Fernando-Alonso Ramírez

Periodista y abogado, con 30 años de experiencia en La Patria, donde se desempeña como editor de Noticias. Presidió el Consejo Directivo de la Fundación para la Libertad de Prensa en Colombia (Flip). Profesor universitario. Autor del libro Cogito, ergo ¡Pum!

Correo: editornoticias@lapatria.com

X (Twitter): @fernalonso

Primero estaba el hielo. El título del relato final es el mismo escogido para el más reciente libro del escritor antioqueño John Saldarriaga, de ya amplio recorrido en las letras colombianas. Se trata de unos textos maduros, que dejan ver a un narrador de pluma trabajada, publicados con el sello de Fondo Editorial, de la Institución Universitaria de Envigado.

Los 10 cuentos abordan temas que se van perdiendo entre lo surrealista en algunos casos, en lo esotérico en otros, y hasta podrían catalogarse de ciencia ficción unos más, con un énfasis en el suspenso, con humor en algunos y en todo caso logrando mantener la atención del lector hasta el final, bien se trate de un hombre que lleva a su última caminata a su madre, en Echarse a morir, o los seres de hielo que se apoderan de todo, que a la vez se puede leer como una metáfora del calentamiento global.

Lo explica en su presentación: "El conjunto de relatos de este volumen parte de la certeza de no tener ninguna certeza o, mejor, de la intuición de que la incertidumbre rige la vida". Aunque estos temas no son nuevos en la literatura de Saldarriaga, sí se ven cuentos de mayor fuerza narrativa, logrados con verdadero aplomo.

Juan de Arco es un tributo a la música y a la capacidad creativa del ser humano hasta enseñar a las aves una nueva tonada. Kyoto, el japonés con cara de prófugo es un bello relato sobre las diferencias que nos generan dudas o suspicacias sobre los otros.

Breve tributo a Chesterfield y Estola, genios de la moda es una crónica periodística al mejor estilo que piden hoy los algoritmos: cargada de chisme, polémica y revelaciones, donde el autor echa mano de su experiencia periodística para concretar este relato de intimidades.

El ladrón de libros es una pieza magistral para quienes amamos los textos, un hombre es una especie de Robin Book. Contiene el Decálogo del buen ladrón, que entre los puntos, establece hasta un eufemismo: "No se dice robar libros: se dice adquirirlos de una forma u otra".

En El Club de los convidados de piedra es un estímulo para recordar las palabras perdidas, una perorata que invita a mantener el don de las definiciones, mientras que La comedora de ceniza nos habla del deterioro mental de alguien que prefiere probar tierra y cómo le puede caer de mal, incluso la de cementerio. Las mentiras de Vera, finalmente, son la historia de una mitómana que sabe bien que lo suyo nunca será decir la verdad, y no es una política, es alguien como cualquiera. En fin, una de esas joyas que caen en nuestras manos de cuando en vez y que nos recuerdan que hay una cantidad de escritores por fuera del circuito editorial dominante, que vale la pena leer. Por eso es tan importante que Hablemos de Libros.

 

Subrayados

  • Uno siempre encuentra a las personas y las cosas cuando no las busca.
  • Lloro sin lágrimas durante un tiempo indefinido como lloran quienes no tienen consuelo.
  • El mundo entero, diablillos, es un gran homicida, porque, si bien todo es caos, resulta entretenido.
  • Más bien sucedía que la verdad, para ella, era un artículo descontinuado, como las planchas de carbón o las vitrolas de cuerda.