Y, no es xenofobia
Señor director:
El fenómeno de la migración trae consigo muchas angustias que solo quien protagoniza esta situación, dura de por sí, podrá dar testimonio fidedigno de su acertada significación.
Dice con mucha generosidad el presidente Petro que los venezolanos deben sentirse como en su casa. Olvida nuestro Jefe de Estado, que en Colombia hay muchos y muchos de sus paisanos que viven en condiciones infrahumanas y que merecen una atención especial como connacionales que son. El Estado, debe dar ejemplo empezando por el derecho como debe ser aplicando aquel dicho de la sabiduría popular: “La caridad empieza por la casa”. Es cierto que la solidaridad es una manifestación sublime de la caridad humana, pero tampoco se puede exagerar el exceso de magnanimidad cuando existen condiciones muy similares. No se les puede ofrecer pan en abundancia a los vecinos, cuando en la casa se carece de ella.
Ignora el presidente Petro que en Colombia, su país, está saturado en ciertas ramas del saber y anuncia la homologación de títulos para que los venezolanos se vengan a trabajar Colombia. ¡Qué generosidad! Olvida el presidente del cambio y de la de vicepresidente del vivir sabroso, que uno de los grandes problemas de nuestro país es el desempleo y quienes son privilegiados y están ocupados tienen salarios irrisorios. ¿Será que las pocas oportunidades de empleo son para los extranjeros? “No hay cama para tanta gente “.
Al gobierno Petro lo elegimos para que solucione nuestros problemas que son muchos y no para que solucione problemas ajenos. Se deberían abrir diálogos bilaterales y buscar soluciones que en justicia social beneficien a unos y otros con la hermandad natural de seres humanos.
Cordialmente
Elceario de J. Arias Aristizábal
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