El ‘leísmo’, incorrección común en España, es el empleo del pronombre personal de tercera persona ‘le’ (complemento indirecto o dativo) en lugar de ‘lo’ y ‘la’ (complemento directo o acusativo), como se aprecia en la siguiente muestra: “Junot Díaz lo entiende perfectamente y tal vez por eso mismo tarda tanto en escribir, porque no viaja solo, su gente le acompaña allí donde va, cuales polizones de sus relatos, definiéndole y haciéndole ser quien es” (LA PATRIA, Fuad Gonzalo Chacón, 5/8/2025). En castellano castizo, “...su gente lo acompaña...” y “...definiéndolo y haciéndolo ser quien es”, porque en los tres casos, el pronombre es complemento directo, pues recibe directamente la acción de los verbos respectivos.
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El adjetivo griego ‘epítomos-on’ significa ‘cortado, abreviado, breve’, y el sustantivo ‘epitomé’, ‘atajo, corte, resumen’. De éste viene el sustantivo castellano ‘epítome’, que es la exposición sucinta de las partes más importantes y elementales de una obra. Es también “una figura retórica que consiste, después de dichas muchas palabras, en repetir las primeras para mayor claridad”. El periodista Fernando Alonso Ramírez, en su artículo sobre Hiroshima, le dio un significado que no tiene en esta cláusula: “Por historias como esta es que The New Yorker llega en este 2025 a su centenario demostrando por qué es el epítome del buen periodismo” (LA PATRIA, Papel Salmón, 9/8/2025). De acuerdo con el contexto, pienso que lo que quiso expresar fue que con la manera como el periódico citado describió la barbarie cometida contra Hiroshima demostró por qué es el ‘modelo’ del buen periodismo. O el ‘paradigma’. Y hay un ‘que galicado’ en la primera frase: correctamente, “Por historias como esta es por lo que...”.
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El adverbio de tiempo ‘antes’ ha muerto. Que descanse en paz. Y fue sustituido por el adjetivo ‘previo-a’, mal, casi siempre, como se aprecia claramente en el destacado de una nota de El Tiempo: “Ante la ausencia de actas de sesiones de la junta y firmas, previa a suscribir el acuerdo, la gerente de la Imprenta Nacional no dio respuestas claras” (Procuraduría, acta de visita, 8/8/2025). Peor, imposible, porque, como es adjetivo, no se sabe qué califica, por lo que no está desempeñando ningún oficio en esa oración. El adverbio ‘antes’ habría expresado con mayor claridad la idea de la Procuraduría, así: “...antes de suscribir el acuerdo...”. El adjetivo ‘previo-a’ (del adjetivo latino ‘prævius-a- um’, ‘-que precede, que va delante’) se aplica a lo que precede a algo y sirve para su preparación, por ejemplo, ‘luego de una consulta previa, tomaron la decisión de avanzar en el proyecto’. Se utiliza con frecuencia en forma de ablativo absoluto, verbigracia, ‘previa reunión con los alcaldes, el Gobierno destinó los recursos para las obras propuestas’.
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Hasta la decimoséptima edición del diccionario de la Academia de la Lengua (1947) el verbo ‘destacar’ era sólo transitivo y pronominal. Como debió permanecer. Pero en la edición siguiente (1970), después de la segunda acepción, “fig. Poner de relieve los méritos o cualidades de una persona o cosa”, anota que se usa también como intransitivo. ¿Por qué este cambio después de casi tres siglos? ¡Averígüelo Vargas! Además, el castellano tiene los verbos ‘sobresalir’ y ‘descollar’, ciento por ciento intransitivos. En su columna del 11 de agosto, el columnista José Jaramillo Mejía escribió: “...cuando el estilo de la ciudad eterna (...) destacaba por ocupar territorios...” (...). De acuerdo con lo antes expuesto y la lógica gramatical, “...se destacaba...”, porque, sin el pronombre, es transitivo y pide un complemento directo.