Pensando con el deseo
Señor director:
Un ciudadano, pariente mío muy cercano, preocupado por el presente y por el futuro de la ciudad, “el mejor vividero del mundo” pero en un marasmo y en un deterioro impresionantes, se lamentaba (no la madre) del hecho de no contar con candidatos a la alcaldía bien prestantes (como lo fueron, por ejemplo, Fernando Londoño y Londoño o Gustavo Robledo Isaza), extraordinariamente prestantes, cívicos, distinguidos, preparados, etc., etc. Y se dolía de la pobrísima intención de voto que JORGE ENRIQUE ROBLEDO está sacando en las encuestas para la alcaldía de Bogotá. Dice el ciudadano que el doctor Robledo hubiera sido el hombre para Manizales. Hoy ¿sería realista esta posibilidad? Jorge Enrique conoce y ama a Manizales: “Estos, Fabio, ¡ay dolor!, que ves ahora, / campos de soledad y mustio collado, / fueron un tiempo Itálica famosa” (Rodrigo Caro, Canción a las ruinas de Itálica).
“Un Rodrigo perdió a España (el rey visigodo derrotado en la batalla del río Guadalete, año 711) -se le oyó decir a un árabe-, otro Rodrigo la recobrará (el Cid Campeador)”. Si el doctor Jorge Enrique no compite por la primera magistratura de Manizales, hay otro Robledo que sería burgomaestre de lujo: el doctor RICARDO CORREA ROBLEDO
Atentamente,
Don Cecilio Rojas.

Taxistas en ciudad equivocada
Señor director: 
Riosucio y Bonafont. Academia Caldense de Historia.
Salida a las 6.00 a.m. del Parque Caldas. Era lógico levantarse a las 4:00 a.m. para por estar listo a las 5:20 a.m. en la portería del conjunto para abordar con tiempo el taxi, mas quién creyera que en una ciudad que se precia de culta y ordenada, el vehículo reportado para llegar a la calle 71 con carrera 17 en Manizales nunca llegó. A las 6:30 a.m. el portero, don Héctor, solicitó otro taxi que tampoco llegó, y pensar que por doquiera que vayamos siempre hablamos bien de Manizales y recomendamos visitarla.
El tercer taxi llegó faltando 5 minutos para las 7:00 a.m. y en efecto pronto entró la llamada del presidente de la Academia Caldense de Historia preguntando el porqué del retardo. Me esperaron en el Parque del Agua. Lo inverosímil de la historia consiste en que el tercer taxista ofreció comunicarse con el jefe para informarle de la irresponsabilidad de sus trabajadores y en efecto, en comunicación directa tercer taxi-jefe- primer taxi, el negligente y temerario conductor del primer taxi vociferaba hacia mí diciendo que no fuera mentiroso, pues él estuvo a tiempo frente a la portería y nunca salió el pasajero. Seguramente la investigación dirá que el abnegado taxista se levantó a las 3:00 a.m. y que portero y pasajero se durmieron en la portería. Del segundo taxi nunca se supo nada, probablemente es hermano del primero y por lo tanto igual de responsable. Una sola gota de mugre destruye toda la buena imagen de una gran ciudad.
Ramón Exeriel López Serna