Sacerdocio y celibato
Señor director:
Existen temas bien complejos de tratar, uno en particular es el de los credos religiosos, quizás el más difícil de socializar, pues no hay la posibilidad de analizar con criterios científicos los diferentes conceptos en los cuales se fundamenta una religión, respaldados, en el nada más ni menos criterio llamado: el dogma, y, para ello se acude a su vez a la condición o principio irrefutable: La Fé. EL tema central, aquí y ahora, es el celibato, en razón al reconocimiento que hacen las jerarquías de la religión Católica, incluido el Papa Francisco, del abuso y violaciones de algunos sacerdotes a niños, adolescentes y también a personas adultas, como ha quedado expreso en un noticiero televisivo el día 10 de febrero del año en curso. Manifiesta monseñor Luis José Rueda Aparicio, Presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, su mucha preocupación e indignación ‘pidiendo perdón’ por la conducta sexual de unos sacerdotes colombianos, lo que ha sido penalizado de acuerdo con los criterios que para ello tiene el Vaticano y también la justicia colombiana. En términos sexológicos esa conducta se llama “función erótica”, bien estudiada por el científico Helí Alzate en las últimas décadas del siglo pasado en la universidad de Caldas. Si bien el celibato consiste en permanecer soltero, es decir, no contraer matrimonio, requisito para ejercer como sacerdote, en la realidad es practicar la castidad que está prohibiendo implícitamente la actividad con el objetivo de no tener hijos, ‘fin necesario para mantener el poder económico del Vaticano, impidiendo que sus bienes se dispersen al ser heredados’. El ejercicio de la sexualidad humana es un fenómeno somato-fisiológico tan natural al ser humano como respirar o hacer la digestión; entonces, para cualquiera de los dos fines que tiene: ‘la reproducción y el erotismo’, es perfectamente lícita y no debe ser cohibida, estigmatizada, ni penalizada, siempre y cuando cumpla con los parámetros de un concepto de importancia superlativa denominado “Normalidad sexual” (Alzate, H., 1992). Obligar a un ser humano a que no ejerza la función sexual es antinatural -va contra natura-, de allí que es pertinente que el Vaticano revise la regla del celibato como obligatoria para pertenecer al clero. De lo contrario, seguirán existiendo sacerdotes que infrinjan la norma, con sus consabidas consecuencias, lo que siempre ha sucedido en todas las épocas. El Papa Francisco ha demostrado ser un jerarca de avanzada que ha intervenido para hacer transformaciones puntuales en la organización de la iglesia Católica, a lo mejor se empodera de tan necesario cambio, en aras del bienestar de unas personas que eligen la profesión del sacerdocio y se ven mutilados en el disfrute del placer sexual; latu sensu, el erotismo en las dimensiones que le corresponden y sus beneficios psicosomáticos que generan.
Frase: “La libertad es el valor superlativo que sustancia al ser humano socialmente” A.A.
Rigoberto escudero Osorio
Votos o renuncias
Señor director:
«La democracia» es una, igual, simple, homogénea; la democracia no nace del postulado teórico ni se reduce al cálculo de mayorías sino que comienza por asegurar el derecho a pensar lo que se dice, diga quien lo diga, y el derecho a decir lo que se piensa, es decir, asegurar el pensar’. Democracia no es apoyar al déspota en lo que desee sin cambiarle una coma. El pueblo elige dentro de las reglas y una de esas reglas es nombrar presidente no tirano. El talante se nota, el facismo de derecha o izquierda añora a Stalin. En Cuba el presidente es nombrado con el voto a favor del 98% y la apoyan como democracia, el presidente del Perú se declara dictador y lo llaman demócrata. Pagar el voto, dádivas o amenazas son iguales, no es democracia.
Luis Fernando Gutiérrez Cardona