El punto negro.
Señor director:

El pasado 16 de abril, domingo, a las 9 a.m. me di a la tarea de revisar mis correos electrónicos. Y hallé una llamativa coincidencia. El 16 abril de 2014, miércoles, 9 años atrás, me llegó a la 9 y 25 a.m. un correo de Adriana Romero Cruz, (no recuerdo bien quien era), con un saludo de semana santa para mí y 27 personas más. “Un abrazo para todos y todas. Los pienso con mucho cariño y gratitud”. Una foto de Darwin, con su dedo índice en su boca,  pidiendo silencio; y la siguiente frase: “no es la especie más fuerte la que sobrevive, ni las más inteligente, sino  la que responde mejor al cambio”. Y el siguiente texto: “Cierto día, un profesor entra al salón de clases y le dice a los alumnos que se preparen para una prueba sorpresa. Todos se pusieron nerviosos por el examen que vendría, mientras el profesor iba entregando una hoja con la parte frontal para abajo, de modo que no vieran lo que contenía hasta que él explicara en qué consistía la prueba. Una vez que entregó todas las hojas, pidió que les dieran vuelta  y vieran el contenido. Para sorpresa de todos era una hoja en blanco que tenía en el medio un punto negro. Viendo su cara de sorpresa, el profesor les dijo: ahora van a escribir una redacción sobre lo que están viendo. Todos los jóvenes, confundidos, se pusieron a pensar y a escribir sobre lo que veían.  Terminado el tiempo, el maestro recogió las hojas, las colocó en el frente del escritorio e inició a leer las redacciones en voz alta.  Todas, sin excepción, se referían al punto negro de diferentes maneras. Terminada la lectura, el profesor habló del siguiente modo: este examen no es para darles una nota, les servirá como lección de vida.  Nadie habló de la hoja en blanco, todos centraron su atención en el punto negro.  Esto mismo pasa en nuestra vida; en ella tenemos una hoja en blanco entera, para ver y aprovechar, pero nos centramos en los puntos negros. La vida  es un regalo de la naturaleza, nos es dada con cariño y amor, siempre tenemos sobrados motivos para festejar, por nuestra familia, por los amigos que nos apoyan, por el empleo que nos da el sustento, por los milagros que nos suceden diariamente, y no obstante,  insistimos en mirar el punto negro, ya sea el problema de salud que nos afecta, la falta de dinero, la difícil relación con un familiar, la decepción con un amigo. Los puntos negros son mínimos en comparación con todo lo que diariamente obtenemos, pero ellos ocupan nuestra mente en todo momento”. Autor Desconocido. Uno de mis deseos claves que suelo verbalizar todos los días es el de tener siempre una inspiración especial para mis escritos. Lo hago pensando que es mi  modalidad de educador ahora que estoy pensionado. Y esta modalidad se da en la voz del lector del diario “La Patria” y en “Facebook” a través de mis historias diarias y publicaciones. Por esta razón, la coincidencia que encontré en las 2 fechas (4.16.23; 4.16.14) y el mensaje del escrito los interpreté como la inspiración especial. Querido lector: no más puntos negros. Gratitud por todo lo bueno que hay en nuestras vidas.    
Alirio De Los Ríos Flórez. 

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