Salud

Foto | Luis Trejos | LA PATRIA // Regule el consumo de harinas, eso podría llevarlo a tener kilos de más.

"La alimentación es una ciencia social que se refiere a los momentos, formas y tipos de alimentos que consumimos. La nutrición, en cambio, es una ciencia bioquímica que estudia los cambios que esos alimentos sufren dentro del cuerpo para convertirse en energía o estructura".

La premisa anterior es de Diana Trejos Gallego, directora del programa de Nutrición y Dietética de la Universidad Católica de Manizales (UCM) y vocera de la Alianza Alimentación con Propósito. Ella explicó cómo una alimentación inadecuada puede desencadenar enfermedades crónicas y cómo los hábitos sociales y emocionales afectan nuestra salud.

"Las personas piensan que comen bien, porque no se han enfermado. Sin embargo, la disponibilidad de alimentos en el entorno, las costumbres familiares y las decisiones sociales nos llevan a consumir productos poco saludables", detalló la profesional.

Trejos detalló que algunos alimentos pueden parecer inofensivos, pero tienen efectos nocivos a largo plazo. Dijo que pueden llevar a condiciones como el sobrepeso, la diabetes o la hipertensión.

 

Al detalle

La nutricionista respondió:

 

- ¿Cuándo una dieta se vuelve riesgosa para la salud?
Cuando hay un desequilibrio de macronutrientes como grasas, carbohidratos o proteínas, pueden surgir enfermedades. También influye la baja ingesta de fibra, que puede causar inflamación intestinal; y el déficit de micronutrientes como hierro, vitamina B12 o calcio, que derivan en anemia u osteoporosis.

 

- ¿Comer frutas y verduras garantiza una buena nutrición?
Incluir frutas y verduras es clave, pero no suficiente. Es necesario variar los tipos para cubrir una gama amplia de nutrientes. Además, deben acompañarse de proteínas, lácteos y agua. No se trata solo de cantidad, sino de calidad, combinaciones adecuadas y preparación segura.

 

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- ¿Qué tan importante es la calidad de los alimentos, cuando se habla de lo orgánico?
La calidad lo es todo. Es fundamental conocer el origen de los alimentos y su proceso de producción. Un alimento mal manipulado puede causar enfermedades. No basta con que sea orgánico; debe estar en buen estado, bien almacenado y correctamente preparado.

 

- ¿Cómo puede la nutrición ayudar en una enfermedad ya diagnosticada?
Es clave detectar el riesgo nutricional a tiempo, especialmente, si hay pérdida de peso o bajo consumo de alimentos. Cuando se pierde masa muscular, aumenta el riesgo de infecciones e incluso de muerte. Una intervención nutricional oportuna puede evitar el deterioro del paciente.

 

- ¿Alimentarse cambia, según el tipo de enfermedad?
Sí. Una persona con gripa necesita buena hidratación y energía, pero alguien con diabetes o cáncer requiere un control específico. La dieta debe adaptarse al estado clínico y metabólico para evitar inflamación o agravamiento de la condición.

 

- ¿Somos lo que comemos?
En parte sí, pero también somos genética, entorno, actividad física y salud mental. La alimentación influye mucho en nuestra salud, pero no lo es todo. Sin embargo, una buena alimentación es un pilar fundamental para evitar enfermedades.

 

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- ¿Qué alimentos recomienda eliminar de la dieta?
Gaseosas, jugos azucarados y ultraprocesados. También es preferible reducir los embutidos y carnes frías. No aportan beneficios y sí pueden dañar la salud, si se consumen frecuentemente.

 

- ¿Qué errores comete la gente que cree que come bien?
Muchos no tienen una hidratación adecuada, consumen poca fibra y no varían frutas ni vegetales. También suelen evitar grupos como lácteos o carnes, lo que genera déficits. Comer bien implica variedad, cantidad y frecuencia.

 

De lo emocional

Diana Trejos Gallego

Foto | Cortesía | LA PATRIA

"El estado de ánimo afecta el apetito y la elección de alimentos. La ansiedad, el estrés o la depresión pueden llevar a comer más, especialmente, productos calóricos. Esto puede derivar en trastornos alimentarios o problemas de peso": Diana Trejos Gallego, directora del programa de Nutrición y Dietética de la Universidad Católica de Manizales.

 

¡Busque ayuda!

Esté atento a lo que come. Revise sus hábitos, consulte al nutricionista y cuide la calidad de los alimentos. Eso puede marcar la diferencia entre vivir bien o convivir con enfermedades evitables.

 


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