
Esta semana nos servimos Un Café que, a pesar de estar recién hecho, sabe a recalentado.
Y es que la crisis del sistema de salud en Caldas, especialmente con la Nueva EPS, ya no es noticia: es el día a día de miles de personas que no pueden acceder a servicios básicos, mucho menos especializados. Lo que era una olla a presión finalmente estalló.
Pero ¿cómo llegamos hasta este punto?, ¿quiénes están pagando los platos rotos?, ¿y qué pueden hacer los usuarios que hoy se sienten desprotegidos?
En este capítulo abordamos una problemática cada vez más preocupante.
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¿Dónde comenzó la crisis de salud en Colombia?
La crisis que enfrenta hoy la Nueva EPS no es una caída repentina, sino el resultado de una deuda que creció en silencio.
Según la Contraloría General de la República, las EPS en Colombia acumulan una deuda de casi $33 billones con clínicas, hospitales y proveedores. Nueva EPS, la más grande del país con más de 11 millones de afiliados, no es la excepción.
Desde finales del 2022, la entidad mostraba señales de desbalance financiero. Aunque fue intervenida por el Gobierno con la promesa de mejorar su situación, la realidad en los departamentos como Caldas es otra: retrasos en pagos, medicamentos que no llegan, citas que se aplazan indefinidamente y clínicas que ya no reciben a los usuarios.
Según el Ministerio de Salud, el 61% de las EPS no tiene liquidez suficiente. Y aun así, siguen operando.
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