Foto | LA PATRIA Julián Escobar, ortopedista y cirujano de mano y miembro de Manizales.
Julián Escobar, ortopedista y cirujano de mano y miembro superior de Manizales, habló con LA PATRIA Radio sobre su trabajo en la ciudad, la relevancia de la escucha al paciente y de escuchar el propio cuerpo. Esto dijo:
¿Cuál es su trayectoria en la medicina?
Soy médico cirujano de la Universidad de Caldas. Posteriormente trabajé en Salamina, hice mi año rural y tuve la oportunidad de hacer una especialización en ortopedia y traumatología en el Hospital Militar Central en Bogotá.
Fue allí cuando realmente me di cuenta de la importancia de la subespecialidad. En mi caso, me apasioné y me enamoré perdidamente de la cirugía de mano y miembro superior.
Me di cuenta de lo importante que era para el ser humano poder utilizar su mano como herramienta, pero también su codo como una articulación tan importante para mover la mano y el hombro, una articulación tan noble, pero también tan expuesta a tantas lesiones y me di cuenta en Bogotá de la importancia que tenían las subespecialidades.
Por supuesto, las especialidades son clave y siguen siendo madres en la medicina, pero las subespecialidades son hijos de las especialidades médicas y su objetivo es tratar de llevar un poco más allá tanto la medicina como también las habilidades de sanar.
En mi caso es cirugía de mano y miembro superior y realmente me siento muy orgulloso de poderla ejercer en mi ciudad, yo soy manizaleño y poder haber vuelto después de 15 años por fuera, ha sido una bendición la verdad.
¿Puede ahondar en la relevancia del cuidado del cuerpo? y ¿específicamente de estas partes?
La verdad todo el cuerpo es lo más importante. No hay algo más importante que lo demás, pero lo cierto es que estamos acostumbrados a ver nuestro cuerpo como paisaje.
O sea, decimos: Es normal saborear, alimentarse es normal y demás, pero cuando te llevan a tener una discapacidad o llegas a tener un dolor o una limitación funcional, ahí es cuando uno se da cuenta que lo que veía tan paisaje, tan normal, resulta que es clave.
Entonces es muy importante primero escuchar el cuerpo y cuidarlo.
Tener mano, hombro, codo sano es clave porque es la herramienta de las herramientas, con esto tú no solamente trabajas, sino que te comunicas, te relacionas con tus seres queridos, te aseas, te alimentas.
Entonces las discapacidades, las lesiones de la mano o del miembro superior generan impacto no solamente en la cotidianidad, sino también en lo laboral e incluso en lo emocional.
Usted además es columnista de LA PATRIA y habla de la relevancia de escuchar al paciente ¿cómo es eso?
La medicina moderna ha entendido que hay que enfocarse mucho en el paciente y eso va de la mano de la empatía. Y no hay que confundir la empatía con la simpatía.
La empatía es la capacidad de ponerse uno en los zapatos de la otra persona, en lo que está viviendo y por lo que está atravesando el paciente, sin perder la objetividad.
En mi caso, la objetividad clínica parte de algo tan sencillo como escuchar.
Desafortunadamente la medicina moderna y la salud ha cambiado mucho y ya no tiene el médico la oportunidad de compartir con el paciente, de escuchar al paciente, de tener un espacio de relación médico paciente sano, sino que uno vive demasiadas carreras, demasiada prisa y algo también de deshumanización. En mi caso es algo que trato de combatir en el día a día.
Trato de darle a los pacientes la posibilidad de escucharlos y tratar de buscar una solución que se concatena con lo que está necesitando cada persona, porque cada paciente es diferente.
Lo importante es individualizar a cada persona.
¿Qué recomendaciones entrega a los ciudadanos?
Lo más importante es escuchar el cuerpo. A veces la gente normaliza el dolor.
Somos una sociedad tradicional donde estamos acostumbrados a llevar los dolores, a llevar la cruz, a cargar los problemas y la verdad es que sí, somos resilientes, pero también tenemos que escuchar el cuerpo.
El dolor se considera hoy por hoy el quinto signo vital. Eso quiere decir que la Organización Mundial de la Salud le da mucha importancia a no acostumbrarnos a tener dolor.
Es muy diferente cuando tú tratas un dolor agudo a un dolor crónico.
El dolor crónico es aquel que el paciente ya se está acostumbrando a tener porque cambia no solamente el cuerpo, sino también a la persona desde el punto de vista emocional.
Se vuelve irritable, ansiosa, depresiva y la idea es primero escuchar el cuerpo.
Y la otra recomendación es evitar enfermarse. Y eso va desde cosas tan sencillas como una buena alimentación, una buena actividad física.
La buena actividad física no tiene que ser inscribirse a un gimnasio, usted puede sencillamente caminar.
Y también es importante el lado social. Hoy por hoy estamos viendo de unas epidemias de depresión y de aislamiento del adulto mayor y hay muchas actividades que se pueden hacer.
Hay muchos grupos sociales y comunitarios que invitan a la gente a reunirse alrededor de un tema.
Tener un grupo o comunidad afín a lo que a ti te gusta, te va a ayudar también a permanecer más activo, tanto mental como físicamente.
Escuche la entrevista completa aquí:
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