El Deportivo Pereira atraviesa un momento complejo en lo deportivo y en lo financiero. El club le adeuda varios meses a los jugadores y los resultados deportivos no aparecen. 

Además, el más reciente informe de la Superintendencia de sociedades mostró que el club pasó de ganancias en 2023 a pérdidas en 2024, ocasionando una crisis actual en el plantel que se queja de falta de pagos en los salarios. 

Para comprender este escenario, la voz de Duvan Vázquez, experto en procesos de saneamiento económico en instituciones deportivas y quien en 2014 diseñó el plan de recuperación del cuadro matecaña, resulta clave.

Un panorama crítico en 2014

Vázquez recuerda que cuando llegó al club, en julio de 2014, el equipo estaba al borde de la desaparición, por la crisis económica. 

• Competía en segunda división.
• No podía disputar partidos con público por falta de pólizas de responsabilidad civil.
• Algunos juegos se perdían por W.
• Se había decretado la liquidación judicial.
• Existían deudas superiores a los 3 millones de dólares y se habían adelantado ingresos por televisión por cinco meses.

“Era un panorama totalmente crítico. El Deportivo Pereira estaba institucionalmente en un camino irreversible de desaparición. Incluso Águilas ya se había instalado en la ciudad y era reconocido como equipo profesional”, recordó.

La apuesta: formación por convicción, no por necesidad

Según Vázquez, la recuperación se basó en un plan estratégico centrado en la formación de jugadores locales, no como una salida de emergencia, sino como una convicción.

“No fue por necesidad, fue por convicción. El propósito era construir un modelo formativo propio que conectara divisiones menores y equipo profesional, bajo una misma idea de juego”.

De ese proceso surgieron talentos como Juan Camilo “Cucho” Hernández, Leonardo Castro y Jorman Campuzano, quienes fueron la base de los éxitos posteriores: el ascenso a primera división y el título de la Liga en 2022.

El error: abandonar el modelo

Desde su mirada actual, Vázquez señala que el club se alejó de ese camino paulatinamente hasta que llegó a la crisis actual. 

“Siento que institucionalmente luego se fue perdiendo un poco el rumbo de ese modelo y se desperdiciaron muchos jugadores que tenían gran potencial y todos, absolutamente todos, jugadores de la ciudad de Pereira”.

El cambio de modelo fue radical. Después del título en 2022 el club le apostó a traer a jugadores de renombre, con altos salarios. Algo difícil de sostener para un equipo de fútbol de una ciudad intermedia. 

“Desde la distancia, sin tener conocimiento cercano, por las decisiones que uno ve que se van tomando, evidentemente se abortó ese proceso y se y hoy se inclinaron por contratar jugadores ya hechos de nombre que es una apuesta a un triunfo”.

Si los triunfos no llegan, el club no tiene cómo sostener la inversión y ahí es donde llegan las épocas de afugias económicas. 

Vasquez insistió que su visión es respetuosa con los dirigentes actuales, que tal vez desde la pasión y el amor al club, hacen esfuerzos económicos o plantean unos modelos de éxito errados. 

“Yo siento que ese no es el camino, pero pues realmente respetando obviamente la dirigencia actual porque también entiendo que hacen un gran esfuerzo, por esa gran apuesta, pero tengo que decirles que ese no es el camino, el camino es es la formación y el modelo formativo de jugadores”.

El experto recuerda que los ingresos de un club como el Pereira —ciudad intermedia con un aforo de 32 mil personas— se mueven en márgenes estrechos.

• $6.000 a $8.000 millones al año por televisión.
• $2.500 a $3.000 millones por taquillas en una campaña normal.
• Entre $1.500 y $2.000 millones por patrocinio y publicidad con buena gestión.

En total, según el experto, el equilibrio financiero se logra con un presupuesto entre $10.000 y $12.000 millones anuales. Apostar por nóminas superiores a eso, advirtió, “es comprometer al club en deudas que difícilmente puede sostener”.

“Para guardar equilibrio con esos ingresos tiene que estar entre $10 mil y $12 mil millones al año, porque lo otro ya es una apuesta y en la apuestas se puede ganar o perder y generalmente se pierde”.

Enseñanzas y ejemplos cercanos

Vázquez subraya que los resultados deportivos no dependen de dos o tres jugadores costosos, sino de un modelo de juego y de un proceso institucional sólido. 

Cita como referentes a Fortaleza CEIF en Colombia e Independiente del Valle en Ecuador, clubes que hicieron de la formación su sello, exportando jugadores y asegurando sostenibilidad.

“Hoy los clubes modernos no son los entrenadores ni los jugadores, son su estructura, su modelo y su organización. Esa fue la enseñanza que nos dejó el proceso en Pereira: cuando se apostó por la cantera, llegaron los resultados deportivos y los ingresos por transferencias”.

Vasquez insistió en poner los pies sobre la tierra y no sobre estimarse por los triunfos en el camino, porque el fútbol actual se basa en filosofía de trabajo desde la base.

“No jugarle a la lotería porque cuando uno contrata jugadores de mucho nombre, que cuesta mucho dinero. Es una apuesta. Y resulta que el fútbol hoy los resultados no los da un jugador o dos, los da el juego. Y el modelo de juego tiene que construirse en el club”. 

El ejemplo de Vasquez se puede leer desde la administración de Álvaro López. En su administración ha contratado a dos entrenadores con ideas distintas de juego. Por eso algunos jugadores lucen en un sistema y a otros les cuesta más. 

“Seguir creyendo que el técnico es el que tiene la varita mágica también creo que es un error conceptual del fútbol moderno. Hoy los clubes no son el entrenador, ni siquiera son los jugadores, los clubes son su estructura, su modelo y su organización”, añadió.

Un mensaje para la dirigencia actual

Finalmente, Vázquez invitó a reflexionar a los dirigentes sobre el fútbol actual, donde el éxito deportivo va ligado al buen manejo administrativo. 

“La conciencia del dirigente debe ser que una nómina costosa no garantiza resultados, pero sí garantiza un golpe financiero”.

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