En una colmena cada abeja cumple un papel distinto: unas buscan alimento, otras construyen, otras cuidan. Todas trabajan desde lo individual, pero lo hacen sabiendo que hay un centro que da sentido, equilibrio y continuidad. En toda colmena también hay una abeja reina: esa presencia vital que no trabaja sola, sino que garantiza que cada esfuerzo individual tenga sentido dentro del todo, la reina se dedica a sostener el conjunto para que la vida florezca.
En nuestra región, la Fundación Lúker ha sido por años esa abeja reina. No porque haga todo, sino porque con su presencia constante ha permitido que cada persona, cada institución y cada proyecto despliegue su propósito. Lo que logra la Fundación no es imponer un camino, sino cuidar el ecosistema educativo, emprendedor, innovador y social que hace posible que lo individual se transforme en colectivo.
La apuesta por la educación ha sido el núcleo. La ciudad alcanzó logros que la destacan en el país; con el modelo de ciudad educadora, Manizales se convirtió en referente nacional; y con la formación de maestros y rectores se sembraron semillas que florecen todos los días en nuestras aulas. Lo que comenzó como un sueño colectivo hoy es un ecosistema educativo vivo, en movimiento.
Pero la Fundación también entendió que una colmena no sobrevive solo con panales de escuela. Hace falta innovar, emprender, cuidar el tejido social. Por eso, durante esta década, han apoyado y soportado a un sinnúmero de emprendimientos en alianza con universidades, empresarios y líderes comunitarios. Nació un ecosistema de innovación que hoy le da a la ciudad un ADN creativo y competitivo.
La abeja reina también nos enseñó a confiar. A través de programas de cultura ciudadana, participación juvenil y convivencia miles de personas encontraron espacios para construir comunidad y reconocer que el otro no es un rival, sino parte de la misma colmena. Porque cuando confiamos, la miel se multiplica.
Hace unas semanas compartieron el informe de gestión de los últimos 10 años de trabajo y las cifras hablan por sí solas: más de 60.000 personas impactadas en 14 departamentos y 49 municipios. En los proceso de educación el 85% de los niños de quinto grado alcanzaron los niveles esperados de fluidez de lectura (en el 2019 solo alcanzaban este nivel el 39% de los niños). 1.727 jóvenes se matricularon en el nivel técnico en Universidad en tu Colegio lo que equivale al 63% de la matrícula de grado décimo. En temas de emprendimiento, Manizales, por primera vez, quedó como una de las ciudades con mejores condiciones para el emprendimiento, según el ranking del GEIAL (después de Sao Paulo, Brasil). Los proyectos sociales logran impactar 5.446 personas directamente y 72.000 indirectamente, entre muchos otros.
El mayor legado de estos diez años no está solo en las cifras -aunque son impresionantes- sino en la certeza de que sí se puede transformar una región cuando existe una institución que inspira, articula y convoca. Fundación Lúker no hace las cosas por todos; hace posible que todos podamos hacerlas mejor, juntos.
Hoy, cuando miramos hacia atrás, entendemos que cada uno de nosotros ha sido como una abeja obrera, aportando desde lo individual, a veces sin darnos cuenta, a la construcción de un bien mayor. Pero también sabemos que nada de esto habría sido posible sin esa abeja reina que, silenciosa pero firme, ha sostenido la colmena regional.