Las buenas noticias económicas se deben reconocer y felicitar, independientemente del Gobierno de turno. Según el DANE, en el 2024 (primera parte del Gobierno Petro) la incidencia de la pobreza monetaria en Colombia fue de 31,8%, logrando una reducción de 2,8 puntos porcentuales -pp- frente al año 2023.
En las cabeceras municipales cerró en 28,6%, menos 3,2 pp, y en centros poblados y rural disperso en 42,5%, menos 1,5 pp.
Así, entre el 2023 y el 2024 salieron de la pobreza en el país cerca de 1,2 millones de personas, pero con diferencias sustanciales entre ciudades (Manizales 16,7%, Bogotá 19,6% y Medellín 22,1% versus Quibdó 59,6%, Riohacha 48,8% y Valledupar 47,5%) y según las características del jefe de hogar, por ejemplo, estás incidencias son más altas en mujeres, jóvenes y hogares con dos niños o más y un tamaño de cuatro o más personas. Igualmente, personas con ningún nivel educativo, primaria o secundaria, desocupados, población fuera de la fuerza de trabajo, cuenta propia y aquellos con autorreconocimiento étnico racial indígena y negro o afro, y sin afiliación a seguridad social en pensión.
En el mismo sentido de reconocimiento, hay que subrayar que entre el 2012 y el 2024 la pobreza monetaria en Colombia se ha reducido 9,2 pp, cuando a la mitad del Gobierno de Santos II la pobreza se ubicaba en 41%. Luego este indicador siguió disminuyendo año a año, a excepción del 2019 y el 2020 en la primera parte del Gobierno Duque, pero posteriormente en su segunda parte la pobreza bajó en el 2021 y en el 2022, y seguido en el primer año del Gobierno Petro.
Con todo esto, reconocimos avances y brechas, y ahora, ¿a quién felicitamos? El DANE ofrece una descomposición de las diferencias en la incidencia de pobreza monetaria desde los motivos de crecimiento, redistribución y la línea de pobreza.
Entre el 2023 y el 2024, la línea de pobreza es una desventaja por el efecto inflacionario; es decir, cuando la inflación sube es mayor el impacto negativo en la pobreza de los hogares por el costo a la canasta de bienes y servicios. En el caso de la redistribución (ayudas institucionales) funciona como una ventaja ayudando a reducir la pobreza, donde está sería más alta si las ayudas no existieran (e.j. en el 2024 la pobreza en Colombia con ayudas fue de 31,8% y sin ayudas la estimación sería de 34,1%).
Sin embargo, el gran protagonista en la contribución total a la reducción de la pobreza es el crecimiento económico, ya que, la mejor forma de superar la pobreza monetaria es con mayores ingresos. En una lectura macroeconómica, cuando los países tienen tasas de crecimiento promedio inferior al 2%, los años requeridos para duplicar los ingresos de la población son más de 40, mientras con tasas del 3% la duplicación está sobre los 20 y por encima de 4% en menos de 15 años.
En conclusión, todavía existen 16.237.635 personas en situación de pobreza monetaria en Colombia, y la única evidencia histórica que tenemos es que las sociedades deben crecer económicamente para aumentar sus ingresos y, de esta forma, reducirla.
Entender la importancia del crecimiento como motor de transformación estructural es crucial como punto de inflexión cultural en nuestra sociedad. Aquellos que no estén de acuerdo, respetaré su posición, pero estoy seguro que pensarán como yo, que es mejor tener una condición de riqueza que de pobreza. Los que estén de acuerdo conmigo, me ayudan por favor con la campaña: #SíAlCrecimiento.