
Fotos cortesía | LA PATRIA
El actor Miguel Fonseca junto a su compañía, han cultivado un lenguaje propio a partir de la técnica psicofísica y del trabajo corporal.
En el marco de la celebración de sus 20 años de trayectoria, el grupo cubano Teatro del Silencio llega a Manizales con la obra Huellas de Caín, un montaje que explora las luces y sombras de la naturaleza humana.
“Estamos muy felices de recorrer Colombia en este aniversario tan especial. Nos hubiera encantado visitar más ciudades, pero esta gira ya es una experiencia que nos llena de alegría”, expresó Rubén Sicilia, director y dramaturgo del grupo.
La obra permite que el mensaje trascienda el idioma y sea apta para que aquellos que no son hispanohablantes puedan apreciarla.
En Huellas de Caín, el actor Miguel Fonseca asume un reto importante: dar vida a doce personajes en escena. A través de máscaras, gestos, voces y movimientos, encarna distintas facetas de Caín en un ejercicio de confesión que reflexiona sobre los motivos del crimen, los conflictos internos y la capacidad humana, que según Ruben, se trata de ir de lo sublime a lo más sórdido.
Asimismo, Miguel, quien protagoniza esta obra, comentó que el proceso para llegar a cierta madurez de la interpretación se debe al entrenar cuerpo y voz todos los días, “Es un trabajo intenso, uno termina agotado, pero con la satisfacción de haber hecho algo que realmente quería hacer”, agregó.
La obra
La obra, según el director Sicilia, surgió de una investigación sobre “la grieta moral del ser humano, su capacidad para alcanzar lo extraordinario o caer en lo más transgresor”. Para el dramaturgo, el mito de Caín funciona como un espejo que dialoga con la realidad latinoamericana.
“En todos nuestros países existe esa violencia proverbial. Caín viaja del pasado al presente para plantear una parábola que nos interpela a todos. Al final, el actor se queda solo frente al público, recordándonos que estas historias son también las nuestras”, comentó.
El público
Aunque la pieza se representa en español, su fuerza visual permite que el mensaje trascienda el idioma y sea apta para que aquellos que no son hispanohablantes puedan apreciarla.
“Trabajamos mucho con imágenes, con el cuerpo. A veces no es necesario entender las palabras para comprender la historia”, explicó Fonseca. Además, esa búsqueda da sentido al nombre del grupo: Teatro del Silencio, donde el gesto y lo no verbal son tan elocuentes como la palabra.
La compañía
Desde su fundación en La Habana, Cuba, han cultivado un lenguaje propio a partir de la técnica psicofísica y del trabajo corporal, influenciada por maestros como Vicente Revuelta, María Jiménez, discípula de Grotowski, y Eugenio Barba. “Nadie nace de sí mismo. Somos el resultado de muchos legados y el compromiso es transmitirlos”, afirma Sicilia, quien comparte escena con un elenco estable integrado por Fonseca y Mirta Lilia Pedro, junto al actor invitado José Ignacio León.
Talleres
Además de las funciones, el Teatro del Silencio ofrecerá el taller “El cuerpo en el espacio”, una experiencia de entrenamiento intensivo abierta a actores con o sin experiencia. “Es un método que hemos perfeccionado durante décadas. Incluso quienes tienen años en el oficio pueden descubrir nuevas posibilidades”, comentó Sicilia.
La obra
Huellas de Caín se presentará en la Sala de teatro Tich hoy a las 6:30 p.m. y el viernes a las 7:00 p.m. “Queremos que el público venga con la actitud de todo espectador que busca una experiencia humana compartida. Aquí se ríe, se llora, se sufre y también se goza, incluso con un personaje tan atormentado como Caín”, concluyó Sicilia.
De gira
La obra, que forma parte de una gira por Colombia, se ha presentado en ciudades como Pasto, Cali, Bello, Cartagena y Bogotá, combinando funciones y talleres de actuación.
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