En dos ocasiones, el pacoreño Luis Fernando Amariles Aguirre se aprovechó de la confianza que generaba sobre una menor, de 13 años y, según ella, en dos veces la violó.

Al sujeto, quien es docente universitario y ha laborado en varias instituciones de Manizales, le imputaron dos delitos: acceso carnal abusivo con menor de 14 años y acceso carnal abusivo con incapacidad de resistir.

El señalado era muy cercano a la familia de la adolescente y esa fue su puerta de entrada para los abusos sexuales.

En el primero, invitó a la víctima a almorzar a su casa y ella aceptó. Quedaron solos, pues una tercera persona, cercana a ambos, salió a hacer unas diligencias.

"Le dio un té y le echó algo en la bebida. La menor sintió mucho sueño y pidió recostarse para descansar", contó la Fiscalía en el juicio que terminó la semana pasada.

Quedó a merced de su victimario, sin poder defenderse, y el sujeto la despojó de su ropa y la accedió. Ella explicó que no podía ni moverse. No se sabe qué sustancia usó.

Otra

En la segunda ocasión, ya con más de 14 años, le pidió acompañarlo a comprar unas cosas para un paseo que harían las familias y de nuevo acudió al té para violarla.

La afectada explicó que en la primera vez quedó en shock y que no contó ninguno de los dos casos por pena, además porque él le dijo que no le iban a creer por ser tan allegado a la familia y tenerlo en buen concepto.

Posteriormente, narró la joven, en una charla con primos contó lo que le pasó y ellos indicaron que les sucedió lo mismo con este docente.

Interpuesta la denuncia, judicializaron a Luis Fernando por los dos delitos, pero la semana pasada terminó condenado por el acceso carnal con la menor y absuelto por el acceso con incapacidad (cuando la joven tenía más de 14 años).

El juzgado a cargo le dio 12 años de condena y una inhabilidad por el mismo tiempo de la pena.

La sentencia será apelada, lo que quiere decir que aún no está en firme. Se dictó orden de captura.

Foto| LA PATRIA

Luis Fernando Amariles Aguirre, en una de las pocas audiencias a las que asistió. Cuando se leyó la sentencia, la semana pasada, no acudió.

 Ojo con la confianza

• Que la mayoría de los casos de abuso sexual con menores ocurran en sus entornos más cercanos tiene un común denominador: la confianza. Precisamente, por eso, suele ser tan difícil identificar a tiempo una situación de riesgo.
• De acuerdo con ICBF, de las cosas que el agresor desarrolla en el proceso de abuso es la confianza, tanto con su víctima, como con los cuidadores de esta.
• -Su objetivo es generar una atmósfera en la que sus intensiones pasen desapercibidas y logren ganar espacios de privacidad donde, finalmente, puedan quedarse a solas con el menor de edad.
• -“Los agresores siempre buscan ganarse la confianza, intentan ser muy cercanos, se inventan actividades lúdicas y recreativas con el propósito de compartir mucho tiempo con su víctima; tienden a ser muy cariñosos y suelen dar regalos sin motivo alguno".
• -"También se valen de guardar secretos o de darles dinero como una forma sutil de manipularlos y extorsionarlos”.

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