Manifiesto de la SCA regional Caldas
Señor director:

La Sociedad Colombiana de Arquitectos regional Caldas manifiesta su profunda preocupación, por el impacto negativo que las declaraciones y confusas aclaraciones posteriores del alcalde de Manizales, Carlos Mario Marín Correa, puedan ejercer sobre el proceso de construcción del Aeropuerto del Café en Palestina, máxime ahora cuando se hace más urgente y existen cualificados estudios aeronáuticos, técnicos, arquitectónicos y los suficientes recursos económicos.
La necesidad del Aeropuerto del Café como impulso a la economía regional ha sido soportada por estudios internacionales como el de Atkins, la firma inglesa que hizo el “Master Plan” de la ciudad, la viabilidad técnica emitida, para las dos primeras etapas por la Aeronáutica Civil y otros estudios liderados por Findeter y por convicciones locales que ven como desarrollos agroindustriales, turísticos y de negocios, se encuentran rezagados por la falta de un aeródromo que nos relacione con el resto de Colombia y el mundo.
 El Aeropuerto del Café es una oportunidad que está a la orden del día, sería irresponsable con la historia dejarla pasar.  Razón por la cual invitamos a los dirigentes regionales, al alcalde y al conjunto de la sociedad manizaleña para que hagamos un frente común en pro de una iniciativa que tiene por encargo acercarnos al futuro.
Arq. Luis Alfonso Mejía Estrada

Contrastes
 Señor director:

Me preguntas que ¿cuál es mi personaje favorito? Y yo te respondo.
Fácilmente te podría contestar con pocas palabras: El papa Francisco, Biden, la reina Isabel, Putin, Fidel Castro, el Che Guevara, Dostoievsky, Franz Kafka,
García Márquez, Borges, Leonardo Da Vinci, la Nasa, Alfredo Nobel, Julio Cortázar, mis padres, mis abuelos, mis hijos, pero, no, ellos no.
Mis personajes favoritos siempre han sido aquellos que mirando hacia abajo, han visto la belleza del sol, la luz de las estrellas y la belleza de una noche de plenilunio.
Los que cuidan la riqueza de los ricos para aliviar su extremada pobreza, los que construyen mansiones para que otros las disfruten, los que barren las calles con la luz del amanecer y sus bostezos de hambre, los que duermen en las calles teniendo como cobija el frio de medianoche, los que aran la tierra para dar sustento a quienes en pueblos y ciudades los miran con desprecio, desdén e indiferencia.
Los que buscan el pan diario en los costales llenos de basura, en los depósitos de bazofia, los que creen que las campanas hacen milagros, los que piden con la fe del carbonero que cada día el pan aparezca en sus mesas por obra y gracia de sus ingenuas creencias, los que venden sus votos por un tamal para calmar su gazuza aunque sea por un rato, los vendedores de loterías que vender el gordo pudiéndoselo ganar ellos y salir de pobres, los vendedores de aguacates, de papayas, de fresas, de naranjas, mandarinas y uchuvas, sin ni siquiera saber qué sabor tienen .
Ellos, esos sí son mis héroes.      
 Elceario de J. Arias Aristizábal

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