La Corte Suprema de Justicia, a través de la sentencia SP 083 del 2023, indicó que el “Grooming” se constituye en unos actos preparatorios o primeros pasos dentro de un plan delictivo para llegar a la comisión de una conducta punible, refiriéndose a los delitos contra la libertad, formación e integridad sexual de los niños, niñas y adolescentes en Colombia. Esta práctica aberrante ha suscitado cuestionamientos sobre la responsabilidad de los adultos en el uso de dispositivos electrónicos sin supervisión para sus hijos menores de edad. En el peor de los casos, se observa el uso de dispositivos sin control parental, con acceso libre durante la noche y fácil acceso a redes sociales.

En el grooming, un adulto se gana la confianza de un menor de edad para fines sexuales, siendo una amenaza latente para la protección de los derechos fundamentales de la niñez. Se trata de una práctica que se inicia la mayoría de las veces por contacto en redes sociales, donde el adulto logra ganar la confianza del niño o niña, generalmente alterando su identidad y edad, para luego hacer exigencias relacionadas con contenido pornográfico y, en muchos casos, llegando al contacto personal y la intimidación.

La UNICEF indicó con relación al grooming que: “El acosador suele mentir sobre su identidad, generar un vínculo de amistad y confianza con el chico o la chica y pedirle algo íntimo: una foto o un video. Luego suele extorsionarlo con difundir ese material si no accede a un encuentro personal o a enviar más imágenes”. De esa confianza es donde debemos encender las alarmas, pues a menudo la confianza está ligada a la manipulación, que se traduce en intimidación y silencio. Por esto, la primera señal de alarma es ver niños y niñas intimidados con el manejo de sus dispositivos electrónicos, tratando de esconder los mismos, utilizándolos en lugares cerrados y ocultándose de la presencia de adultos responsables para su manipulación.

Como padres, es fundamental que tomemos la iniciativa. Si bien el control parental y la configuración de los dispositivos electrónicos nos permiten filtrar contenido inapropiado para nuestros hijos, esta no es la única alternativa. Es esencial contar con padres y madres comprometidos con la supervisión constante de estos aparatos. Evita que tu hijo o hija duerma con dispositivos electrónicos en su habitación. Conocer las contraseñas y accesos ayuda a mantener una vigilancia más efectiva. Habla abiertamente sobre los riesgos en las redes sociales, compartiendo casos que pueden encontrarse en línea, para reducir el riesgo de contacto con extraños. Recuerda que el acceso a internet debe ser limitado y controlado por los adultos responsables; las plataformas no cumplen con las regulaciones exigidas para el uso de menores.

Es responsabilidad de cada miembro de la familia velar por la protección de la niñez en el ámbito digital. No solo se trata de un deber, sino que también es una obligación conforme a las leyes que protegen a la niñez en Colombia. No busquemos soluciones cuando el daño ya está hecho, asegurémonos que la niñez crezca en tornos digitales seguros.