Realidad y novela
Señor director: 

Realidad. Diciembre 18. 1995, mi hija Daniela de 7 años y yo, desprogramados, decidimos hacer un paseo, pues los otros 3 integrantes de la familia, esposa y 2 hijos mayores estaban ocupados. Zoológico de Pereira, viaje hacia el Valle y pernoctar donde nos cogiera la noche, hotel de Tuluá. Al día siguiente 19, viaje a Buenaventura. Recorrimos la ciudad, sus playas y nos sentamos a observar el mar. El día 20, rumbo hacia la isla la Bocana. Nos bañamos poco en mar peligroso y mucho en la piscina del hotel. Por la noche, mientras cenábamos, oímos la noticia de la caída del avión de América Airlines 965, de Miami a Cali, con 159 pasajeros, en la montaña “El Diluvio”, entre Buga (Valle) y Roncesvalles (Tolima). Sobrevivieron 4 pasajeros y un perro. Daniela y yo regresamos a casa el 21 de diciembre.                                                                                                                 
Realidad Novela. En ese vuelo venía Elena Fritts, americana, quien después de 19 años volvía a Bogotá a verse por navidad con su esposo Ricardo Laverde y su hija Maya, de cuyo embarazo se dio cuenta en Manizales, en reunión de los cuerpos de paz, pues tuvo un fuerte vómito. Hospedada en el hotel escorial, habitación 225, llamó a su esposo para que viniera desde La Dorada a recogerla.  Ricardo, piloto, pagó condena de 19 años de cárcel por tráfico de drogas en su avión.  A Maya, de 27 años, su madre le rectificó la mentira sobre su padre: no había muerto cuando ella tenía 8 años, ahora había recuperado su libertad. Cuando Ricardo supo del accidente, aprovechó que ahora era piloto del Instituto geográfico Agustín Codazzi, y ayudado por un colega logró con dinero se le diera una copia de la caja negra del avión. Con el casete en el bolsillo, Ricardo llegó a los billares donde solía ir y allí se encontró con su amigo Antonio con quien jugó un chico. Terminado éste, Ricardo le dijo que si sabía de un sitio donde escuchar una grabación. Antonio lo llevó a la casa de poesía José Asunción Silva, que frecuentaba. Ricardo escuchó las voces angustiadas del piloto y copiloto, mientras Antonio oía poesías. Éste lo vio llorar, pero siguió en su trance poético. De pronto se dio cuenta que Ricardo se había ido. Salió en su búsqueda. Cuando lo halló, lo tomó del brazo. Y ahí se acercaron 2 hombres y les dieron bala en plena vía. Ricardo murió y Antonio quedó muy herido. Un día una mujer lo llama por teléfono y lo invita a ir a su casa en La Dorada. Es la hija de Ricardo. Viaja y se encuentra con Maya. Ella le pide contar la muerte de su padre.  Luego, le da una revista y otros escritos para que Antonio los lea. En 1938, Bogotá estaba de cumpleaños y hubo un show aéreo militar. Está el presidente Alfonso López, el capitán Laverde y su hijo Julio (quien será el padre de Ricardo). El almirante Abadía, experimentado piloto, en la exhibición trató de asir una bandera y el avión se vino abajo; causó la muerte a 57 personas y muchos heridos entre ellos Julio Laverde quien quemó su rostro con aceite del avión. Maya trajo el casete de la caja negra recuperado en un viaje a Bogotá e invitó a Antonio a escucharlo. Los pilotos del avión pensaron que ya habían sobrevolado la ciudad de Tuluá, cuando aún estaban mucho más atrás. El descenso los llevó a accidentarse. Queda la incógnita: ¿quién mató a Ricardo Laverde y por qué?    Premio Alfaguara de novela. 2011. “El ruido de las cosas al caer”. Juan Gabriel Vásquez. 
Alirio De Los Ríos Flórez.
 

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