Mil viviendas o mil mentiras?
Señor director:
En el año 2021 cuando inicio de la ejecución del programa Mil Viviendas, programa que pretendía entregar viviendas a familias Caldenses de bajos recursos, me alcance a ilusionar. Vi con muy buenos ojos esta apuesta a la cual quise brindarle todo mi apoyo. Pasaron solo unos meses cuando esa ilusión empezó a desvanecerse porque comencé a recibir información que ponía en duda la ejecución del programa, quise ser prudente e iniciar por mis propios medios a solicitar información para corroborar si lo que me habían dicho era cierto, guardaba la esperanza de que solo fueran rumores, gran sorpresa tuve cuando desde la misma secretaría confirmaron que lo que inicialmente consideré como rumores eran verdad; bastó un simple análisis a esa información para evidenciar que el programa que me ilusionó parecía ser un foco más de contratitis con el despilfarro de los recursos que las alcaldías y la gobernación estaban aportando. Indagando más encontré que los recursos para el programa eran aportados de la siguiente manera: Cada municipio debía aportar el lote para construir las casas, además de 10 millones; la Gobernación aportaba 39 millones, el beneficiario debía aportar 5 millones y medio, y el cierre financiero del proyecto lo daba el Ministerio de Vivienda a través del subsidio Mi Casa Ya con el aporte de 30 millones. Otra duda que tuve fue cuando a través de una tutela el ministerio de Vivienda me informó NO conocer el programa Mil Viviendas y seguido a esto explicó que el subsidio opera por demanda, es decir que hasta que cada beneficiario no solicite el subsidio para su vivienda, este no será tenido en cuenta, estudiado y de cumplir con todos los requisitos, aprobado. Esto me dio a entender que el programa tenía serios problemas para el cierre financiero. Quise ser prudente y busque dialogar con el Gobernador para manifestarle todas mis inquietudes sobre el proyecto; en tres ocasiones lo visite con el mismo fin, pero siempre me respondió con evasivas argumentando que todo estaba muy bien; con estas visitas solo logré que se enemistara conmigo aduciendo que me había convertido en un opositor a su gobierno.
Quise seguir investigando por cuenta propia todas y cada una de las acciones desarrolladas para lograr la ejecución del programa, a través de los días fui encontrando temas que me generaron más dudas; para el manejo de los recursos se firma un contrato con la Fiduciaria Central quien es la encargada de administrar los recursos, pero las ordenes de lo que se contrata y paga las da el mismo gobernador a través del comité fiduciario del cual es el principal integrante.
Otra inquietud, y que he venido denunciando desde la asamblea es el despilfarro de los recursos, pues de más de 24 mil millones se tienen para la primera fase, ya hay comprometidos en gastos casi 9.500 millones de pesos en contratos de prestación de servicios, comisiones y utilidad del aporte fiduciario y se han pagado casi 800 millones de pesos; ¿Será que ese dinero si alcanza para cumplir el objetivo de construir las casas? El gobernador en días pasados manifestó que el programa si va a tener sobrecostos. Sumado a todas estas situaciones, el constructor abandonó las obras y, después de más de un año de haber tenido que comenzar la construcción de las casas en los municipios que se vincularon para la fase l y cumplidos los plazos los lotes se encuentran baldíos.
Otra situación es la que se vive hoy con los subsidios Mi Casa Ya y la incertidumbre que se ha tejido alrededor de este tema; para este año solo habrá subsidios para las personas que tienen lista su vivienda para la entrega y están en lista de espera para obtener el subsidio, lo que indica que Luis Carlos Velásquez le va a dejar este problema al próximo Gobernador porque lo que está claro es que próximo a terminar su mandato no alcanzará a entregar ni una sola de las casas que prometía el programa. Varias alcaldías se endeudaron a través de Inficaldas para obtener los empréstitos para subsidiar el programa, a la fecha llevan más de un año pagando intereses sin recibir rentabilidad y sin esperanzas de que las casas sean construidas.
Nunca quise ser obstáculo en la construcción de las viviendas, siempre quise aportar para que el programa se ejecutara de la mejor manera, pero este fue otro proyecto que me dejo ilusionado a mí y a todas las familias que esperaban con anhelo poder tener su casa propia.
Mauricio londoño
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