Fotos| LA PATRIA
Jairo López López, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda La Chorrera (izquierda) y el procesado por su muerte.
"Les mandé a preparar el desayuno y mataron a mi hijo", expresó el papá de Jairo López López, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda La Chorrera, asesinado el 7 de marzo del año pasado en predios de la finca Buenavista de ese sector de Aguadas.
La frase la emitió durante el juicio contra Carlos, uno de los dos señalados de matar a este líder social del Norte de Caldas.
Lo procesan por homicidio agravado y porte ilegal de armas. Arrancó esta semana ante un juzgado de Aguadas, LA PATRIA estuvo presente y allí la Fiscalía recordó los hechos.
A la víctima llegaron a visitarlo dos hombres, en moto. Dialogaron en una zona aparte, a donde lo llevaron mediante maniobras engañosas, luego discutieron, al parecer, por una deuda, y posteriormente lo asesinaron con armas blanca y de fuego.
Uno de los dos señalados terminó herido en una mano y huyeron en su motocicleta por la vía de la vereda. "Sin embargo, el hoy procesado dejó abandonado a su compinche, Wílmar, quien en el hospital local señaló como cómplice a Carlos", expresó el ente acusador.
Indicó que hay señalamientos que lo vinculan con este crimen, no solo de compañeros, sino de testigos, que lo reconocieron en fotos.

Voces
El papá de la víctima fue un testigo en el inicio del juicio. Comentó que su hijo nunca habló de problemas o líos por deudas.
"Ese día, unos señores vinieron de mañana a preguntar por él, alcancé a ver a uno con cachucha. Pedí que les dieran desayunito, pero uno de ellos no quiso, dijo que se lo empacara. Mi hijo Jairo les explicó que debía darles vuelta a los trabajadores, pero finalmente se fueron a hablar aparte, por un caminito, y después escuchamos disparos. Expresé, ¡Me mataron a mi muchacho! Subimos y estaba tirado. Vi un casco en el piso, como que lo atacaron con machete y bala. Qué iba a saber que le daba comida a los asesinos de mi hijo", anotó el señor.

La exesposa del líder también pasó por estrados. Ella vive cerca de la finca donde fue el crimen. "Recibí una llamada de la nueva pareja de Jairo, donde pedía ayuda, que lo estaban matando. En ese momento vi bajar una moto con dos personas, que antes había subido por la carretera. El parrillero iba como herido, llevaba algo envuelto en la mano y se notaba sangre. Uno era delgado y el otro como grueso. Carlos me miró y esa imagen se me quedó grabada en la mente".
El juez preguntó si el procesado que aparecía en pantalla era el mismo al que ella se refería y dijo que sí, que la mirada es la misma.
También testificó quien atendió en el hospital al señalado que resultó herido. Confirmó que llegó con una lesión en el metatarso de una mano.
El juicio continuará entre septiembre y octubre.
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