El argentino Hilario Gramaglia, conocido como Hila, compartió la música del café en Tominejo Ecolodge, en Neira (Caldas). 

Fotos | Margaret Sánchez | LA PATRIA El argentino Hilario Gramaglia, conocido como Hila, compartió la música del café en Tominejo Ecolodge, en Neira (Caldas). 

Leonarda Gallego sorprendió a su esposo chileno, Mauricio, y a sus tres hijos marquetones, Alejandra, Andrea y Fabián, con un plan inolvidable: escuchar la música de las plantas. 

La familia caldense, radicada en Pereira, llegó hasta una finca en Neira, a 20 minutos de Manizales, para vivir una experiencia sensorial que los conectaría con sus sentimientos y la naturaleza. 

Al principio pensaban que iban a visitar el Nevado del Ruiz o a volar en paramente, pero el sábado (27 de septiembre) escucharon algo único gracias a la tecnología: las melodías del café.

Los anfitriones de esta vivencia inmersiva fueron los esposos Gina Marcela Jaramillo y Luis Fernando Salazar, los propietarios de Tominejo Ecolodge, quienes desde hace 5 años decidieron compartir su espacio con otras personas a las que les gusta desconectarse y disfrutar del medioambiente. 

Para la actividad sensorial se aliaron con el argentino Hilario Gramaglia, conocido como Hila, experto en la música de las plantas y quien guió la tarde.

La planta es nuestra pianista, es la que va a estar tocando las notas. Yo hago el trabajo de ingeniero de sonido. Es una cocreación de humano y planta”, les explicó el músico argentino a los 20 asistentes.

A través de unos audífonos 8D, los participantes escucharon los sonidos de una chapola de café, una plántula pequeña, y a través de un monitor vieron los pulsos eléctricos que esta emitía. 

“Estamos usando un proceso de biosonificación, una tecnología que traduce las señales eléctricas de las plantas en notas musicales”, agregó Hila, quien conectó biosensores a la raíz y hojas.

El músico explicó que esos pulsos eléctricos podían variar por factores como el fluir del agua, la estimulación del sol (fotosíntesis), el contacto con un animal o al hablarle a la planta.

“El sonido del café es energético, robusto y profundo”, así lo describió Hila, y los asistentes se dejaron absorber por él, mientras también degustaron un tinto.

Luego, guiados por el argentino a través de los audífonos, recorrieron un sendero de la finca, escucharon de cerca el caer del agua en una cascada y se sentaron entre palos de café para escuchar la melodía del café casi florecido. 

Hila ubicó esta vez los biosensores en una planta de café más grande y mezcló los pulsos eléctricos con los sonidos que grabaron previamente. Fue un concierto a cielo abierto, entre el cafetal, árboles de siete cueros y guaduales.

La manizaleña Martha Silvia Torres, como los demás asistentes, cerró sus ojos y se transportó en su mente a otros lugares. 

“Trataba de flotar y volar sobre esas plantas, mirándolas. Sentía como si las plantas me transmitieran paz, tranquilidad y armonía. Era un sonido tan profundo, que parecía que me elevaba”, relató conmovida por la experiencia.

Según Luis Fernando Salazar, la música del café de Tominejo Ecolodge se digitalizará, se publicará el sitio web de la finca y a través de un código QR se pondrá en las bolsas del grano que comercializan, para que los consumidores la escuchen mientras toman la bebida.

La actividad tuvo un cierre emotivo. Hila adecuó un circuito cerrado bioeléctrico que traducía la energía que se generaba al contacto de dos o más personas.

El ejercicio generó lágrimas al escuchar los sonidos que emitía la caricia de unos padres a su hija, el roce de una pareja o el abrazo de dos amigos. 

Alejandra Castrillón, médica

Una experiencia mágica, conectar con la naturaleza, experimentar con todos los sentidos todo lo que ella te puede ofrecer. La tranquilidad es lo más parecido a la felicidad y aquí es todo lo que se siente. No te alcanzas a imaginar que de las plantas salgan esos sonidos tan mágicos y que te hagan sentir cosas tan diferentes. 

Fabián Castrillón, músico

Es una experiencia que nunca voy a olvidar, una oportunidad para conectar con la naturaleza y al mismo tiempo con uno mismo, descubrir qué nos rodea en este mundo tan mágico. Es algo imperdible. 

Germán Gómez, artista y diseñador de Manizales

Es un elemento súper profundo con una conexión con el paisaje muy grande.

Cómo funciona la música de las plantas

El músico Hilario Gramaglia, conocido como Hila, es de Alcira Gigena, un pueblo del sur de Córdoba (Argentina).

En el 2020, con ayuda de ingenieros en software, creó el primer prototipo para crear la música de las plantas. Actualmente es embajador en Latinoamérica de Playtronica de Berlín y Music of the Plains de Italia. 

A través de la tecnología que han desarrollado monitorean las señales eléctricas de las plantas como sonido a través de la sonificación (una herramienta que permite la transformación de cualquier tipo de información en sonido) mide los procesos biológicos dentro de las plantas, los representa gráficamente como una onda y traduce en un tono musical.

En diciembre volverá a Colombia, después de una gira por Costa Rica, Argentina y Estados Unidos. 

“Mi propósito es que cada vez más personas puedan conectar con la naturaleza y entender que las plantas son seres vivos, inteligentes y sintientes. Estamos compartiendo esta gran casa que es la tierra junto a los animales y las plantas, que lo podamos ver así. Esta experiencia lo que hace es que nos lleva a esa conciencia de que somos energía y que todo está vivo”, explica Hila. 

La familia Castrillón creó música con frutas. 


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