Manizales: cifras que descifran...
Señor director:
... la ciudad, de puertas para adentro. Excelente, magnífico, genial, el artículo de Sofía Gómez, a quien se le puede otorgar el doctorado en periodismo investigativo, interesante y ameno, por su escrito en la edición especial “Manizales la más” o “Manizales está de moda”, monografía actualizada.
Comentarios:
1- Fundada, contra todo pronóstico, en lomas de la cordillera de Los Andes- Fundada, construida y habitada “contra la expresa voluntad de Dios”.
2- La falda del barrio Persia es la más empinada- Carro que suba por ahí es bueno.
3- El aeropuerto de La Nubia- Conocido como “Salsipuedes”.
4- El mejor vividero- ¿Después de Cartago?
Atentamente,
Ciudadano

Paseadores de perros.
Señor director.
Me acojo otra vez  a la generosidad de sus páginas para denunciar el abuso de los paseadores de perros no solo con los caminantes “por salud” sino con las propias mascotas a las que maltratan. El caso es que he sido mordido tres veces porque los famosos paseadores se toman los andenes, hablo de la Avenida Alberto Mendoza y el paseo al Cerro de Oro,  y no permiten el paso de la gente con los quince y hasta más mascotas que arrastran con dificultad. Y no se diga de las vanes donde he visto hasta cuarenta de esos animalitos hacinados prácticamente uno encima de otro en condiciones inhumanas. ¿Quién controla esos negocios? ¿Hay algún límite en el número de perros para pasear? ¿Tiene algo qué ver La Socidad Protectora de animales? En caso de una mordedura grave ¿quién responde? Las señoras y los ancianos que pasean sus mascotas se ven obligados a “tirarse” a la calzada poniéndose en peligro por la agresividad, la mala educación y el abuso de los jóvenes, en general, que tiene este oficio como empleo.
Adalberto Agudelo Duque.

Cuando el amor y la gratitud
mueven el alma.

Señor Director:
María Celmira Toro Martinez “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”, cantaba Serrat, y ha sido la habitual actividad de un ser maravilloso emblema de la mujer Manizaleña: distinguida, espontánea; hermosa en su presentación y única en su comportamiento, enamorada y agradecida con su Pacora nunca olvidado
donde tenía raíces ancestrales de grandeza, con Salamina donde pasó parte de su niñez y con innumerables ciudades y municipios recorridos con entusiasmo y asombro de donde venía a traernos historias hermosas; imagenes invisibilizadas por nuestros ojos que en sus descripciones magistrales y encantadoras se hacían realidad, y era tal la magia de sus relatos que no era necesario conocerlos para admirar su belleza y su encanto.
Era cotidiano verle pasar como en una pasarela de gala por las calles de este Manizales improntado en su alma, en su espiritu acogedor lleno de energía que contagiaba a quienes se encontraba en su camino.
Pocas veces hacemos honor a nuestros amigos y hacemos público nuestro amor y reconocimiento, es algo así como un sentimiento profundo que llevamos oculto en nuestro corazón y que solo se hace presencia y realidad cuando sentimos que esa vida tan cercana a la nuestra está vulnerada por la enfermedad y entonces se agolpan recuerdos, instantes compartidos en familia, circunstancias difíciles enfrentadas junto a esa amiga solidaria, siempre presente: más que amiga, una hermana del alma que llegó y se quedó por siempre en nuestras entrañas y recuerdos. Hoy con profundo amor y agradecimiento, con la fe que es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve, incontables amigos y amigas, entre ellos mis hijos que crecieron a su lado, pedimos al cielo que los pasos y la grandeza de alma de Norma Botero Álvarez vuelvan a engalanar las calles y la vida de esta tierra que amamos.
Ciudadano

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