Los usuarios de Disfarma (calle 62 No. 23 – 26) sufren mientras reclaman medicamentos. Largas filas bajo el sol marcan las mañanas y las esperas al interior superan cualquier tiempo razonable. El flujo es permanente en esta sede que atiende 24 horas al día, los 7 días de la semana. A partir de las 8:00 p.m. lo hacen por ventanilla. Este 18 de noviembre entró al punto una comitiva de autoridades para inspeccionar el servicio.

Esa fila nocturna agrava el panorama, ya que obliga a permanecer a la intemperie sin resguardo cuando llueve. La situación afecta a adultos mayores, embarazadas y personas con discapacidad, quienes requieren prioridad.

Los usuarios reportan que el servicio no se ajusta a un concepto pleno de comodidad. La ausencia de sillas suficientes, techos protectores o zonas adecuadas para esperar crea un entorno adverso. La situación se mantiene pese a múltiples solicitudes elevadas por organizaciones ciudadanas y entidades de control.

Las quejas también mencionan que la acumulación de pendientes supera los tiempos establecidos por la normatividad nacional. La no entrega de medicamentos dentro de plazos razonables provoca riesgos para diagnósticos que requieren control estricto. 

“Para abril de este año hicimos una solicitud a Disfarma, desde la Alianza de Usuarios de Salud Total (Alustalma). Les dijimos que las personas permanecen al sol y al agua en las afueras. No cuentan con sillas ni techo y pedimos una carpa para protegerlos del clima”, dijo Olga Piedad Cárdenas, integrante de esa alianza.

Ella agregó: “En junio volvimos a exponer eso en una reunión en la Procuraduría. Disfarma se comprometió por escrito a instalar la carpa y las sillas en esta sede, pero eso no ha ocurrido. La gente sigue al sol y al agua”.

Vigilantes del buen servicio

El grupo que llegó a la visita en mención reunió a la Defensoría del Pueblo, a la Dirección Territorial de Salud de Caldas (DTSC), a la Secretaría de Salud de Manizales, a la Procuraduría y a la Personería. Revisaron el funcionamiento del dispensario y confirmaron que los usuarios enfrentan demoras, acumulación de pendientes y dificultades para obtener sus fármacos.

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Durante la visita, la comitiva encontró 1.210 pendientes en lista. También observó medicamentos en estanterías que no llegaron a los pacientes y casos de usuarios que recibieron excusas durante días, incluso, cuando sus tratamientos requieren entrega inmediata.

Durante la jornada, las entidades de control lograron resolver casos puntuales. El trabajo conjunto, según Cárdenas (hoy líder de Seguimiento del acceso a los servicios de salud de la Secretaría de Salud Pública de Manizales), que estuvo allí, busca garantizar que Disfarma organice sus procesos y cumpla la normatividad, para asegurar que los afiliados de Salud Total reciban atención oportuna.

Lo que dice Disfarma

LA PATRIA elevó a Disfarma las inconformidades que se tienen en la ciudad con la atención. El dispensario apuntó que el lugar, en la actualidad, se encuentra operando con normalidad, que está equipado para atender diferentes solicitudes y que cuenta con un equipo de 30 personas para gestionar las necesidades de los protegidos de Salud Total.

“Frente a la operación en esta sede, en los últimos tres meses (agosto, septiembre y octubre) se ha brindado atención a 52 mil 222 usuarios, gestionado un total de 133 mil 476 fórmulas y entregado 229 mil 258 medicamentos”, se leyó en un comunicado. 

En ese documento también se precisó que, durante este periodo, se evidenció una reducción del 31% en los tiempos de espera y atención, a través del uso de modalidades de turnos rápidos, turno general y atención a usuarios con prioridad, alcanzando un indicador de cumplimiento en oportunidad de entrega de medicamentos del 96.3%. 

Sobre la mejora que están pidiendo los pacientes para las esperas externas, Disfarma dijo que -desde hace tres meses- radicó una solicitud ante Planeación de la Alcaldía. Esto para la instalación de una cubierta a las afueras del punto de dispensación, solicitud que fue aprobada ayer (18 de noviembre). Esa instalación se hará el 1 de diciembre. 

“Disfarma conoce la importancia de que cada usuario reciba sus medicamentos de manera oportuna, por eso continuará trabajando bajo los más altos estándares de calidad para ofrecer soluciones ágiles, cercanas y confiables. Se reitera el compromiso con la entrega oportuna de medicamentos y un servicio de calidad, respaldado por la gestión eficiente y la calidez humana”, concluyó el dispensario.

De día, las filas interminables

Las filas, que pasan de cuatro a cinco horas, molestan a los pacientes. Esto le respondieron a LA PATRIA este 18 de noviembre:

Rosalba Reyes, de La Enea

A veces hay medicamentos, otras veces no. Y cuando no es que no hay sistema.

Marielena García, de Fátima

La dispensación de los medicamentos es mala. Mire las filas que hay que hacer y cuando no, es que está lloviendo. Mi esposo es paciente oncológico y le ha tocado hacer estas filas.

Alba Medina, de Arrayanes

Yo no me puedo quejar del servicio, a mí sí me ha ido bien. Lo que sí es que las filas son larguitas.

De noche, la espera es fría

Las esperas al sol y al agua cansan a los usuarios del dispensario. Esto respondieron el pasado viernes, 14 de noviembre, a las 11:30 p.m:

María Isabel Ladino, de Solferino

Si llueve, acá nos mojamos, porque no tenemos dónde escamparnos. El servicio lo prestan, pero hay muy poquita gente atendiendo, se demoran mucho. Pediría a la entidad que pongan más personas a trabajar acá.

Ricaurte Vallejo, de Bellas Artes

Los medicamentos si me los dan, pero si quisiera uno a más personas atendiendo, solo hay dos. A veces se demoran mucho, les rinde muy poquito. Yo vengo de noche, porque hay menos gente, pero acá se puede mojar uno.

Blanca Franco Ramírez, de Versalles

Hace falta un techo acá para no mojarnos, deberían dejarnos sentar adentro y poner un vigilante. Hoy estamos muy poquitos, pero suele haber mucha cola. ¿Dónde está el dinero que aportamos?, a veces no nos entregan los medicamentos.

Foto | Elizabeth R. Rojas | LA PATRIA

Esto encontró LA PATRIA el viernes 14 de noviembre en Disfarma (calle 62 No. 23 – 26): acababa de llover y los usuarios, con frío, esperaban sus medicamentos.

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