El cerebro, el Gobierno; su función principal es la coordinación y regulación del movimiento, así como el mantenimiento del equilibrio y la postura, el pensamiento, la planificación, la información, solución de problemas, toma de decisiones. El pensamiento ideológico del Gobierno Petro es de una izquierda obsoleta del siglo XX, que no encaja en un mundo que exige economías más abiertas, competitivas y tecnológicas. Con el pretexto de querer democratizar algunos sistemas como salud, pensiones, energía eléctrica, compra y redistribución de tierras, expedición de pasaportes, entre otros, lo que busca es la estatización, con desventajas como pérdidas económicas, corrupción y clientelismo, ineficiencia operativa, alejamiento de la inversión privada y sometimiento al poder.

La planificación que es el destino, el escenario a donde se quiere llegar, es manejada con más influencia ideológica que técnica, lo que tiene al país con un alto déficit fiscal por las deficiencias en la proyección de los ingresos y la baja recaudación tributaria, la baja ejecución presupuestal. Fracaso de la paz total por falta de planeación adecuada a la que le han sacado provecho los grupos armados ilegales, por la improvisación.

La información del Gobierno Petro ha sido cuestionada por órganos de control, algunos medios de comunicación e investigadores independientes, lo que ha generado desconfianza. Hay afirmaciones falsas y declaraciones inexactas como las siguientes:

La paz total, todos los grupos armados están en negociación. Falso, la promesa anticorrupción en su campaña se quedó en discurso, no hay pruebas de los más de $100 billones que dice deben las EPS. Afirma que no ha subido los peajes y el diésel, cuando los peajes al mes de abril tenían un aumento acumulado de casi el 28%, y el diésel en el 2024 subió $800 y en lo que va de este año $320. Las cifras que presenta sobre cultivos de coca son imprecisos. Dice que la inflación la recibió en 13,82%, cuando lo cierto es 10,84%.

Así las cosas, con una cabeza enferma, la solución de problemas y toma de decisiones son equivocadas. Por lo anterior, si la función principal del cerebro es mantener el equilibrio y la postura el país va hacia el abismo. Los brazos, la fuerza laboral, que si bien es cierto que con la nueva reforma lograron recuperar derechos que se habían perdido, no es menos cierto que por la informalidad no se ha hecho nada, manteniendo esta población sin seguridad social, prestaciones y en inestabilidad.

El corazón, la sociedad; vale aclarar que el corazón no crea sentimientos, pero sí responde a estos físicamente. Hoy en Colombia hay una sociedad polarizada con alta tensión y miedo, por la inseguridad reinante y porque la palabra mágica "cambio" resultó ser todo lo contrario: discordia, desarmonía.

El estómago, la economía; en Colombia aproximadamente 3.5 millones de personas sufren de hambre. En el 2024 la inseguridad alimentaria aumentó en las zonas rurales por el conflicto armado, el desplazamiento y el Fenómeno de El Niño.

Los pies soportan el peso de todo lo anterior, generando desigualdad, violencia y desplazamiento. Con un país enfermo de la cabeza a los pies, corremos el riesgo de perder nuestras libertades y la autonomía democrática.