La investigación arrancó por un decomiso en la vía La Pintada-Aguadas.
A César Augusto Londoño Córdoba le confirmaron no solo la pena por concierto para delinquir agravado y tráfico, porte de estupefacientes, sino que reiteraron la negativa de la prisión domiciliaria como padre cabeza de familia.
Así lo estableció en segunda instancia el Tribunal Superior de Manizales .
Acorde con el escrito de acusación, César Augusto, alias Negrito, pertenecía al grupo Los de la Montaña, estructura que operó de manera permanente en Aguadas, desde diciembre del 2022 hasta el 6 de diciembre del 2023, la que se dedicaba traficar diversos estupefacientes.
"Londoño Córdoba era el encargado de transportar y vender las sustancias ilícitas, en grandes y medianas cantidades, concertado con al menos otras 7 personas para tal objetivo, aspecto acreditado a través de diversas interceptaciones de comunicaciones que legalmente se le realizaron a su abonado telefónico".
Investigaciones
A raíz de las anteriores pesquisas, el 17 de junio del 2023 la Policía decidió adelantar un retén sobre la vía que conduce de La Pintada a Aguadas, siendo capturados 2 integrantes de la organización criminal. El primero, Mazo, a quien se le encontró una gramera. Y la segunda, Claudia Patricia, que venía siguiéndolo en una motocicleta y que tenía como parrillero a Negrito, quien al percatarse de la presencia policial alcanzó a escapar.
A la mujer le incautaron un bolso con 3 mil 506 gramos de cocaína. Al día siguiente, César Augusto se presentó en la Estación de Policía de Aguadas, con la intención de reclamar la motocicleta. Lo reseñaron y se buscó la orden de captura en su contra, que se materializó el 6 de diciembre de ese año, en Medellín.
Aceptó cargos y le dieron detención domiciliaria, con una pena de 66 meses de prisión y multa de 2.017 salarios mínimos legales mensuales vigentes del 2023.
Tras la lectura de la sentencia, pidió pagar la pena en su casa, por ser cabeza de familia, pero se lo negaron. Argumentó que su encierro generaba un estado de abandono en terceras personas, ajenas a la comisión del delito, concretamente a su hijo, de 13 años, y sus padres, de 77 y 83. Sin embargo, hay otros adultos que viven con ellos. Y el hijo tiene a la madre como cuidadora.