Kapadokya, como la llaman los turcos, es uno de los lugares más inusuales y fantásticos que he visitado en mi vida, aunque el factor más conocido y que atrae más a los turistas es el paseo en globo, hay muchísimas otras cosas que la hacen un destino inolvidable.
Esta región está ubicada en Anatolia central y tiene una riqueza histórica que abarca un pasado tan lejano como la prehistoria, donde los cavernícolas cavaron sus cuevas para habitarlas, las mismas que usarían los primeros cristianos para refugiarse de la persecución romana. Lo interesante es que estas estructuras persisten y algunas de ellas aún son habitadas, otras están muy bien preservadas y permiten su visita. Allí se pueden observar vestigios de estos primeros cristianos y de la consolidación de la iglesia Cristiana de Oriente, que en esta región tuvo mucha importancia, los cristianos de esa época construyeron iglesias y monasterios dentro de la roca. Las iglesias aún conservan frescos y una rica iconografía que vale la dicha apreciar en vivo y en directo. La visita al Museo al aire Libre para apreciar las antiguas iglesias bizantinas es un imperdible.
Si le atraen los lugares mágicos, allí encontrará un paisaje lleno de chimeneas de hadas, que son formaciones rocosas, de forma cónica, que rodean a Göreme, mientras se recorre en globo, se pueden admirar estas estructuras que el tiempo se ha encargado de labrar. El panorama que ofrece Capadocia es único en el mundo por su formación geológica y su riqueza histórica y cultural, por esta razón fue declarado por la Unesco, en 1985, Patrimonio de la Humanidad.
Otro de los atractivos de la visita a esta región son las ciudades subterráneas, son muchas, algunas apenas están siendo descubiertas y exploradas. Son vestigios de un pasado que indica que esta región fue atacada constantemente, entonces sus habitantes buscaron refugio en el subsuelo y pasaban escondidos en estas ciudades varios meses. Las ciudades están llenas de túneles angostos que esconden lugares tan diversos como pequeñas iglesias, cocinas, establos y lugares para fabricar el vino. Los habitantes sellaban la entrada con enormes piedras, imposibles de mover para los invasores. Se abastecían de agua desde los ríos subterráneos, hacían larguísimas chimeneas que les permitían ventilar los espacios y evitar que el humo de las cocinas saliera a la superficie, de esta manera pasaban desapercibidos por los invasores.
El Paseo en globo merece capítulo aparte, pues es una experiencia que produce éxtasis, la belleza del amanecer va develando estas figuras y estructuras geológicas que hacen de esta región única, es una experiencia tranquila, si lo que la persona va buscando es adrenalina tal vez quede desilusionada, pero si lo que quiere es disfrutar de una experiencia en la que pueda sumergirse en la contemplación del paisaje desde las alturas no dude en vivirla.
También se sobrevuelan los campos y se puede ver cómo el pasto se mueve con el viento que produce el globo al pasar tan cerca, es hermoso. Como colombiana me dio una alegría inmensa ver un globo, con la imagen de Juan Valdéz, entre los muchos que vi la mañana de mi aventura.
Si le gusta la adrenalina puede reservar un safari en jeep 4x4, es otra manera de apreciar este exótico paisaje desde la tierra y sin duda es una manera muy divertida de recorrer esta región mágica e inusual. Le recomiendo conocer Capadocia, yo espero regresar.