Ser diferente o tomar decisiones distintas a las que espera la sociedad nos convierte en objetivo de comentarios. Nos han mostrado el camino de la vida con un libreto preescrito por las creencias y la cultura en la que vivimos. Entonces, aparecen preguntas para confirmar si estamos siguiendo el libreto al pie de la letra sin cuestionar.
En la niñez preguntan: ¿Ya camina, ya habla, ya escribe? En la adolescencia: ¿Ya te gusta alguien?, ¿ya decidiste qué estudiarás en la universidad? Al adulto joven se le pregunta si ya tiene pareja; y si la tiene ¿para cuándo el matrimonio? Si ya estás casado o vives con tu pareja, la siguiente pregunta del libreto es: ¿Cuándo encargan bebé? Si ya tienes un hijo, entonces: ¿Para cuándo el hermanito o la hermanita? Si ya tienes hijos grandes, sigue el cuestionario: ¿Ya son abuelos?
La vida parece estar escrita en capítulos consecutivos, como una novela: naces, estudias, te enamoras, te casas para toda la vida, tienes hijos, los crías y luego ellos tienen la obligación de repetir el ciclo. Sin darnos cuenta, vamos naturalizando ese libreto y creando formatos rígidos, señalando de equivocadas a las personas que se atrevan a crear un camino diferente.
Este libreto preestablecido crea estereotipos y moldea expectativas, pero, hoy quiero enfocarme en una pregunta que considero condicionante para las mujeres: ¿Cuándo vas a ser mamá?
Desde los años 70 la mujer empezó a reivindicar el derecho a decidir sobre su cuerpo y sobre su vida. Fue entonces cuando el estereotipo social de la maternidad empezó a cuestionarse. No obstante, aunque se amplió el acceso a la educación, al mundo laboral y al control de la natalidad, la autonomía plena sigue siendo una tarea pendiente. Pero fue en la década de 2010 cuando el término “No mom” fue popularizado por Jody Day, autora del libro Living the Life Unexpected.
Las No mom son mujeres que conscientemente y por elección deciden no ser mamás. Son mujeres que han decidido no seguir el libreto. Son mujeres que se cuidan a sí mismas, cuidan de sus proyectos y cuidan a su comunidad. Sin embargo, la sociedad las juzga y se encarga de crearles una “culpa inducida”. Las presiona al punto de tener que explicar y justificar su decisión y defender sus argumentos. La sociedad las aísla porque “ser mamá es lo máximo que le puede pasar a una mujer”. La sociedad las estigmatiza como personas “egoístas”, “inmaduras” o “incompletas”.
No mom es una realidad. En Colombia, los datos del DANE y la ENDS (Encuesta Nacional de Demografía y Salud) revelan transformaciones en este tema. Solo el 16% de las mujeres en edad fértil desean ser madres. Lo confirmo en mis talleres de sexualidad femenina, en los que es común encontrar mujeres que cuentan su historia cargada de juicios y rechazo por decidir ser No mom.
No ser mamá también es una elección válida. Cada vez más mujeres están diciendo “No mom”, con serenidad y consciencia. Hoy, desde este espacio, les digo a las mujeres No mom que no tienen que justificar su elección. No querer, es suficiente argumento. Y aunque decidir no ser mamá ya es una revolución, la verdadera revolución la debemos hacer desde la consciencia colectiva de que todas podemos elegir sin ser juzgadas.