enfrentarlo, socializarlo y aprender de él, reconociendo que es una experiencia compartida por todos, independientemente de nuestra procedencia o condición. Cuando nos equivocamos, nuestro diálogo interno a menudo es duro y cruel, y la evidencia indica que debemos tratarnos con amabilidad en lugar de desprecio. Al analizar nuestros errores y las emociones que generan, podemos transformar el arrepentimiento en una fuerza positiva. Este proceso terapéutico nos permite liberarnos de patrones tóxicos arraigados en el pasado, impulsándonos hacia una vida más plena y consciente. Nos ayuda a tomar mejores decisiones, fortalecer nuestras relaciones interpersonales, abrir caminos para avanzar y vivir mejor, cultivar y proteger amistades, optimizar nuestra relación de pareja, negociar y ser más exitosos en el trabajo y la academia, y alcanzar el éxito en diferentes ámbitos de nuestras vidas.
Un ejemplo notorio de este proceso es el caso de Salvatore Mancuso, un bandido que azotó gran parte de la geografía nacional cuando comandó las Autodefensas Unidas de Colombia. Además de narcotraficante, se lo acusa de haber cometido innumerables crímenes, magnicidios y masacres, que hicieron posible la existencia de fosas comunes donde se encontraron cuerpos de niños y niñas. Él se sometió a la Ley de Justicia y Paz y se entregó a las autoridades el 16 de agosto de 2006, para luego ser extraditado a los Estados Unidos. Ahora está de regreso a Colombia, como gestor de paz, y esperamos que colabore con la justicia para esclarecer todos sus crímenes de lesa humanidad. Aunque sus acciones pasadas hayan causado un profundo sufrimiento, su disposición a enfrentar las consecuencias y buscar el perdón es un testimonio del potencial transformador del arrepentimiento.
En conclusión, equivocarse es una parte inevitable de la experiencia humana, pero el arrepentimiento y la aceptación de nuestros errores nos permiten crecer y avanzar hacia una vida más plena y consciente. Aunque no se justifican las atrocidades cometidas por este criminal que causó daños irreparables, pues estamos del lado de las víctimas, los dolientes y los desplazados, sí es un claro ejemplo del poder del remordimiento, el arrepentimiento y el perdón.
Orlando Salgado Ramírez