La situación del sistema de salud en el departamento del Quindío es cada vez más crítica. La Nueva EPS, considerada la entidad promotora de salud más grande del país, acumula una deuda millonaria con clínicas, hospitales y centros de atención del territorio, lo que amenaza la prestación de servicios médicos esenciales para miles de usuarios.

Según el vicecontralor general de la República, Carlos Mario Zuluaga, la Nueva EPS podría estar al borde del colapso. “La situación es muy preocupante. Esta entidad pasó de tener 3 millones de afiliados a 11.5 millones en pocos años, pero su estructura financiera no ha logrado sostener ese crecimiento”, explicó el funcionario durante una reciente intervención pública.

Cifras alarmantes: una deuda que supera los 22 billones de pesos

Zuluaga reveló que la cartera total o pasivo de la Nueva EPS ya supera los 22 billones de pesos, una cifra que incluye más de 13.5 billones que no fueron debidamente registrados como deuda. Este desbalance contable y financiero ha dejado a múltiples IPS del Quindío sin recursos para operar, generando demoras en pagos, desabastecimiento de insumos y reducción en la capacidad operativa de hospitales.

“No hay gobierno que soporte el actual sistema de salud”, aseguró Zuluaga, enfatizando que el modelo actual es inviable.

Un sistema sin control ni vigilancia

De acuerdo con informes de la Contraloría General de la República, el problema trasciende a la Nueva EPS y evidencia una crisis estructural del sistema de salud colombiano. El pasivo acumulado por los servicios prestados por las IPS a las diferentes EPS asciende a 94 billones de pesos, y cada año ese monto crece en 9.4 billones adicionales.

Zuluaga advierte que en una década el pasivo podría alcanzar nuevamente los 94 billones, cifra insostenible para cualquier país. Esta situación se agrava debido a la falta de auditoría, el mal manejo de los recursos y la inexistente trazabilidad del dinero público desde que sale del Ministerio de Hacienda hasta que llega a los prestadores de servicios médicos.

En el Quindío, las consecuencias ya son palpables. Diversas IPS han reportado retrasos en pagos que superan los seis meses, y algunos hospitales han reducido la atención por la falta de recursos. El Hospital San Juan de Dios de Armenia, por ejemplo, enfrenta una de las deudas más altas con la Nueva EPS, lo que ha generado tensiones laborales y limitaciones en la atención de urgencias y consultas especializadas.

Urge replantear el modelo de salud

El vicecontralor ha sido enfático: se necesita una revisión urgente del modelo de salud en Colombia. Propone establecer un sistema que controle el gasto, audite los recursos públicos y fortalezca la supervisión a las IPS.

“Es fundamental replantear el modelo y hacer una trazabilidad efectiva del recurso desde su origen. No podemos seguir girando recursos sin control ni vigilancia”, concluyó Zuluaga.

El Quindío es solo uno de los departamentos afectados por una crisis que amenaza con expandirse a nivel nacional. La millonaria deuda de la Nueva EPS no solo compromete la estabilidad financiera de hospitales y clínicas, sino que pone en riesgo la salud de millones de colombianos. Urge la intervención del Gobierno Nacional y la restructuración del modelo actual para evitar un colapso inminente del sistema de salud.

* Esta información es producto de la alianza entre el periódico LA PATRIA y el Canal Regional Telecafé.

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