Día festivo; buscando descansar un poco al ritmo de sano entretenimiento, me di a la tarea de buscar en la tele una buena película. En un canal se pasaba una violenta cinta de carros por los aires, disparos a diestra y siniestra, sangre en avenidas y calles. Pasé a otro canal y la misma historia, si bien a un ritmo más pausado en escenas, pero mostrando la astucia para matar, perseguir y torturar. Opté por apagar y buscar otras opciones de una pausa de descanso fuera del ritmo habitual.

No sé si los años ya hacen golpe en mi mente, pero me pregunté qué clase de emociones, ideas, acciones, proyectos vitales, vitalidad serena pueden surgir de películas que de principio a fin hacen surgir los ánimos de venganza, muerte, poder de armas y violencia; qué aprendizaje puede emanar de una mente bañada en tanta barbaridad.

Me dí a recordar lo que alguna vez leí en "El idiota", de Dostoievski, cuando Hipólito pregunta al príncipe Myskin: "¿Es verdad que algún día dijiste que al mundo lo salvará la belleza, pero cuál belleza salvará al mundo?".

La belleza es la expresión visible del bien, que en su armonía produce esplendor, fascinación, atracción gozosa, sorpresa grata, amor que descubre fidelidad. No basta deplorar y denunciar las fealdades de nuestro mundo; no basta hablar de justicia, deberes y derechos, del bien común. Es preciso hablar de lo bello que trae vivir, irradiar lo que es verdadero y justo.

Con respeto me atrevo a señalar un hecho acaecido en el siglo XVI en Colombia en la región de Chiquinquirá. En una humilde capilla se tenía un desteñido lienzo que con los años había perdido su brillo, esplendor y figura. Una mañana una buena mujer llamada María Ramos pasaba al frente de la pequeña capilla y de repente la pequeña niña que llevaba de la mano gritó: "Mira el resplandor que brota de ese cuadro", y en efecto cuenta la tradición que desde ese día aquel cuadro recobró los colores y figuras de María Virgen con el Niño en los brazos.

Hoy se celebra la fiesta de Nuestra Señora de Chiquinquirá, como eco de aquel bello día que hizo resplandecer la belleza de la restauración de aquella pintura. Podemos decir que todos necesitamos renovar nuestra presencia en justicia, bondad, fraternidad, alegría comunitaria y Patria.

Esa renovación hará brillar la "belleza que salva", la presencia de Dios entre nosotros. Buena fiesta Nacional.