Argos atornillados
Señor Director:
Todo llega y todo pasa. Otra de las costumbres que acompañan a los jubilados que se amañan y no encuentran el momento de decidirse para retirarse, son los funcionarios que llegan a un cargo y se olvidan que es conveniente por motivos de salud cambiar de lugar y no anquilosarse y “eternizarse “ en un solo lugar como algo de su rutina y enfermiza monotonía .
Esta actitud de rutina y anquilosamiento trae consecuencias como estancamiento de las instituciones, carencia de nuevos estilos administrativos, nuevas dinámicas de liderazgo, rutina de hartazgo y falta de oxigenación, falta de objetividad para aplicar cambios, posesión nociva de las instituciones, cierre de oportunidades a otras personas para que demuestren sus conocimientos, habilidades y liderazgos, roscas muy cerradas que no permiten el ingreso de nuevas ideas, estancamiento personal y, a veces incumplimiento en el desempeño de lo màximo, para desarrollar sòlamente lo mìnimo.
Se llega a la saturaciòn en forma tan extrema, que se robotizan los seres humanos como algo del paisaje natural, como algo tan simbòlico que se vuelven necesarios estos personajes en la vida de las comunidades.
El atornillarse en un sòlo sitio, convierte a estos personajes en íconos insustituibles llegàndose a creer que ya las instituciones son propiedad privada. Se vuelven tan prepotentes y tan poderosos que no tienen empacho en manifestar que son los dueños y que les deben escriturar, màs aùn, se vanaglorian expresando que nadie los puede reemplazar. Para ilustrar, un rector despuès de muchos años manifestaba con arrogancia : “Yo no me puedo retirar porque no hay quien me reemplace “
Es difícil hacer cambios en las empresas, cualquiera que ellas sean, con las mismas personas que no estàn dispuestas a cambiar nada, que estàn aferradas al statu quo, a las tradiciones màs conservadoras, que viven a la retaguardia y que sòlo le “ interesan sus propios intereses “. Es difícil hacer cambios cuando quienes deberían ser líderes de la innovaciones, viven una vida de rutina, de cotidianidad sin esfuerzos, sin propuestas, sin proyecciones, porque sòlo “ le interesan sus propios intereses “. Es difícil hacer cambios cuando quien o quienes debieran ser los artífices y adalides de nuevas polìticas gerenciales, vegetan en la màs absoluta comodidad procurando su propio bienestar.
No es difícil encontrar personas que llegaron a una instituiciòn y allì se jubilaron y siguieron derecho sin haber probado, por la salud de todos y el enriquecimiento personal otros lugares, otros paisajes sociales, otros retos, otros estìmulos, otras características humanas, otras experiencias, otras vivencias, otras comunidades que son verdaderos emporios de alimento intelectual y humano.
¿ Còmo van a cambiar las instituciones con las mismas personas años y años ? La llamada estabilidad laboral , es un derecho que no se lesiona si los traslados son dentro del mismo àmbito de trabajo, es decir en la misma ciudad, en el mismo pueblo, en la misma zona. Habría movilidad y riqueza de las instituciones y las personas llevarían sus conocimientos, sus experiencias, sus riquezas de cambio, sus valores como seres humanos. Para que la EDUCACION COLOMBIANA cambie, requieren cirugías muy profundas, pero hay algunas estrategias muy elementales que están al alcance de la mano y que traerían muchos beneficios, ¿ Quién los hace ? Los dirigentes sindicales defiendes a los afiliados y…, por qué no propenden por mejorar la Educaciòn con propuestas elementales, entre ellas una rotaciòn de maestros para evitar que se mohoseen en los mismos sitios donde nacieron laboralmente y otras propuestas que no exigen mucho esfuerzo. Sacudir la rutina es salud y riqueza profesional .
Cordialmente
Elceario de j.Arias Aritizàbal
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