Foto | www.freepik.es | LA PATRIA | Evite la comida frita en aceites de girasol o palma. Prefiera lo preparado con aceite de aguacate o de oliva.
Hoy (29 de septiembre), Día Mundial del Corazón, vale la pena hablar del colesterol alto, un factor de riesgo que puede ocasionar muertes tempranas.
El colesterol es una sustancia compuesta por grasas y proteínas que circula por el torrente sanguíneo y es esencial para funciones vitales como la producción de hormonas, la vitamina D y sustancias que ayudan a digerir los alimentos. Sin embargo, cuando sus niveles son elevados o desequilibrados, el riesgo de enfermedades cardiovasculares aumenta.
Existen dos tipos de colesterol: el HDL o de alta densidad, que recoge el colesterol no utilizado y lo devuelve al hígado para almacenarlo o desecharlo a través de la bilis; y el LDL o de baja densidad, conocido como el “colesterol malo”, que se transporta directamente a las células.
“Resulta fundamental que los pacientes conozcan sus niveles de colesterol LDL. Cuando este se eleva las células no logran absorber todo el colesterol y el exceso se adhiere a las paredes de las arterias, reduciendo el flujo sanguíneo y aumentando el riesgo de infartos o accidentes cerebrovasculares”, explicó Catalina Hoyos, directora médica de Amgen Colombia.
Cambios que ayudan al corazón
De acuerdo con el cardiólogo e internista Víctor Gil Aldana, director médico del Instituto Cardiovascular del Tolima, “los factores de estilo de vida que pueden estar bajo el control de las personas son la causa más común del colesterol alto. El consumo excesivo de grasas saturadas y trans, el tabaquismo, la falta de actividad física y el estrés son algunos de los hábitos que pueden poner en riesgo la salud cardiovascular”.
El especialista advierte que, “al no presentar síntomas evidentes, el colesterol alto se convierte en una amenaza silenciosa que solo puede detectarse mediante un análisis de sangre conocido como perfil lipídico. Por eso es importante realizar chequeos frecuentes: al menos una vez cada cinco años en personas mayores de 20 años y, con mayor periodicidad, en hombres mayores de 35 años y mujeres mayores de 45”.
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Lo positivo es que mantener niveles saludables de colesterol está en nuestras manos y pequeños ajustes en el estilo de vida pueden hacer la diferencia. Hay que aumentar el consumo de frutas, verduras, cereales integrales y de grasas saludables como el aceite de oliva, el aguacate, los frutos secos y pescados ricos en Omega 3, como el salmón.
No olvide:
- Limitar el consumo de sodio, azucares agregados, frituras, embutidos y productos ultra procesados.
- Realizar, al menos, 30 minutos de ejercicio, con intervalos de 3 o 4 veces por semana.
- Dejar de fumar.
- Evitar el consumo excesivo de alcohol.
- Controlar el estrés.
- Mantener un peso adecuado, cercano al normal.
Busque ayuda
Sin embargo, “si a pesar de los cambios de hábitos los niveles de colesterol no descienden o si existen condiciones médicas como la diabetes, la enfermedad renal o la hepática, antecedentes familiares, obesidad, hipotiroidismo o hipertensión, es fundamental consultar al médico, quien puede recetarle medicamentos para controlar los niveles de colesterol y evitar posibles complicaciones”, concluyó Aldana.
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