Foto | Invías | LA PATRIA
Este proyecto vial de gran importancia para el Eje Cafetero luce en jaque: además obliga a que se desplace el proyecto del colegio Perpetuo Socorro.
La construcción de la doble calzada entre Armenia y Calarcá, una obra de alta prioridad para el Quindío y el Eje Cafetero, enfrenta un obstáculo inesperado: la aparición de un nacimiento de agua en el sector La María, entre los dos municipios.
Ese hallazgo ha forzado la revisión de diseños, desplazamientos de infraestructura educativa y dilaciones en los trámites ambientales. En este contexto, la autoridad ambiental, el contratista de la obra, las entidades educativas y los organismos de control trabajan en una tensa carrera contra el tiempo para compatibilizar el avance vial con la protección del recurso hídrico y los derechos de la comunidad escolar.
Durante las labores de intervención en el sector La María, se identificó un afloramiento subterráneo de agua —o nacimiento de agua— dentro del área proyectada para la nueva sede del colegio Perpetuo Socorro.
Este hallazgo fue sorpresivo y obliga a redefinir zonas de protección hídrica en un radio de 30 metros, dentro de los cuales no pueden ubicarse estructuras que generen vertidos ni sistemas de tratamiento de aguas.
Según declaraciones oficiales reproducidas por medios, esos 30 metros deben conservarse libres de cualquier edificación que comprometa la integridad hidráulica del terreno de protección.
Este hallazgo ha incidido directamente en:
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Revisión del diseño arquitectónico y topográfico de la nueva sede del colegio, para evitar impactos en la franja de protección.
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Reubicación del colegio hacia un punto 50 metros más arriba del sitio original, para impedir interferencia con el área de la ronda hídrica.
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Retrasos en los cronogramas previstos: la primera fase del edificio de dos pisos estaba prevista para diciembre de 2018, pero ese plan quedó obsoleto tras el descubrimiento.
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Aplazamiento del otorgamiento de la licencia ambiental necesaria para proceder con la construcción en el nuevo sitio.
El hallazgo se ha convertido en un “traumatismo” estructural: no es solo un ajuste menor, sino una transformación del proyecto educativo y vial.
Implicaciones para la comunidad educativa y social
La institución afectada, conocida como Perpetuo Socorro (sede La María), deberá cambiar de ubicación. Este traslado no solo implica un trabajo de diseño, sino la logística de movilizar estudiantes, personal docente, mobiliario, instalaciones temporales y garantizar continuidad educativa sin interrupciones prolongadas.
La aparición del nacimiento de agua ha afectado los plazos iniciales del proyecto. La primera fase del edificio escolar estaba prevista para culminar en 2018, pero el descubrimiento ha provocado que ese objetivo quede desfasado. Las demoras en el licenciamiento y en el diseño retrasan el avance de la doble calzada.
El consorcio responsable del proyecto confía en que la licencia se obtenga en octubre, para que las instalaciones escolares estén listas en febrero o marzo de 2026.
Restricciones al tránsito y afectación vial
Mientras la obra avanza en medio de estas contingencias, el tráfico entre Armenia y Calarcá se ve afectado. Desde comienzos de 2025, se han implementado paros y seguimientos de 15 a 20 minutos en el sector de La María como parte de las labores de traslado de postes, tala y adecuaciones.
La congestión que esto genera motiva a las autoridades a sugerir rutas alternas, como la variante Chaguala, para mejorar la fluidez del tránsito.
Obstáculos técnicos y normativos: un balance de riesgos
El caso revela tensiones entre desarrollo de infraestructura y preservación ambiental:
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Protección de rondas hídricas: los 30 metros de franja de protección identificados restringen cualquier vertido, lo que obliga a rediseños con criterios ecológicos.
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Permeabilidad del terreno: no se pueden generar impermeabilizaciones mayores que comprometan el flujo natural de agua.
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Licenciamiento ambiental: sin licencia otorgada por la CRQ, no puede avanzarse en la nueva construcción.
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Coordinación institucional: las entidades (CRQ, Invías, concesionaria, municipios, Secretaría de Educación) deben articularse de forma rigurosa para evitar solapamientos y demoras.
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Responsabilidad social y derechos ciudadanos: no basta con resolver técnicamente; se debe garantizar que la comunidad educativa no sufra daños o interrupciones.
Un obstáculo de grandes proporciones
El hallazgo del nacimiento de agua en La María no es un incidente menor: es una contingencia que ha trastocado un proyecto estratégico, afectando cronogramas, costos, la seguridad jurídica de la comunidad educativa y la viabilidad ambiental del trazado. Este tipo de traumatismos exigen:
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Transparencia plena en los estudios de impacto, diseños rediseñados y compromisos escritos.
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Vigilancia ciudadana y control funcional de órganos de control como la Contraloría y la Procuraduría.
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Priorización educativa: garantizar que los niños no sufran interrupciones prolongadas ni condiciones precarias.
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Planificación participativa, en la que la comunidad afectada conozca y aporte en las decisiones.
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Monitoreo ambiental riguroso, con seguimiento del comportamiento del agua tras la obra.
Para la doble calzada Armenia‑Calarcá, este episodio será una prueba de la capacidad institucional de resolver conflictos entre infraestructura y ambiente sin sacrificar derechos. La conclusión exitosa dependerá tanto de la ingeniería como del consenso social.
Acciones para terminar la doble calzada Armenia a Calarcá
Héctor David Guzmán Walteros, secretario departamental de Aguas e Infraestructura, informó que el ente regulatorio encargado de otorgar la licencia de construcción es la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales – ANLA y, en el momento, se está atendiendo la visita en la zona para que se pueda determinar el paso entre La María, Armenia, y Calarcá, para así mismo conceder el permiso reglamentario.
El trayecto de la vía entre ambos municipios es de aproximadamente 5 kilómetros en los cuales para las labores de ejecución entre el tramo Armenia – La María así que no se tendría ningún inconveniente para la intervención sin embargo, no sucede lo mismo con el tramo La María – Calarcá ya que al ser una vía de orden nacional sí se requiere de una autorización por parte de una entidad competente, razón por la cual hizo que se tardará cerca de 2 años para poder darle visto bueno a esta obra.
Dentro de las labores a realizar están: la separación de doble calzada, además de la intervención de la vía con base en lo determinado en los estudios y diseños previos. En cuanto a zonas de reserva, no se encuentran identificadas puesto que en su gran mayoría son zonas urbanas (cultivos cafeteros), así que no se habla de un impacto ambiental de gran envergadura.
* Esta información es producto de la alianza entre el periódico LA PATRIA y el Canal Regional Telecafé.
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