reforma politica 
Señor Director

Lastimosamente,  una nueva oportunidad se ha perdido en Colombia para mejorar el sistema político colombiano, con el hundimiento de la tan discutida reforma política presentada desde el año anterior y que durante su largo y tortuoso camino de  estudio y análisis, terminó siendo un pegote de  proposiciones y modificaciones y al final cuando se presentó la ponencia en el senado, aparecieron  colgados unos verdaderos “ micos “ como llaman jocosamente  y que consiste en introducirle un artículo a un proyecto de ley diferente a la materia que éste regula.
La democracia colombiana, considerada ´por muchos como la más antigua de Latinoamérica, siempre se ha caracterizado por desenvolverse en medio de  todo tipo de violencia, empezando por la política desde los años 50, luego la aparición de la guerrilla, la cooptación por parte del narcotráfico y en los últimos años la corrupción y la proliferación de las irregularidades y delitos electorales .
 Tuvimos la esperanza de que mucha parte de los problemas mencionados anteriormente  desaparecerían porque Inicialmente el proyecto de reforma política, presentaba algunos aspectos que seguramente iban a servir para mejorar  la forma de hacer política en  nuestro país, como por ejemplo , la eliminación de las listas abiertas o  de voto preferente, que tanto mal le está haciendo a los procesos electorales colombianos, especialmente en la forma de financiar las campañas con exceso de gastos con dineros en la mayoría de los casos provenientes de actividades ilícitas. Así mismo se proponía las listas cerradas consecuencia de la democratización de los partidos y la equidad de género para darle la oportunidad a las mujeres de presentar el mismo número de candidatas   que los hombres; y lo mejor la financiación de las campañas del 100% a cargo del gobierno.
Fueron los mismos congresistas los que debilitaron el clima favorable del proyecto al colgarle unos artículos que solo favorecían a la ya conocida  politiquería  como el continuar con las listas abiertas sin equidad de género, el cambio de partido con débiles requisitos limitantes  y la oportunidad de los congresistas para ser ministros y regresar una vez terminada su gestión y encontrar de nuevo la curul que venían ocupando antes de su nombramiento.
¡Dios salve la democracia colombiana!!; Es deber del gobierno, de los partidos políticos, de la academia del empresariado y ojalá con la participación de la sociedad civil, lograr un consenso y presentar una verdadera reforma política que privilegie la democratización de los partidos, una verdadera participación ciudadana y la eliminación de cualquier factor que de pie a la politiquería que conlleva de la mano la corrupción en cualquier nivel.
Gustavo Ocampo Salazar
 

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