Julio Fierro Morales, director del Servicio Geológico Colombiano, analiza el legado de la erupción del volcán Nevado del Ruiz, la tragedia en Armero y revela detalles del documental para conmemorar esta fecha.

Foto | Freddy Arango | LA PATRIA Julio Fierro Morales, director del Servicio Geológico Colombiano, analiza el legado de la erupción del volcán Nevado del Ruiz, la tragedia en Armero y revela detalles del documental para conmemorar esta fecha.

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Julio Fierro Morales, director del Servicio Geológico Colombiano, habló con LA PATRIA Radio sobre los 40 años de la tragedida por la erupción del volcán Nevado del Ruiz, cómo se conmemora esta fecha y el monitoreo que se hace a los volcanes en el país. Esto dijo:

 

¿Cuál es la actividad que se realiza hoy en Armero para conmemorar los 40 años de la tragedia?

Los invitamos a quienes puedan desplazarse al Parque Omayra Sánchez en Armero Guayabal a ver una línea de tiempo, la primera mención histórica del Ruiz hacia 1533; lo que sucedió en 1585, primera erupción documentada históricamente con efectos de lahares mucho más grandes de los de 1985 y 1845; las reproducciones de las acuarelas de los naturalistas que observaron y dibujaron, pintaron el Ruiz en el siglo XIX, las primeras fotografías aéreas.

Todo esto ayuda a mejorar el conocimiento. Una invitación muy especial para que vean el documental que produjo el Servicio Geológico Colombiano. Hoy estará en Señal Colombia en la noche y desde mañana (14 de noviembre) va a estar en el YouTube del SGC.

Este documental es muy importante porque une la parte humana y la parte científica y esperamos interesarse con ello y dar a conocer buena parte de lo que ocurrió esa noche del 13 al 14 de noviembre de 1985.

Hay que darle relevancia a la tragedia que sufrió el departamento de Caldas, que muchas veces en el marco de algo tan fuerte como lo que pasó en el lado tolimense se olvida.

 

¿Cuál es el mensaje que quieren entregar ustedes con el documental?

El tema central es que no escuchar la ciencia puede ser fatal, puede ser catastrófico. Había un mapa de amenaza, lo llamaron riesgo en ese momento, hoy lo llamaremos amenaza, que se generó en octubre de 1985, unas semanas antes del desastre. Es una coincidencia desafortunada que la toma y la retoma del Palacio de Justicia hubiesen también opacado la importancia de la información que se estaba dando desde la perspectiva científica y que hoy sabemos que si se hubiese escuchado, si se hubiese confiado en esos resultados, quizá había podido evitarse al menos parcialmente la tragedia.

Hay también unas reflexiones de las comunidades, de los temas de arraigo al territorio, de cómo los volcanes no solamente son unas manifestaciones geológicas de energía, sino también los volcanes poseen una importancia desde el punto de vista del agua, de la alimentación.

Así que pues nosotros queremos dejar en la memoria de quienes vean el documental, particularmente las nuevas generaciones, qué sucedió y por supuesto qué estamos haciendo para que ese tipo de tragedias no se repitan.

 

¿Se reforzó la ciencia, el estudio de los volcanes, de prevención de emergencias a partir de este suceso en 1985?.

El primer mapa de amenaza volcánica fue ese del Nevado Ruiz de octubre de 1985 y hoy de los 25 focos volcánicos activos que tenemos en Colombia, 14 ya tienen mapas de amenaza, el próximo año entregaremos uno más, entonces ya tenemos cerca de un 70% de los volcanes del país con estos mapas que son unos instrumentos fundamentales de prevención para que el ordenamiento territorial de los municipios tenga eso en cuenta.

No obstante, hay también problemas en las decisiones de las entidades territoriales. En el caso de Río Claro tenemos que sobre el depósito de 1985, sobre el material que bajó y quedó en las vegas de los afluentes del río Chinchiná, hay construcción actual de vivienda.

Así que a veces no aprendemos, a veces no se usa la información. a veces también hay problemas de escala, es decir, nosotros hacemos un zoom y de pronto los alcaldes necesitan un zoom todavía más grande. Son cosas que hay que resolver, pero sí llamamos también a la prevención, a generar una cultura de prevención porque no se puede repetir una tragedia como la que hubo hace 40 años.

 

¿Cómo han avanzado la tecnología y la ciencia en en estos 40 años a raíz de esos aprendizajes que quedan de la erupción del volcán Nevado del Ruiz?

Hay que puntualizar que en términos de monitoreo el crecimiento ha sido gigantesco. Para 1985 el único volcán que tenía algún tipo de instrumentación era justamente el Ruiz, que tenía algunas estaciones eh sismológicas portátiles, que tenía algunos detectores de la química de los gases que se emanan desde desde los volcanes activos. Pero no había el desarrollo tecnológico que permitiera la telemetría, el tiempo real de la llegada información a los observatorios.

No había observatorios. Hoy tenemos tres observatorios volcánicos y sismológicos en el país. El primero fue el de Manizales 1986, luego en 1989 Popayán, luego también de cierto susto con la cadena volcánica del Puracé, y finalmente se instaló el observatorio de Pasto en 1993, también por la actividad que tuvo el volcán Galeras.

Esos tres volcanes son los mejores instrumentados que te tenemos en el país. Todos los 25 focos volcánicos tienen instrumentación, tienen monitoreo, pero por supuesto hay una priorización de ese monitoreo en el Ruiz, en la cadena del Puracé y en el Galeras.

De esos tres a su vez, el mejor instrumentado es el volcán Nevado Ruiz. Tiene estaciones sismológicas, tiene cámaras para la detección de cambios de temperatura, tiene instrumentación para ver si el edificio volcánico, si esa montaña se deforma, a veces se hinchan, a veces se comprimen, obviamente son infinitesimales esos cambios de forma, pero tenemos los aparatos para detectarlos, tenemos también para ver la composición química de aguas termales, de gases, entre otros.

Este monitoreo no es solamente para generar publicaciones científicas, sino fundamentalmente es para la toma de decisiones para los cambios de estado de alerta. Recuerden ustedes que hacia finales de marzo 2023 hubo un cambio en el estado alerta del Ruiz de amarillo a naranja. Afortunadamente no hubo erupción.

Nosotros en ciencia lo que hacemos es medir, interpretar y con ello establecer hipótesis, pero también hay que decirle a la población que habita en cercanías del cráter o de las cañadas por las que pueden bajar flujos, lahares, que nosotros no tenemos una bola de cristal que nos permita decir cuándo y cómo, pero la instrumentación, el monitoreo es fundamental para tener también esa manera de acercarnos a lo que puede pasar y actuar en consecuencia.

Escuche la entrevista completa aquí: 


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