Halloween es en una de las celebraciones más esperadas por los niños y adolescentes. Disfrazarse, salir en grupo y recibir dulces es una experiencia divertida, pero también puede representar ciertos riesgos.

La pediatra Amparo Díaz hace un llamado a las familias para disfrutar con responsabilidad esta fecha: “Lo primero que deben tener presente es el origen de los dulces que los niños consumen. Es fundamental verificar que provengan de fuentes confiables, que tengan etiqueta, registro sanitario y componentes claramente identificables. Los productos sin control pueden generar intoxicaciones o reacciones indeseadas”.

La especialista insiste en que los dulces no son alimentos y que su consumo debe ser controlado. Muchos contienen altos niveles de colorantes artificiales que afectan el bienestar de los menores.

No la exageración

“El azúcar añadido en estos productos no aporta ningún valor nutricional. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los niños menores de dos años no deben consumir azúcar. Y en los mayores, el límite máximo es de siete cucharadas diarias. Sin embargo, un solo jugo de caja puede tener 9.5 cucharadas, superando por completo esa recomendación”, agregó Díaz, que pertenece a la Sociedad Colombiana de Pediatría.

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El exceso de azúcar no solo contribuye al sobrepeso infantil, también altera la conducta y el metabolismo. Los picos de glucosa, según Díaz, generan hiperactividad y euforia momentánea, seguidos de irritabilidad, dolores de cabeza y fatiga, cuando el cuerpo intenta regularse.

“Además del azúcar, los colorantes sintéticos representan otro peligro. La mayoría son derivados del alquitrán de hulla, una sustancia proveniente del petróleo. Estos compuestos provocan inflamación en el sistema digestivo y respiratorio, especialmente en niños alérgicos, generando urticarias, broncoespasmos o reacciones cutáneas”, detalló.

La experta dijo que el consumo excesivo de estos productos puede alterar los buenos hábitos alimenticios. Después de una exposición masiva al azúcar, los niños rechazan los alimentos naturales como verduras o carnes, prefiriendo solo sabores dulces. Esto repercute directamente en su nutrición y en su relación con la comida.

“Los padres deben acompañar a sus hijos en el proceso. Es importante que revisen los dulces recolectados, seleccionen los más seguros y descarten los sospechosos. También deben explicarles por qué algunos no son aptos para el consumo y enseñarles a disfrutar con moderación y conciencia”, añadió.

¡A regularlos!

Para la pediatra, la prevención empieza antes de salir de casa. Alimentar bien a los niños antes de la ronda de dulces reduce la ansiedad y el deseo de comer en exceso. Ella invitó a las familias a preparar alternativas caseras, saludables y divertidas para compartir.

"Se vale preparar en casa opciones más sanas: muffins de avena con frutas, paletas de yogur natural o gomitas hechas con jugo de frutas. De esta manera, los niños disfrutan del espíritu de Halloween sin poner en riesgo su salud".

Al detalle

Foto / Cortesía / LA PATRIA

“El Halloween puede ser una oportunidad para enseñar hábitos responsables. No se trata de prohibir, sino de acompañar y orientar. Un niño que entiende por qué debe cuidarse, disfrutará con alegría y seguridad esta fecha tan especial”, Amparo Díaz, pediatra.

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No olvide este fin de semana de Halloween

Las autoridades sugieren para esta festividad:

- Supervisión constante: En lugares concurridos como centros comerciales, parques y vías públicas, no deje solos a los niños y adolescentes.

- Identificación: Elabore una tarjeta o carnet con el nombre del niño, dirección y teléfono de los padres o cuidadores para facilitar su localización en caso de extravío.

- Acompañamiento: Durante los recorridos, lleve a los niños de la mano, especialmente, en cruces vehiculares y zonas de alta afluencia. No deje a los niños mayores a cargo de los más pequeños.

- Precaución con los dulces: Asegúrese de que los niños no reciban dulces o alimentos de personas desconocidas.

- Seguridad en los disfraces: Evite el uso de elementos contundentes como espadas o bastones, y máscaras que reduzcan la visibilidad u obstaculicen las vías respiratorias, ya que pueden representar un riesgo.

- Todas las situaciones anómalas de las cuales tenga conocimiento y en donde se involucren niños, niñas y adolescentes, infórmelas de manera oportuna a la línea de atención gratuita 141 del ICBF y al 123.

* Con información de Famisanar.

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