Fotos|Luis Fernando Trejos|LA PATRIA
La Policía Metropolitana y la Alcaldía de Manizales adelantan campañas preventivas contra el fleteo en distintos puntos de la ciudad. LA PATRIA los acompañó. Focalizaron seis sectores estratégicos donde realizan pedagogía y entregan recomendaciones.
Sergio, de 22 años, terminó judicializado por tentativa de hurto agravado, luego de que supuestamente robó un celular (marca Motorola) en la carrera 20 con calle 21, en el Centro de Manizales. La comunidad se unió para reducirlo y después llegó la Policía.
En la tarde de este martes (18 de noviembre) se registró otro hecho de inseguridad: un robo en una joyería de esa zona de la capital caldense.
La rápida reacción de los uniformados permitió la captura del supuesto responsable. Ocurrió en la calle 19 con carrera 20, en la joyería El Regalo. La historia se repite una y otra vez y es narrada por las víctimas o los testigos.
Los vendedores ambulantes y peatones consultados por LA PATRIA este miércoles afirman sentirse seguros de caminar por las calles, pero coinciden en que hay que hacerlo con precaución, no dar papaya y tomar medidas básicas de autocuidado.
Seguridad

Al mediodía, cuando el sol cae directo sobre la carrera 23 y los vendedores ambulantes acomodan sus productos para el flujo fuerte de la tarde, las calles parecen un lugar donde nada malo podría pasar.
La gente camina de prisa, algunos buscan almuerzo económico, los oficinistas salen a tomar café y los turistas levantan la mirada para fotografiar. A simple vista, es un espacio vivo y tranquilo.
La expresión se repite: “sí, acá se siente bien”, “uno ya conoce la zona”, “hay policía por todos lados”, “nunca me ha pasado nada”.
Esa percepción construye una idea colectiva de normalidad, como si el Centro fuese un territorio de rutina donde nada sorprende.
Atracos
Pero basta caminar unos metros y escuchar otras historias para notar un contraste incómodo: los robos recientes dicen lo contrario.
María del Pilar Bañol, de 63 años, quien vende tintos cerca de la Plaza de Bolívar, cuenta que para ella el Centro sigue siendo “seguro”, pero enseguida baja la voz y agrega: “Eso sí, uno no se puede descuidar. A la vecina mía le sacaron el celular del bolsillo la semana pasada. Y dicen que al señor de los dulces lo atracaron con cuchillo por la noche”.
Daniel Rendón, estudiante universitario, afirma que nunca ha tenido un problema, pero aun así camina rápido, no usa audífonos y guarda el celular en un bolsillo con cierre: “Me siento seguro, pero no por eso me relajo. Prefiero evitar las calles solas”.
Otros, como Sandra Marín, empleada de una tienda, reconocen que el ambiente ha cambiado: “Uno ve a los policías, pero también escucha historias cada semana. Eso asusta un poco. El Centro sigue teniendo esa mezcla rara de confianza y miedo”.

Alerta
En los últimos días se han conocido varios casos de atracos en pleno corazón de la ciudad: motociclistas que arrebatan bolsos, ladrones que rodean a transeúntes desprevenidos y robos a mano armada en horas de menor movilidad.
Cada caso genera un eco que se mueve rápido entre comerciantes, clientes y quienes pasan a diario por la zona.
Estos hechos no solo contradicen la sensación general de seguridad; también dejan ver una realidad que se vive en silencio: muchas personas no denuncian por miedo y eso hace que los números no reflejen lo que realmente ocurre.

Autoprotección
Aunque muchos aseguran sentirse tranquilos, casi todos han incorporado hábitos para evitar un mal momento.
Estas prácticas, que antes podían parecer exageradas, hoy forman parte del día a día de los ciudadanos que transitan por el Centro.
Lo que queda claro es que la sensación de seguridad en el Centro de Manizales es un equilibrio frágil entre la costumbre, la presencia policial y la propia capacidad de autocuidado. La percepción es buena, pero las historias recientes generan una alerta.
Mientras las autoridades adelantan operativos, revisan cámaras y aumentan patrullajes, los ciudadanos siguen moviéndose entre la confianza y la cautela. Una frase que se repite en las entrevistas resume bien ese sentir colectivo:
“Acá uno se siente seguro… hasta que deja de estarlo”.
Por eso, más allá de los casos y las cifras, esta nota recoge un mensaje que todos parecen entender: en el Centro de Manizales la seguridad se construye entre todos, y empieza por no bajar la guardia.
Precaución
- Usar el bolso cruzado al pecho y siempre pegado al cuerpo.
- Evitar calles con poca iluminación o sectores menos transitados.
- Retirar dinero en cajeros dentro de establecimientos, nunca en la calle.
- Caminar con actitud alerta: sin audífonos, sin distracciones.
- Cambiar rutas cuando se ve algo sospechoso.
¿Qué tan seguro se siente en el Centro de Manizales y qué medidas de autoprotección toma?

Rubén Darío Álvarez
En el Centro me siento seguro, hay buena vigilancia y los mismos vendedores nos cuidamos. No me dejo coger la tarde.

Yelsi Cárdenas
Hay buena vigilancia, pero en casos se presentan hurtos y eso no se debe evitar, no dar papaya.

Camilo Vásquez
Me siento seguro en el Centro, no me han llegado a robar. Estoy pendiente de la gente que se me arrima y me cuido.

Víctor Méndez
La delincuencia mermó y hay muchas rondas de la Policía. No salgo de noche.

María Gloria Salgado
Me siento segura en el Centro, no me han llegado a robar. Guardo bien la plata para que no me la roben.

El pasado sábado robaron con arma de fuego en el centro. Se llevaron $30 millones.
*Hurtos 2025 en Manizales (hasta agosto)
A personas (409)
- Con arma blanca. 78
- Sin armas. 246
- Objetos contundentes. 38
- Arma de fuego. 31
- Escopolamina. 16
A residencias (76)
- Con arma blanca. 1
- Sin empleo de armas. 25
- Objetos contundentes. 17
- Arma de fuego. 1
- Llave maestra. 6
- Palancas. 26
A comercio (94)
- Con arma blanca. 3
- Sin empleo de armas. 75
- Objetos contundentes. 3
- Llave maestra. 1
- Palancas. 9
- Arma de fuego. 3
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