Siendo las cinco de la mañana del miércoles 30 de abril embarcamos a nuestros mulares Vaticano y Blu rumbo a Sonsón. Nuestra misión, acompañar la celebración de los 200 años de nuestra amada Salamina en el marco del evento “Solo Mulas Bicentenario Vicente Fermín López Buitrago”. Después de una fría noche en la que afortunadamente tenía con quiÉn “arruncharme”, fuimos al potrero a buscar a nuestros amigos para darles concentrado, rasquetearlos y ensillarlos.
La primera jornada entre Sonsón y Aguadas fue maratónica, pues el camino original se derrumbó y debimos dar la vuelta por Encimadas. Lo que debía ser una travesía de 30 km se convirtió en un recorrido de 63 km. Confieso que ha sido el trayecto más largo que he realizado en un día. El dolor que sentía en el cuerpo al caer la noche durante los últimos 5 km, solo lo pude soportar al sentir la calma y fortaleza de Vaticano, y al constatar que Natalia estaba relajada y dándonos a varios una clase de lo que es ser una verdadera Campirana. Al día siguiente realizamos Aguadas – Pácora, donde al llegar, tuvimos la oportunidad de dormir en una Posada Campesina. Su propietaria nos acondicionó su casa para que nos alojáramos tres parejas y ella se fue a dormir donde una vecina.
Este es el tipo de alojamiento rural que debemos potencializar para desarrollar turismo ecológico, cultural, social, y sostenible. Imagínense montar el Airbnb para las posadas campesinas, donde apoyemos a nuestros pequeños y medianos agricultores que además de cultivar sus productos, puedan tener un ingreso adicional. Para eso debemos capacitarlos en servicio y brindarles créditos a muy bajas tasas y a largo plazo para que puedan adecuar sus instalaciones con mínimo dos cuartos adicionales con baño. Eso sí, manteniendo nuestra arquitectura del paisaje cultural cafetero y acondicionando nuestra comida típica a las necesidades internacionales.
La oportunidad de que los extranjeros puedan levantarse en medio de montañas y ríos, al lado de un fogón de leña ecológico para comerse una arepa con queso y un buen café especial, es invaluable. En este caso, los recorridos por el Norte de Caldas son un paraíso inigualable, en el que podemos hacer senderismo y obviamente recorridos maravillosos a lomo de mula que nos permita regresar a nuestra esencia, conectarnos con nuestros antepasados y con la naturaleza.
El tercer y último día de nuestra aventura nos permitió bajar hasta el río Chamberí, donde aprovechamos para descansar y almorzar un delicioso envuelto. Los últimos kilómetros fueron de subida por el antiguo camino de arriería. La llegada a Salamina fue un espectáculo inolvidable, con más de 1,500 mulas, incluyendo por lo menos 150 arrieros de a pie. Fue una exhibición de cultura, de identidad y de amor por nuestro país. El remate en la plaza rodeado de negocios de artesanías, restaurantes y fondas permitió albergar a miles de turistas que durante tres días generaron empleo y movieron la economía del municipio. Seguramente este relato es incomprensible para los petristas y sus aliados que quieren acabar con las mulas de gasolina y con las mulas de cuatro patas que nos permitieron construir esta región y que hacen parte de nuestra vida. El tusi y el odio que ustedes tienen, los está llevando a destruir nuestra cultura campesina y su economía. Hasta donde podamos, seguiremos cabalgando y diciendo Colombia por encima de todo.