Deportes Quindío encadenó una nueva derrota deportiva. El 2025 será recordado por los seguidores cuyabros como el año del estancamiento de la ilusión. Ni siquiera lograron ingresar a los cuadrangulares del Torneo Betplay. 

Aunque el remate del torneo fue promisorio, no le alcanzó al equipo para darle alegría a los hinchas e ilusionarlos con devolverles el respaldo que año a año les dan. 

Contra Real Cartagena en el Centenario de Armenia, los cafeteros no lograron marcar, y con el empate, quedaron fuera del grupo de los ocho, igualado en puntos con Boca Juniors, pero eliminado por diferencia de gol.

“Mucha tristeza, sobre todo por la forma como rematamos”, comenzó Harold Rivera, técnico del Deportes Quindío, quien se mostró autocrítico por el semestre que estuvo al frente del equipo. 

“Voy a decir algo que quizás no suene bien, pero cuando uno no es buen estudiante y empieza al final a querer pasar el año, pues… pecamos en eso, ¿no? Si hubiéramos jugado desde un principio de esa manera, otro sería el resultado. Fuimos muy irregulares”.

Rivera admitió que el equipo marcó muchos goles, pero también los recibió en exceso. Las lesiones, expulsiones y cambios constantes en el sistema defensivo minaron la estabilidad del plantel. 

“Nos marcaron mucho y por eso no clasificamos”, resumió el técnico, consciente de que los últimos intentos de remontada no alcanzaron.

“No nos eliminan hoy”

Wilmar Arango, referente en el campo y voz del camerino, coincidió con su entrenador. Con tono sereno, dijo que el golpe fue más emocional que futbolístico.

“El equipo se ha golpeado porque no era la manera que queríamos salir. Todo lo teníamos planeado para seguir en el torneo”.

Arango recordó que la eliminación no se produjo en la última fecha, sino en la realidad del equipo que no sostuvo un rendimiento regular en el semestre.

“Yo comparto lo que dice el profe: no nos eliminan hoy. Empezamos muy regulares el torneo. En las primeras fechas no sumábamos y ya en las últimas cinco o seis hicimos más del 50% de los puntos. Si hubiéramos jugado así desde el comienzo, estaríamos clasificados fácilmente”.

El volante también dejó ver el desconsuelo del grupo ante una afición que volvió a llenar el estadio: “Es duro, la gente viene ilusionada, una hinchada bonita que merece cosas buenas, pero no lo pudimos alcanzar”.

La diferencia entre proyectos

El empate entre Real Cartagena dejó también claro la apuesta que hacen dos instituciones para ascender a la primera categoría. Mientras los heroicos invierten y conforman equipos con jugadores de jerarquía, Quindío le apostó a jóvenes con poca experiencia. 

“Es un equipo que hace buena posesión, con jugadores de experiencia. Montero es el segundo goleador del torneo. Tienen un frente de ataque fuerte, de oficio. Esperábamos otra estructura, pero salieron con un 4-4-2. Los controlamos bien, salvo una jugada clara producto de que nosotros estábamos atacando”.

Rivera detalló las variantes tácticas que buscó para encontrar el gol que los metiera en la fiesta de fin de año.

“Sacamos un lateral y pusimos un extremo, luego pasamos a atacar con tres. Intentamos desde el primer minuto conseguir la anotación. No se puede decir que no hicimos nada para ganar”.

Sin embargo, el técnico reconoció que su equipo se estrelló con un rival que supo frenar el ritmo. “Se tiraban al piso, cortaban el juego, pero eso hace parte de la estrategia”, dijo.

“Fuimos valientes, pero no alcanzó”

Rivera defendió la actitud del grupo, que alcanzó cinco partidos sin derrotas, logrando cuatro triunfos en la recta final.

“Fuimos aguerridos, valientes. El equipo soportó la temperatura, la presión, y lo intentó todo. Hubo jugadores que hoy debían tener una gran presentación y no se encontraron en buena noche, pero el esfuerzo fue total”.

Mientras tanto, Arango reflexionó sobre lo que les faltó para meterse a los cuadrangulares:

“Nos costó encontrar el gol porque Cartagena es un equipo con gente de talla, fuerte en el juego aéreo. El arquero nos sacó dos pelotas de gol. Pero lo que más nos faltó fue regularidad. Nos tomó mucho tiempo entendernos, formar sociedades y encontrar el equipo base”.

El capitán fue claro: el proceso apenas empieza. “Ojalá podamos seguir aportándole al equipo. Hoy es duro decirlo, pero algún día queremos estar en un ascenso como lo sueña la gente y la ciudad”.

Un cierre con sabor amargo

La temporada del Quindío termina con la sensación de haber llegado tarde al campeonato. La metáfora del mal estudiante que intenta pasar el año a última hora describe con precisión el desenlace: un equipo que terminó bien, pero no alcanzó.

Rivera lo sabe.“Da rabia y tristeza por la gente, por la ciudad, por todo lo que habíamos generado. Esperar hasta lo último muchas veces no es bueno”.

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