Los ayayay del fútbol
Señor director: 

En la reciente temporada vacacional de Semana Santa tuve la fortuna de recibir la amable visita de varios familiares entre ellos mi hijo, su esposa y los pequeños nietos un niño y una niña, procedentes de USA. Una noche después de un agitado día en la finca y ya buscando calmar la adrenalina de ese pequeño terremoto de casi tres años que es mi nieto, me senté junto al televisor a mirar un partido de fútbol profesional de un equipo colombiano junto con ese pequeño diablito y con la ilusión equivocada de tenerlo un momento en reposo. Como era casi imposible concentrar e inmovilizar a “ese loco travieso” viendo fútbol, un niño que vive en función de la lúdica y la diversión, acudí a la argucia de decirle que estuviéramos atentos a los “ayayaises” del partido y ver si los jugadores caían y gritaban. 
Cuál no sería mi sorpresa al ver que continuamente el niño identificaba y señalaba con su pequeño índice las caídas y revolcones de jugadores, gritando que eran “ayayayaises”. Así, con este ingenuo recurso, estuvimos observando casi todo el partido.   Esa mágica e infantil palabra no castiza, la usa nuestro bello protagonista para señalar con su pequeño dedo la parte de su cuerpecito donde siente algún dolor por caídas o algún malestar tan frecuente es esas difíciles y traviesas criaturas. Es claro que un niño de esa no edad no podría describir donde siente el dolor, por ello su madre muy inteligentemente le enseño a mostrar en que parte del cuerpo “tiene un ayayayai”. 
Ya conciliando el sueño nuestro incansable juguetón solo atinó a decir, abuelo: “no goles, puros ayayases”. 
Ese maravilloso momento en compañía de mi nieto me ha dejado una sabia lección entorno a lo que es hoy nuestro futbol y sus protagonistas: “no goles, puros ayayayases”, donde al menor contacto, lógico en un deporte como el fútbol, el jugador cae al piso, se retuerce como si hubiese sido atropellado por un tractor, golpea con su brazo la gramilla haciendo muecas de dolor, deteniendo el espectáculo por varios minutos para luego retornar al campo como si nada. Simulan dolor mejor de lo que juegan, con arbitrajes cómplices de esa maraña de malicia equivocada, olvidando que la profesión que han escogido es ante todo un espectáculo que se debe a su público. Una triste escena que se replica en todos los torneos, en todas las categorías, en todas las edades.
Qué aburrido se ha tornado nuestro fútbol, que triste talante se ha formado en nuestros jugadores, que precario futuro para jóvenes con sueños de triunfo. Así no tendremos esas figuras que apreciamos en los torneos europeos donde los actores, aun siendo millonarios, siempre muestran entrega, sacrificio y honradez profesional. Son jugadores formados en su mayoría en escuelas especializadas aupadas por los clubes profesionales, y aquellos que provienen de países no desarrollados, son jugadores con talentos extraordinarios que fácilmente logran adaptarse a la cultura de la exigencia y del espectáculo que impera en esos escenarios. 
Fue quizás ese filósofo del fútbol Francisco Maturana quien dijo “se juega como se vive”, sentencia que describe claramente esa lógica del todo vale, de no perder o ganar sin importar los medios, de gratificar al más vivo.  Es una cultura que replicamos los adultos y absorben los infantes, sustentada en torcidos valores que inculcamos equívocamente como recurso para lograr objetivos. Pensamos que con solo formar lo técnico y lo atlético es suficiente para lanzar al mercado del deporte a jóvenes que solo driblan y corren pero precariamente cultivados en valores y en formas de pensar y decidir correcta y lealmente bajo la presión de un adversario. Nos merecemos el destino de solo observar los “ayayases”.  
Óscar Correa Marín
 

Felices  Pascuas de Resurrección para todos 
Señor director: 

Con total respeto  por la Teología y la Cristología, me atrevo a exponer  -  sin ninguna intención dogmática -  un cuestionamiento sobre algo de la iconografía religiosa.
Pienso que es  absolutamente   pertinente y apropiado que en todos los altares, desde la Basílica de San Pedro hasta la más humilde capillita, aparezca  la imagen de Cristo crucificado presidiendo el altar, para recordarnos el martirio y muerte de Nuestro Salvador.
Por otra parte,  en el capítulo  quince, versículo  catorce de  su  Carta a  los Corintios, San Pablo nos dice : “Si Cristo no hubiera resucitado...vana sería nuestra Fe”
De ahí  me nace un interrogante : : Por qué en cada altar , además de la imagen de Cristo sacrificado en la Cruz, no tenemos  un ícono de  Cristo  Resucitado y triunfante, como  ratificación de Su Promesa sobre nuestra salvación..?
José Alirio Jiménez

Pascua
Señor director: 

La página 2 del 10 de abril trae un antetítulo que dice: “Jesús volvió entre los muertos”. Eso viene a significar que el Resucitado volvió a morir, lo cual contradice nuestra fe. La expresión correcta es la que repetimos en el Credo: “resucitó DE entre los muertos”.
La misma página agrega que el cirio pascual estará encendido hasta el día de la Ascensión. Así se hacía antes; el cirio se apagaba inmediatamente después de la lectura del evangelio de la Ascensión, en la misa que se celebraba el jueves, cuarenta días después del domingo de Resurrección. Actualmente la Ascensión se celebra el séptimo domingo del tiempo pascual.
Pero el cambio más importante consiste en que ahora años se oía esta estrofita: “Tres jueves hay en el año / que causan admiración: / Jueves Santo, Jueves Corpus / y Jueves de la Ascensión”. Hoy en día la estrofa dice: “Tres jueves hay en el año / que causan admiración: / Jueves Santo, Jueves Corpus... / y ¡Miércoles de Ceniza!”. 
Atentamente,
Observador católico

Comunicado Consejo de Redacción
Señor director:  

El Consejo de Redacción de Manizales, expresa su preocupación por hechos que siguen afectando los procesos de desarrollo de la ciudad, en la actual administración, como la ausencia de planificación para adelantar varios proyectos, que se están convirtiendo en verdaderos elefantes blancos.
A esto se suma la indolencia del alcalde Carlos Mario Marin, quien decidió ausentarse de su cargo luego de la declaratoria de alerta naranja del Volcán Nevado del Ruiz.
En el propósito de auscultar el pensamiento de diversos sectores de opinión, habló con el Dr. Ignacio Restrepo Abondano, exdirector del diario La Patria, exgerente de la Corporación Cívica de Caldas, catedrático universitario de amplia trayectoria académica, quien se mostró tan preocupado como los diferentes analistas de la situación de la capital caldense sin consideraciones políticas, sociales o de credo religioso.
El Dr. Restrepo Abondano plasmó sus inquietudes en el siguiente pronunciamiento:
Manizales ha tenido en su historia alcaldes excelentes, alcaldes mediocres, alcaldes malos y por último, en la parte inferior de la lista de alcaldías, Carlos Mario Marín Correa: peor que éste, será muy difícil que lo tenga nuestra capital.
Hubo alcaldes legendarios por su administración, como fueron algunos nombres muy recordados en el Siglo XIX, por ejemplo, Antonio Ceballos, Marcelino Palacio (ambos repitieron la alcaldía;) Liborio y Alejandro Gutiérrez; Francisco Jaramillo: si se quiere, todo estaba por hacer, y ellos los hicieron bien ya que dieron el primer impulso y mutaron de una aldea a una ciudad incipiente con ánimo de progreso.
En los años cincuenta del siglo pasado sobresalió la alcaldía de Fernando Londoño y Londoño y no podemos pasar por alto la alcaldía del gran visionario Gustavo Robledo Isaza.
Para esas épocas el poder político estaba más centralizado que ahora y así, el Presidente escogía a los Gobernadores y el Gobernador al Alcalde. Por eso nada raro que escogieran a personas notables, muy lejanas de cualquier asomo de corrupción.
Después. Con la llegada de un dudoso influjo democrático, se introdujo en la Constitución la elección popular de alcaldes y gobernadores. Y afirmamos esto, porque la experiencia no ha sido la 
mejor en ciudades y poblaciones. No pocos Gobernadores y Alcaldes han sido destituidos por corrupción, labor esta debida a los jueces, que no al mecanismo constitucional de destitución por voto popular.
Y Manizales no ha sido la excepción, pues alguno de los últimos alcaldes cayó por corrupción.
Pero viniendo al caso específico, uno pregunta quién votó por Carlos Mario Marín y nadie parece ser responsable, achacándole la culpa a los medios sociales de comunicación.
Y es que el caso de Marín es lamentable: primero, dijo tomar sus decisiones por consejo u orden de un personaje muy cercano a su corazón, por fuera de la administración, que meses después falleció. Entonces el nepotismo se apoderó de la alcaldía de Manizales, y las mentiras y el desgobierno han sido características de su administración. Al nepotismo se suma el amiguismo, que lo ha llevado a tener que destituir numerosos funcionarios por clara ineptitud. Y a esto debemos sumar su extrema imprudencia, que estuvo a punto de cegar los esfuerzos de tantos ciudadanos esperanzados con el Aeropuerto de Palestina. Cómo es posible que Manizales, una ciudad importante y que ha requerido tantos esfuerzos de
tantos dirigentes serios, caiga en manos de una persona inexperta, en nada preparada para el cargo, llena de defectos ciudadanos, que inclusive lo hacen el hazmerreír de propios y extraños?
El bien conocido periodista Yamid Amat lo invitó a una entrevista, que como se dice popularmente, fue “la tapa del congolo”. Mentiras, contradicciones, circunloquios para evitar las realidades. Quien esto escribe, para no morir de pena ajena, se vio obligado a apagar la televisión, luego de un rato de angustia.
Este pésimo ejemplo, debe servir a Manizales, para no cometer un nuevo error con la elección de un nuevo alcalde de este jaez, el próximo octubre, para la capital de Caldas. Existe ciudadanos muy respetables, capaces de impulsar a nuestra ciudad, que se encuentra de alguna manera estancada, por culpa de administraciones, tan deficientes, como la presente.

La saeta….aca en colombia
Señor director: 

“Saeta” tiene como significado una copla popular que se canta en las procesiones a las diferentes imágenes que se trasportan. Es de origen sevillano (España). En 1914, Antonio Machado compuso el poema “La saeta”. Y en 1969 Joan Manuel Serrat la estrenó como una de sus canciones. La canción hace una apuesta por una liturgia más centrada en la vida que en la muerte. “No puedo cantar ni quiero a este Jesús del madero sino al que anduvo en la mar”. Mi inspiración escritora me llevó a traer la saeta para dedicarla a la triste realidad colombiana de muerte y violencia. “Dijo una voz popular: quien me presta una escalera, para subir al madero. Para quitarle los clavos a Jesús el nazareno. Siempre con sangre en las manos. Siempre por desenclavar”.  Quien me presta una bodega, para guardar bajo llave, todas las armas que empuñan, los sordos de los cantos de aves. Siempre con sangre en las manos. Siempre por desarmar.  Quien me presta una caldera, llena de fuego y vapor, para hundir profundo en ella,  el frío del egoísmo y del desamor. Siempre con sangre en las manos. Siempre por el calor de amar. Quien me presta unas escuelas, para matricular incultos,  que muestran gran ignorancia, creando muerte y sepulcros. Siempre con sangre en las manos. Siempre por educar. Quien me presta muchas biblias, para que todos las lean,  y hallen en sus palabras, que Dios es amor. Crea. Siempre con sangre en las manos. Siempre por evangelizar. Quien me presta aquel poema, a quien engañas abuelo, para cantarlo en pandillas y en coros politiqueros. Siempre con sangre en las manos. Siempre la paz cantar. Quien me presta muchas lágrimas, como las de aquel abuelo, para mostrarlas con pena a quienes causan el duelo. Siempre con sangre en las manos. Siempre pa sensibilizar. Quien me presta unas cruces, que adornan el alto cerro, allí yacen taitas mamas, y niños que no crecieron. Siempre con sangre en las manos. Siempre por concientizar. Quien me presta la bandera, que representa Colombia, para que todos la abracen, con valor y patriotismo. Así sin sangre en las manos. Siempre para la hermandad. Quien presta ese bello himno, cesó aquella horrible noche, no más muertes y violencias. Somos hermanos muy dignos. Así sin sangre en las manos. Siempre unidos y a cantar. No puedo cantar ni quiero, a esa Colombia de muerte, sino al edén que Dios creó. 
Quien me presta la canción, del aguardiente y bambuco, de Collazos y Garzón, ay, qué orgulloso me siento, de ser un buen colombiano, así sin sangre en las manos. Siempre por la dignidad. 
Alirio De Los Ríos Flórez.  
 

La resurrección de cristo en lenguaje cinematografico
Señor director:

El cine es denominado el séptimo arte. Es clave para esta expresión artística el lenguaje cinematográfico que está formado por: espacio, ritmo, movimiento, sonido, montaje, iluminación, tono color, música, diálogos, posición de los actores; primeros, segundos terceros planos; tomas de abajo hacia arriba, al contrario. Hay muchos aspectos que observar cuando se es espectador de una película. La resurrección de Cristo, proyectada por “Europa” en su agenda normal de exhibición, es una película que se presta para este análisis. Su protagonista no es Jesús, sino que es Clavius, tribuno romano, que por orden de Poncio Pilatos es enviado a acompañar los primeros instantes de Jesús muerto y luego a buscar el cuerpo desaparecido de Jesús. El inicio de la película que realmente es su final, muestra a Clavius caminante, en búsqueda de sí mismo y que va respondiendo la pregunta que le hace el dueño de la fonda donde se detuvo a descansar. Cada respuesta verbal  es mostrada en sus acciones pertinentes. ¿De dónde vienes?. Es la pregunta. Vengo del combate entre romanos y judíos donde presencié muchas muertes.  Vengo del calvario donde ordené partir las piernas de los 2 ladrones que aún no habían muerto y atravesar el costado de Jesús que ya estaba muerto. Vengo de entregar el cadáver de Jesús a José de Arimatea y a Nicodemo para guardarlo en una tumba propiedad de ellos. Vengo de sellar la tumba de Jesús para evitar el robo de su cuerpo. Vengo de buscar el cuerpo de Jesús sin poder hallarlo. Vengo de dialogar con María Magdalena que da testimonio del Jesús vivo. Vengo de dialogar con Bartolomé quien afirma que el poder de Jesús está en todas partes. Vengo de dialogar con los que cuidaban la tumba de Jesús y que me dieron 2 versiones: un robo violento y un resplandor que obnubiló sus ojos. Vengo de ver a Jesús reunido con su grupo y que de pronto se vuelve ausente. Vengo de caminar tras los discípulos hasta Galilea para volver a encontrar a Jesús. Vengo de presenciar una pesca abundante al amanecer momentos antes de volver a ver a Jesús. Vengo de conversar con Jesús, quien me ha preguntado qué es lo que más deseo. Yo le he dicho: certeza y paz. Y él añadió: y un día sin muertes. Vengo de presenciar su ausencia en medio de un resplandor y enviarlos a evangelizar en su nombre. Vengo de estar con Pedro quien me dijo cuando se dirigió a pescar: siempre te llevaré conmigo. Y la última frase de la película en la voz de Clavius: “Sé que nunca más seré el mismo”.
Alirio De Los Ríos Flórez.

¿Qué pasa con el ejercicio de la autoridad?
Señor director:

Todo mundo se queja, todo mundo critica, pocos valoran. Pero a veces no hay de que hacer un caldo.
Personas sensatas y sabias dicen que las leyes existen, más falta quien las haga cumplir.
Se pone como ejemplo a Estados Unidos, donde la infracción es sancionada y no vale ruegos y menos palancas; tanto así, que el soborno, así sea el intento, es sancionado severamente.
¿Qué hay a todo eso? Por una parte y básicamente, una cultura que nace en la casa, se cultiva en la escuela y se practica en la sociedad.
Por otro lado está el factor económico; empleados bien pagos y una sociedad satisfecha.
A estos dos factores, debemos agregar un tercero que es el respeto a la ley.
Se dice que la Constitución de Estados Unidos no ha sido reformada; se parece a la nuestra donde impera la conveniencia, el cacicazgo, los apellidos y qué se yo.
Ante tanta barahúnda hoy se queja la sociedad colombiana de haber derogado de un plumazo la Constitución  de 1863,  más por venganza política y fanatismo religioso, para caer en el otro extremo, que como bien lo decía el gran hombre de letras, Víctor Hugo, la Constitución del 86 era más para ángeles que para hombres.
Y no mencionemos la subsiguiente, La del 91, de la cual la politiquería ha hecho una colcha de retazos.
Gobernar no es fácil, ejercer la autoridad a veces es tan difícil, que mandan más los porteros y servicios que los patrones, señoras y dueños.
Entrando ya en materia, sí vemos con tristeza que aquí en Chinchiná, por no decir en Colombia, impera la ley del más fuerte, del más grosero, del más abusivo.
Sino, por qué se corre tanto en el sector urbano y no se maneja de acuerdo a las normas establecidas. Por qué la autoridad no sanciona.
Por qué el ruido del automotor, del altoparlante y sobretodo de la moto es ensordecedor. Por qué la autoridad no sanciona. Por qué no se respeta la moral, el derecho del otro y la persona educada tiene que aguantarse estos abusos. Por qué la autoridad no sanciona.
¿Y quién es la autoridad? El padre de familia, el maestro, el sacerdote, el funcionario, llámese Alcalde, personero o secretario.
Llámese comandante, coronel o policía.
Llámese magistrado o juez.
Llámese tránsito, sociedad de mejoras, gerente, presidente o director. Porque sucede que en la calle nuestra conducta debe ser producto de nuestra formación. Y si hay fallas son las autoridades las encargadas de poner orden.
En resumen, a todos y a todas nos corresponde denunciar y presionar para que se cumpla la ley.
 Ernesto Quintero Gil

Nostalgia epistolar
Señor director: 

En el artículo “una carta para su hijo” invité a padres de familia, en inicio de año escolar, a escribirla y llevar a sus hijos a plantear cuál es su proyecto de vida. ¿Quién podría contar hoy  haber escrito ha poco  una carta de amor, amistad, familiar?. Da la impresión que la carta  muere por las nuevas formas de comunicación (celular).
Hallé en libreta materna 9 cartas que envié desde el seminario Ibagué, entre 1963-1972. Esto le decía a mi madre: “hay un concurso de cuentos, y yo hice 2 para participar: “Y aparece el sol” y “obsesión rascacielos”. Hay 3 premios: $ 1000, $ 500 y $ 200. Voy a enviar uno para que lo lleves a “La patria” a ver si lo publican en el suplemento literario. Además de las clases de sociología de la educación en instituto Ibagué, estoy dictando 2 horas de sicología en un colegio. Me pagan $ 40 por las 2 horas. El encuentro de seminaristas el año pasado fue en Villahermosa; este año es en una hacienda entre Armenia y Calarcá. El seminario está en las finales de básquet, del cual yo formo parte. Ya ganamos el 1er partido. Estoy aprendiendo a manejar carro  en un “simca” de una amiga sicóloga. Su familia me invitó 2 días a su finca.  En estos días no he despertado a las 4 y 55 am sino que me tienen que tocar la puerta. Un día aún estaba acostado y ya todos iban para la capilla. Pidieron el libro “la iglesia en oración” cuesta $ 130”.
1963 el cantante Oscar Agudelo compone “la cama vacía” que es una última carta: “Querido amigo quisiera que al recibir la presente estés bien. De mi parte mal pudiera decirte que estoy mejor, al contrario, soy un pobre esqueleto que a mí mismo me da horror. La carta es para decirte. Ven hacerme compañía vos que tanto me quisiste. Estoy tan solo que lloro sin contenerme, de tantos amigos míos ninguno ha venido a verme, pues veo que esta llamada amistad es tan solo una ilusión. Cuando uno está en condición tiene amigos a granel, pero si mi destino es cruel, vemos que todo es mentira y no hay amigo fiel. Aquí ya me despido. Recibe un abrazo de quien tanto te ha querido. A tu mamá mis recuerdos dale, vos que la tenés cuidadla, si supieras cuánto vale”. 1972 Raphael compone: “a veces llegan cartas, con sabor amargo y a lágrimas, con olor a espinas que no son románticas; que te dicen que al estar tan lejos todo es diferente; que te hablan de que en la distancia el amor se muere. A veces llegan cartas con sabor a gloria, llenas de esperanza, con olor a rosas que sí son fantásticas, que te dicen que regreses pronto que desean verte, que te hablan de  que en la distancia el cariño crece”. Y Serrat, en “Lucía” 1971, expresa la muerte de la carta: “esta canción, Lucia, es una bella historia. Es una carta de amor que se lleva el viento, pintado en mi voz, a ninguna parte a ningún buzón”. En vida hermano. Querido lector. Lo invito a escribir una carta a alguien de su contexto emocional. Y expresarle lo mejor de ti para él-ella, con amistad, amor, lazo  familiar
 Alirio De Los Ríos Flórez.

Tragedias por falta de controles y prevención
 Señor director:

 Razones de sobra tiene el comentarista en la sección protagonistas del periódico LA PATRIA  quien sostuvo hace unos días   que  “la tragedia  más reciente en Sutatausa (Cundinamarca), que cobró la vida de 21 trabajadores en una mina de carbón sigue mostrando el riesgo de esta actividad. Es lamentable que esto se repita año a año sin que se pongan soluciones definitivas”.
 Todos lo vemos que para que en Colombia no existan tragedias en las minas en general, tal y como ocurrió recientemente en la mencionada población de  Cundinamarca,  lo que hace falta es además de controles, prevención y autoridad; el riesgo es demasiado en ésta actividad.                                                                                                                                        No es posible que en Boyacá, Cundinamarca, Antioquía y otras regiones del país operen minas sin medidas y normas de prevención ni controles; menos aún que las autoridades policivas y   los alcaldes permitan la operación de estas empresas sin ningún control sanitario, mucho menos técnico y sin cumplir   las diferentes disposiciones que existen sobre sobre el particular en materia de exploración en minas de carbón y otros minerales.                                                                                               
Resulta lamentable este reciente y sonado caso y hoy muchas familias lloran y se encuentran afectadas por la tragedia que dejó 21 personas fallecidas.
 Jorge Giraldo Acevedo

Orquideología
 Señor director: 

 El periódico del 10 de marzo informó que la mejor “orquidea” (sic) se llama Epidendrum Mellinanthum. La primera palabra designa el género botánico y está escrita correctamente, con mayúscula inicial; la segunda designa la especie y se escribe con minúscula inicial (mellinanthum). Esta convención rige tanto para el reino vegetal como para el reino animal.
 Hace muchos años, con motivo de una exposición nacional de orquídeas, Osuna sacó varias caricaturas en El Espectador. Una de ellas es genial: representa al doctor Alberto Lleras Camargo, que era dientivolado, gran orador y había ejercido dos veces la presidencia de la República, por lo cual fue clasificado como Odontoglossum triumphans, Dientelengua triunfante.
 Addendum- Al teniente general jefe supremo de las Fuerzas Armadas, excelentísimo señor presidente de la República, don Gustavo Rojas Pinilla, un periodista le preguntó su opinión acerca de Lleras Camargo, quien había contribuido decisivamente a la caída del dictador. “Es buen locutor”, respondió Gurropín.
 Atentamente,
Don Cecilio Rojas

La sindéresis (II)
 Señor director:

 Alguien que leyó mi manuscrito “De sindéresis y algo más” lo hizo a las volandas y me dijo que al fin y al cabo no entendió lo que es la sindéresis. Vuelve y juega: la sindéresis es el hábito de los primeros principios morales. ¿Cuáles son estos?  Hacer el bien y evitar el mal. O, como lo expresó en la Antigüedad el gran jurisconsulto romano Ulpiano cuando expuso los fundamentos éticos del Derecho: primero, vivir honestamente; segundo, no hacer daño a nadie; tercero, dar a cada cual lo que le corresponde. ¿Entiendes, Méndez? ¿O te explico, Federico?
 A propósito, el doctor Rodrigo Vieira Puerta, que en paz descanse, jurisperito y profesor de Derecho Romano, insistía en la sabiduría ética y jurídica de los cuatro abogados romanos, autoridades que era obligatorio citar en las sentencias dictadas por los jueces del Imperio: Ulpiano, Papiniano, Gayo y Modestino.
 Nota- En “De sindéresis y algo más” se me fue un error de digitación, lo que los viejos profesores llamaban “lapsus machinae”: evidentemente no se escribe ni se dice grupos díscolas sino díscolos.
 Muy agradecido,
 P. Jaime P. 

El agua, líquido vital
Señor director.

Transcribiré en seguida algunos de los párrafos del valioso Editorial de La Patria de hoy 24 de marzo de 2023,     que  me parecen de suma importancia y actualidad. Se expresa en ellos lo siguiente: “En nuestra región, los pendientes pasan por las zonas rurales. Deberían acelerarse los planes para llevar agua potable a todos los caseríos, buscar las maneras de lograrlo”.
“Según la Unesco, en el mundo viven 2.200 millones de personas sin acceso al agua potable. América Latina y el Caribe, que cuenta con la tercera parte del líquido del planeta, sigue con unas 166 millones de personas con carencias de ese servicio, mientras que el 50 por ciento de las aguas residuales no reciben tratamiento adecuado. Por este motivo, en el reciente Día Mundial del Agua, el pasado miércoles, expertos y organizaciones que luchan por su defensa llamaron la atención sobre la urgencia de proteger este recurso invaluable”.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) trata el acceso al agua potable como un derecho de los seres humanos al tiempo que certifica que “es un factor de estabilidad y seguridad en un contexto de conflictos a nivel internacional”. Indican los estudiosos que sólo 1 de cada 4 africanos consume agua tratada. El experto en globalización , derechos humanos y derecho internacional, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, José Antonio Perea Unceta, señala diferentes causas para esta situación, especialmente la pobreza del recurso hídrico en regiones como El Magreb y el norte del continente africano.
Son hechos que al menos explican parcialmente tan deplorable situación.  Latinoamérica, la región con más abundancia de agua, tienen una cobertura de un 90 por ciento de agua potable, aproximadamente. Pero, triste es decirlo, hay regiones ubicadas en el propio corazón de Colombia, con tierras por demás feraces, despensa agrícola en frutales, plátano y muchas más especies,  a  una hora de Manizales, capital del departamento de Caldas, como la vereda de La Esmeralda, en Chinchiná,  cuyos habitantes llevan muchos años clamando al gobierno por este elemental servicio sin que haya sido posible lograrlo. El señor Alcalde, con muy buena voluntad,  ha tratado de remediar el problema con la construcción de un acueducto que al menos permita que el líquido vital llegue a las casas campesinas, así sea sin potabilidad, pero los intríngulis legales de los “sabios” que desde Bogotá disponen de la suerte de los colombianos impiden el buen suceso, aun existiendo los fondos necesarios,  dizque porque estos dineros  tienen destinación “únicamente para mejoramiento de acueductos que suministren agua potable”.  ¿Y los colombianos que no disfrutan de   agua potable, ni siquiera de una simple conducción, qué?   ¡Habrase visto! Tampoco ha logrado el burgomaestre cumplir sus promesas de instalación de pozos sépticos para la preservación del medio ambiente, de hacer construir placas huellas para el arreglo de la vía al Trébol, que es terciaria, de obtener la instalación del gas domiciliario a fin de aliviar el trabajo doméstico de las mujeres, menos el mejoramiento de viviendas de las gentes más pobres que todavía cocinan con leña. ¿Falta de recursos?, ¿leyes enmarañadas?, ¿otras causas? Esperan esos compatriotas el cumplimiento de las iniciativas del nuevo gobierno mientras confían una vez más en que no terminen convertidas en meras promesas y buenas intenciones.
Atentamente,
Manuel Galindo A.