Tuve la oportunidad de estar 12 días trabajando dentro de un stand en la feria de Agroexpo, realizada entre el 9 de julio y el 20 de julio en Bogotá. Más allá de las expresiones de preocupación e incertidumbre por la situación que atraviesa el país, quiero compartirles la cara positiva de lo que sentí conversando con la gente y recorriendo las exhibiciones de las otras empresas.

Empiezo por destacar que se alcanzó una cifra récord de más de 290 mil visitantes, los cuales generaron un ambiente contagioso de positivismo. El primer sentimiento que me traje es que Colombia entiende que su desarrollo, presente y futuro pasa por el valor que seamos capaces de crear en el campo y en la agroindustria. En cada pabellón, cada stand transmitía energía, pasión y un convencimiento descomunal que el sector agropecuario es capaz de trabajar el doble para compensar la flojera y mediocridad en la que están postradas las entidades públicas.

El segundo sentimiento gira alrededor de la relevancia que le estamos dando a la generación de capacidades para atraer y retener talento en el sector. Se requiere tener productos, servicios y modelos de negocio que puedan pagar todas las prestaciones sociales a los colaboradores y que “todo sea por encima”. Eso sí, es evidente que cada día este Gobierno da un paso atrás en este propósito. Más allá de tener empleos formales, necesitamos implementar tecnologías encaminadas a la productividad, la eficiencia y al despertar el interés de las nuevas generaciones.

Un ejemplo de ello es la aplicación de drones en explotaciones agropecuarias, en el que un piloto que estudió una carrera técnica puede ganar más que un profesional en la ciudad. Estas capacidades deben estar acompañadas del imperativo de no seguir viendo al campesino como ciudadano de segunda, y por eso es obligatorio que nuestros colegios, escuelas, hospitales, viviendas, vías sean de primera categoría y no lo que son actualmente. Sobre la promesa de la conectividad de internet, ni profundicemos porque ya sabemos en los bolsillos de cuál candidato presidencial está.

El tercer sentimiento es la emoción de constatar que a la feria también asistieron pequeñas y medianas empresas familiares con negocios espectaculares que están “jugando a ganar” para crecer en el mercado nacional e internacional. Es la sensación inédita del “emprendedor irracional” que entiende que es ahora o nunca, que no sabemos si hay un mañana, que vida solo hay una, y que no se puede esperar a que un Gobierno dañino pase, porque cuatro años son una eternidad para no crecer. A todos ellos, mis felicitaciones y mis agradecimientos porque me dieron una inyección de energía para continuar mi labor empresarial en un año tan complejo como el actual.

Por último, déjenme expresarles que llegué a mi casa con una mezcla de júbilo, resistencia y amor.

Lo vivido durante estos días en Agroexpo 2025 confirma que los caballos y los mulares hacen parte de la cultura, del trabajo diario en el sector rural, y son la esencia de quienes somos campo.

Tuvimos gran diversidad de las diferentes expresiones, prácticas y deportes alrededor del mundo equino, el cual representa cerca del 1% del PIB en Colombia y genera más de 500.000 empleos. Si los congresistas petristas siguen insistiendo en joder al campo y al mundo del caballo, lo único que lograrán es más división, más odio, más pobreza, más ilegalidad, más informalidad.

Colombia es campo y el campo se respeta. Vamos pa' delante.