Esneider Yesid Giraldo Hinestroza, condenado por el homicidio de Alejandro.

Foto | Cortesía |  LA PATRIA

Esneider Yesid Giraldo Hinestroza, condenado por el homicidio de Alejandro.

Esneider Yesid Giraldo Hinestroza, conocido como la Chinga, disparó indiscriminadamente contra un grupo de personas, solo porque quiso demostrar que era el más bravo. Acabó con la vida de Alejandro Betancur Mejía el pasado 25 de marzo en Chinchiná.

Según narraron los testigos, al hoy occiso lo acompañaban amigos, con quienes charlaba en unas escalas en el barrio La Frontera.

Su homicida pasó por un lado, les preguntó qué hacían y le respondieron que solo dialogaban. Dio unos cinco pasos, desenfundó un arma de fuego y les disparó.

Mientras los otros muchachos alcanzaron a huir, Alejandro no pudo pararse y recibió un impacto en el abdomen. Mientras la Chinga huía, al joven lesionado lo trasladaron al hospital San Marcos.

Investigadores de la Sijín de Chinchiná entrevistaron al lesionado, quien en medio de su mal estado alcanzó a decirles que Giraldo Hinestroza era el autor del ataque. Debido a la gravedad de las lesiones, lo remitieron a Manizales, en donde murió al día siguiente.

Los agentes hablaron con testigos y por medio de álbum fotográfico e interceptación de llamadas pudieron confirmar la identidad del criminal. Una vez la Fiscalía obtuvo la información, solicitó una orden de captura.

 

Fracaso en el escape

La Chinga parecía sentir que las autoridades estaban tras sus pasos y el 2 de abril empacó maletas, abordó un bus y huyó hacia Medellín. Sin embargo, la Sijín ya sabía de sus movimientos. De inmediato avisaron a la Policía en Antioquia.

Les advirtieron que se trataba de una persona violenta y podría estar armada, por lo que debían proceder con cautela.

Cuando el señalado puso sus pies en la Terminal de Transportes del sur de Medellín, los uniformados lo capturaron.

Le indicaron que debía responder por homicidio agravado y porte ilegal de armas de fuego. Lo recluyeron en los calabozos de una estación de Policía de la capital antioqueña, en donde aún permanece.

 

Aceptó y lo condenaron

Esneider Yesid, de 22 años, optó por aceptar cargos por homicidio agravado y porte ilegal de armas de fuego, antes que irse a juicio.

El pasado martes, el Juzgado Primero Penal del Circuito de Chinchiná dictó la sentencia de 17 años y 2 meses de prisión.

Este joven también enfrenta cargos en otros casos por tráfico de estupefacientes. Al parecer, hace parte de una banda de microtráfico en el barrio La Frontera y las autoridades ya lo tenían referenciado.

 

Fronteras invisibles

En La Frontera existía un problema de líneas invisibles entre las bandas de El Hueco y la Casa amarilla, desarticuladas recientemente.

La Chinga hacía parte de la primera y su ataque armado contra los jóvenes habría obedecido al interés de ejercer control. La víctima no tenía relación con ningún combo y tampoco contaba con antecedentes.


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