Debo confesar que hace unos meses comencé a verme esta serie y no pude pasar de los primeros 20 minutos ¿la razón? La crudeza de sus imágenes; el arresto de un adolescente acusado de un delito atroz: la muerte de una compañera de clases. La cara del muchacho hace suponer que todo se trata de un error, es apenas un joven de 13 años, con rasgos y actitudes infantiles, que asegura que él no hizo nada malo. A pesar de los argumentos de personas bastante serias, quienes me aseguraban que debía verme la serie, yo me negué. Pero en estas vacaciones de mi hija, aproveché para vérmela con ella, ya mejor preparada para lo que iba a presenciar.
La trama es apasionante, cruda y además desenmascara una realidad que los padres debemos estar preparados para encarar: la violencia que enfrentan nuestros hijos a través de las redes sociales. Existe todo un lenguaje simbólico en torno a los emojis, esas imágenes que parecen tan inocentes, pero que en su interpretación encierran otro sentido. La serie también pone en evidencia un fenómeno de la actualidad: los Incel, según el diccionario oficial de la Universidad de Cambridge, el término se deriva de las palabras inglesas involuntary celibacy, en español, celibato involuntario, lo que surgió como una comunidad de apoyo para personas solas, se convirtió en un concepto con el cual algunos hombres culpan a la mujer por su imposibilidad de interesarla y de generar un vínculo de atracción recíproco.
Esta deformación de la idea inicial de Incel ha alcanzado extremos abrumadores, como el crimen perpetrado por un adolescente en el 2014, que cobró 6 víctimas; el joven dejó escrito un documento expresando su frustración por no poder perder su virginidad y su odio hacia las mujeres, esto antes de cometer suicidio.
Una de las líneas temáticas que se desarrollan a través de la historia del personaje principal es la de la teoría 80/20, que afirma que el 80% de las mujeres se sienten atraídas por el 20% de los hombres, lo cual es un argumento para que muchos adolescentes encuentren muy difícil relacionarse con el sexo opuesto.
La serie deja diversos mensajes, el más contundente en mi concepto, es la necesidad de control parental en todo lo que tiene que ver con el uso de equipos electrónicos, como el celular y las computadoras, los padres creen erróneamente que porque el hijo está encerrado en su cuarto “jugando” con la computadora nada malo puede pasar, pero la realidad es otra: se abre la puerta para numerosos tipos de delitos, especialmente sexuales, así que es importante que los niños y adolescentes tengan reglas claras sobre el uso de los dispositivos electrónicos, lo que incluye que los padres tengan las claves de acceso y además establezcan horarios de uso claros.
También que los padres se informen sobre el lenguaje que los muchachos utilizan para hablar entre ellos, para no pecar por inocentes o ignorantes. Para lograr este objetivo las escuelas de Padres son fundamentales, también el trabajo que realizan grupos de apoyo, como Padres Coherentes o Red Papaz, es invaluable para nuestra formación como padres y madres responsables e idóneos; no es solamente alimentar, vestir y divertir a nuestros hijos, hay que acompañarlos de una manera más activa en su crecimiento.
Si son padres o educadores les aconsejo ver la serie Adolescencia, que actualmente se está presentando por la plataforma Netflix.