Orquideología
 Señor director: 

 El periódico del 10 de marzo informó que la mejor “orquidea” (sic) se llama Epidendrum Mellinanthum. La primera palabra designa el género botánico y está escrita correctamente, con mayúscula inicial; la segunda designa la especie y se escribe con minúscula inicial (mellinanthum). Esta convención rige tanto para el reino vegetal como para el reino animal.
 Hace muchos años, con motivo de una exposición nacional de orquídeas, Osuna sacó varias caricaturas en El Espectador. Una de ellas es genial: representa al doctor Alberto Lleras Camargo, que era dientivolado, gran orador y había ejercido dos veces la presidencia de la República, por lo cual fue clasificado como Odontoglossum triumphans, Dientelengua triunfante.
 Addendum- Al teniente general jefe supremo de las Fuerzas Armadas, excelentísimo señor presidente de la República, don Gustavo Rojas Pinilla, un periodista le preguntó su opinión acerca de Lleras Camargo, quien había contribuido decisivamente a la caída del dictador. “Es buen locutor”, respondió Gurropín.
 Atentamente,
Don Cecilio Rojas

La sindéresis (II)
 Señor director:

 Alguien que leyó mi manuscrito “De sindéresis y algo más” lo hizo a las volandas y me dijo que al fin y al cabo no entendió lo que es la sindéresis. Vuelve y juega: la sindéresis es el hábito de los primeros principios morales. ¿Cuáles son estos?  Hacer el bien y evitar el mal. O, como lo expresó en la Antigüedad el gran jurisconsulto romano Ulpiano cuando expuso los fundamentos éticos del Derecho: primero, vivir honestamente; segundo, no hacer daño a nadie; tercero, dar a cada cual lo que le corresponde. ¿Entiendes, Méndez? ¿O te explico, Federico?
 A propósito, el doctor Rodrigo Vieira Puerta, que en paz descanse, jurisperito y profesor de Derecho Romano, insistía en la sabiduría ética y jurídica de los cuatro abogados romanos, autoridades que era obligatorio citar en las sentencias dictadas por los jueces del Imperio: Ulpiano, Papiniano, Gayo y Modestino.
 Nota- En “De sindéresis y algo más” se me fue un error de digitación, lo que los viejos profesores llamaban “lapsus machinae”: evidentemente no se escribe ni se dice grupos díscolas sino díscolos.
 Muy agradecido,
 P. Jaime P. 

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