Imagen I Tomada de Freepik I LA PATRIA
Se dice que en la universidad del futuro, el estudiante que mejor sepa convivir con la inteligencia artificial será aquel que entienda sus límites, aproveche sus posibilidades y no renuncie a pensar por sí mismo.
La Inteligencia Artificial (IA) ya no es un concepto de ciencia ficción. Está en los salones de clase, en las tareas universitarias, en las plataformas de gestión académica y en las decisiones institucionales.
Herramientas como ChatGPT, Copilot o Bard se han convertido en asistentes silenciosos de miles de estudiantes en Colombia.
¿El problema? Su uso masivo ha crecido más rápido que la formación ética o técnica para aprovecharlas con criterio.
Hay planteado un reto urgente, aprender a usarlas correctamente.
Aquí te compartimos algunas recomendaciones clave para estudiantes y profesores, para sacar lo mejor de la IA sin comprometer la ética ni la calidad del aprendizaje.
1.
La IA no sustituye el esfuerzo humano
La IA puede ayudarte a redactar un texto, estructurar un trabajo o encontrar respuestas rápidas. Pero no puede (ni debe) reemplazar tu capacidad crítica, tu creatividad ni tu criterio profesional. Usarla como atajo puede empobrecer tu proceso formativo. Si vas a usar IA, que sea para potenciar, no para reemplazar tu esfuerzo.
2.
Se transparente con su uso
Si usaste IA para redactar un párrafo, traducir un texto o generar una idea, decláralo. Cada vez más universidades exigen a los estudiantes indicar qué herramienta usaron, en qué parte y con qué objetivo. Ocultarlo podría considerarse plagio. Anexa un párrafo final aclarando cómo y en qué parte usaste IA.
3.
No creas todo lo que dice la IA
Los modelos de lenguaje pueden generar errores, inventar fuentes o entregar datos desactualizados. Por eso, verificar la información es una responsabilidad ineludible. Contrasta siempre con fuentes académicas reales. La IA no reemplaza a un buen artículo científico ni a un libro.
4.
Evita la dependencia
Una cosa es apoyarte en la IA para mejorar tu redacción o entender conceptos. Otra es usarla para todo. Quien depende demasiado de la IA pierde habilidad para escribir, pensar y argumentar. Establece un límite claro. Usa IA solo al inicio o como verificador, no como escritor principal.
5.
Docentes: definan reglas claras
Muchos estudiantes no saben si está bien o mal usar IA porque no hay reglas explícitas en sus clases. Es clave que cada profesor establezca y comunique políticas claras sobre lo que está permitido. Incluya en su programa de curso un párrafo con las reglas sobre IA, ejemplos de buen uso y sanciones en caso de uso indebido.
6.
Estudien juntos los riesgos éticos
La IA puede discriminar, perpetuar estereotipos, vulnerar la privacidad y fomentar trampas académicas. Estos temas deben abordarse en clase. No basta con prohibir o permitir. Organiza espacios de debate sobre ética en la era digital. Incluye casos reales y dilemas.
7.
Exploren sus usos más allá del aula
La IA también puede ayudar en la orientación vocacional, el bienestar emocional, la accesibilidad para estudiantes con discapacidad, o en la investigación. No todo es generar ensayos. Busquen proyectos de innovación educativa con IA en la universidad. Hay oportunidades para liderar propuestas reales
¿Y la regulación?
Colombia ya avanza en leyes para regular la IA con criterios éticos, según el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Las universidades deben anticiparse a estas normas con políticas internas, formación docente y códigos de ética digital. La Universidad de los Andes, por ejemplo, ya publicó sus lineamientos para el uso de IA generativa. La IA llegó para quedarse. Pero su verdadero valor no está en lo que hace por ti, sino en cómo tú decides usarla.