Este año el DANE ofreció una actualización a las proyecciones de población debido a las recientes caídas en las estadísticas vitales de nacimientos. Colombia a principios del siglo XXI registró 752.834 nacimientos en el año 2000, con una tasa de variación promedio anual del -0,6% hasta el 2005. Luego, entre el 2005 y 2010, la tasa fue del -1,9%, con 654.627 nacidos vivos para finales de la primera década del siglo.
Entre el 2010 y 2015 la tasa fue de 0,2% promedio anual y de -1% entre el 2015 y 2020, año en que se dieron 629.402 nacimientos. Pero, esta tendencia tuvo un punto de inflexión, porque en el último quinquenio la variación promedio anual fue del -8,2%, donde en el 2024 se presentaron 445.011 nacimientos totales en todo el país.
Lo anterior, llevó al DANE a generar un nuevo modelo de proyección, en el cual, para el 2025 el país tiene 53.057.212 habitantes y alcanzaría un máximo de 56.048.194 personas en el año 2043, cuando la población entraría en una senda de decrecimiento, lo cual marcaría una nueva fase de realidad demográfica para Colombia, marcada por un menor número de población y una estructura etaria mayoritaria de población adulta y mayor.
Esta realidad también afecta a Manizales, donde el caso es más dramático. En el 2000, el número de nacimientos fue de 5.501, que con una diferencia de 2.162 defunciones no fetales (muertes), el saldo de crecimiento vegetativo de la población era positivo, indicando que existía un recambio poblacional año a año superior a 0.
Sin embargo, comparando con la dinámica nacional, en las primeras dos décadas del siglo XXI la variación anual promedio de nacimientos fue del -3,7% y -3% respectivamente, en los últimos años ha sido de -6,6%, pasando a 3.979 nacimientos en el 2010, 2.917 nacimientos en el 2020 y finalmente un total de 2.216 nacimientos en el 2024. La enorme diferencia con el comportamiento nacional es que el saldo vegetativo de crecimiento de la población es negativo desde el 2021, lo que quiere decir, que son más las personas que mueren que las que nacen anualmente en Manizales, dejando al flujo de migraciones (internas e internacionales) que sea el protagonista en el crecimiento de la población de la ciudad.
Las nuevas proyecciones para Manizales determinan un total de 472.087 habitantes en el 2025, 488.352 en el 2030, 500.311 en el 2035, 506.787 en el 2040 y finalmente 507.551 en el 2042, con una tendencia a la estabilización que invita a pensar que Manizales tendría sus puntos máximos históricos en esta década para cerrar la primera mitad del siglo XXI. Si tenemos en cuenta a Villamaría (conurbación), municipio con un punto máximo de proyecciones de población en el 2038, la ciudad metropolitana de Manizales alcanzaría al 2042 un total de 585.892 habitantes, con poca probabilidad de alcanzar las 600 mil personas.
Lo anterior es de suma importancia si pensamos en retrospectiva, cuando Manizales y Villamaría sumaban 379.779 habitantes en 1985, 421.972 en 1995, 453.125 habitantes en el 2005, 482.731 en el 2015, 545.740 en el 2025 y 579.082 en el 2035, porque para la segunda mitad del siglo XXI el patrón de expansión poblacional cambiaría radicalmente, que en términos de infraestructura urbana, sistemas de educación y salud y fuerza de trabajo marcaría un eje de planeación de ciudad por el cambio en la estructura etaria de la población, y en tamaño de mercado será una variable fundamental de la competitividad en la economía regional. Los flujos migratorios son nuestro futuro de sostenimiento poblacional.