Ante la próxima inauguración de la Línea Tres del Cable Aéreo de Manizales, reapareció el clan Marín para reclamar cínicamente la obra como suya. ¡Qué tal! Y ha tratado de provocar enfrentamientos agresivos que, mediante la calumnia, crispe los ánimos de quienes están reconstruyendo la ciudad. Sabe que, a través de las obras, queda más en evidencia la catástrofe manizaleña en el cuatrienio de la mafia encabezada por Carlos Mario Marín Correa. ¡Cada obra de esta administración, es como una afrenta para la anterior! ¡Desvergonzados!
¿Acaso no se dan cuenta del asco que provocan en los escenarios de la ciudad? ¿No reconocen el escarnio al que se someten cuando son detectados en sitios públicos? ¿Creen que los manizaleños podemos olvidar que fuimos víctimas de sus aberraciones y porquerías?
Y aunque la Administración Rojas ha decidido trabajar sin el espejo retrovisor (lo que tiene a Manizales recuperándose de la catástrofe), no implica que quienes denunciamos las atrocidades cometidas en el gobierno de la mafia Marín, también callemos. ¡No señores! Porque no pueden reclamar vítores por el Cable, precisamente quienes urdieron el entramado perverso contra el que luchamos hasta derrotarlos. Si no les hubiéramos arrebatado de las manos la saqueo- administración de esta obra, y los recursos millonarios que querían desviar a través de ese engendro de roedores llamado Ideas Más, seguramente estaríamos lamentándonos, como con los $40.000 millones saqueados de la PTAR, por solo mencionar uno de los muchos atracos cometidos por la Cosa Nostra criolla.
No podemos olvidar que la Línea Tres del Cable Aéreo nació desfinanciada; con deficiente estructuración contractual; llena de improvisaciones en diseños, presupuestos, gestión predial y cronogramas; desembolsos desproporcionados de anticipos; y manejo de recursos sospechosamente ligeros. Hasta los últimos momentos de la Administración Marín, se estaban cambiando el sitio de las pilonas y definiendo la compra de predios, pues se invertía en un proyecto improvisado que solo cabía en la cabeza de esa mafia que trabajaba para su lucro, y le interesaba poco que la obra terminara con sobrecostos o, lo que es peor, que no se pudiera terminar por falta de recursos. Todo esto quedó en evidencia en la audiencia de pacto de cumplimiento ante la justicia administrativa en marzo de 2023.
Finalmente, a una obra que se planteó con un costo de $151.000 millones, la Administración Rojas tuvo que adicionarle más de $70.000 millones, y dotarla de personal técnico y profesional que, bajo un plan financiero racional, se concentrara en sacarla adelante. Solo por eso el barril sin fondo que urdió Marín, hoy está convertido en obra real.
¿Qué reclama entonces la mafia Marín sobre el Cable Aéreo? ¿Su improvisación, derroche, manipulación, corrupción, desgreño, irresponsabilidad, ambición, robo y perversión? ¡No ponen la cara por todo lo que desfalcaron, y quieren sacar pecho por una obra que no hicieron! ¡Cínicos!
¡Adelante, alcalde Rojas! Los insultos provenientes de esta mafia, solo fortalecen su gestión. ¡A cada insulto, una obra; y quedarán desterrados!